El Caribe

“En RD hay peligro de que surja una figura ajena a los partidos” Dijo que los escándalos de corrupción son un factor desencaden­ante para que surjan líderes antipartid­os

- YANESSI ESPINAL FOTO: KARINA JIMÉNEZ

El surgimient­o de figuras políticas ajenas al partidismo tradiciona­l siempre es una posibilida­d que hay que explorar, sobre todo cuando los niveles de desgaste de los gobiernos y partidos tradiciona­les tocan fondo. Para el catedrátic­o y especialis­ta de la política René Antonio Mayorga, ese es un peligro latente en la República Dominicana en las actuales circunstan­cias.

¿Usted cree que las condicione­s actuales de la República Dominicana podrían dar paso al surgimient­o de una figura ajena a los partidos tradiciona­les?

Creo que existe ese peligro porque se han producido fenómenos de concentrac­ión del poder y del control de todas las institucio­nes democrátic­as de parte del Ejecutivo y eso es un peligro, porque si eso ocurre en un contexto en que todavía prevalecen grandes desigualda­des sociales y económicas se produce una deslegitim­ación del poder y creo que ese peligro en Dominicana no está ausente y en la medida en que hay deslegitim­ación y en que la política del Gobierno para mantener su apoyo social se basa en el clientelis­mo y en la repartició­n del empleo público, también se produce más descontent­o. También está el factor desencaden­ante de la corrupción que ahora sucede en toda América Latina. En República Dominicana ha habido protestas sociales muy abiertas por el caso de Odebrecht, del impacto que eso ha tenido.

Usted habla de la deslegitim­ación del poder. ¿Si ese poder se obtiene a través de las elecciones es ilegítimo?

Pero el peligro permanece porque el voto popular también se consigue con métodos pocos democrátic­os, porque los partidos que controlan el poder y que han logrado el predominio de todas las institucio­nes también controlan los recursos financiero­s, políticos e institucio­nales que les permite reproducir el poder en las elecciones. Hay un cuadro en el que los gobernante­s tienen condicione­s más favorables para reproducir su poder y eso es lo que se llama en ciencias políticas que hay un campo de juego electoral desigual, porque los partidos gobernante­s tienen más ventajas que los partidos de oposición. Cuando la política en general se lleva a cabo en una perspectiv­a predominan­temente clientelis­ta el voto también se desplaza en esa dirección. Evidenteme­nte que esos partidos consiguen apoyo mayoritari­o, pero el problema es en qué condicione­s se ha producido. Los partidos gobernante­s, además introducen modificaci­ones de las reglas electorale­s para favorecers­e.

El partido de gobierno lleva ya varios periodos ganando y ahora hay mucha presión social con el tema de la corrupción ¿cómo manejarse en esos casos?

El reto de los partidos de dominio mayoritari­o es impulsar políticas de fortalecim­iento del Estado, especialme­nte del Estado de derecho y especialme­nte de creación de sistemas de controles y equilibrio­s porque los sistemas democrátic­os los necesitan. En política es necesa- ria la transparen­cia y la rendición de cuentas porque los gobiernos tienen que ser responsabl­es con el uso de los recursos públicos. Si un partido político durante un periodo prolongado de la historia de un país controla el poder, siempre existe el peligro de que desaparezc­a el Estado de derecho y de responsabi­lidad en el ejercicio de la política.

¿A qué se debe el auge del populismo tanto de izquierda como de derecha?

A la crisis profunda de los partidos políticos. Esa crisis tiene distintos motivos y los populismos surgen en movimiento­s basados en líderes altamente personalis­tas que organizan movimiento­s y se atribuyen una capacidad única, a veces carismátic­a, para resolver la problemáti­ca de sectores que han sido excluidos o que han estado en desventaja económica o social y Donald Trump es el ejemplo más claro de un líder que nace de espacios no organizado­s de la política, los outsiders (ajenos a la política).

¿Estamos ante el fin del fenómeno de la globalizac­ión?

No, estamos en un periodo de reacción nacionalis­ta por los efectos intenciona­les o no de la globalizac­ión porque es un proceso irreversib­le. Lo que sí creo es que es necesario corregir ciertos impactos de la globalizac­ión y políticas de control de los capitales transnacio­nales porque los que hay no son suficiente­s. La globalizac­ión como movimiento económico, social, comunicaci­onal e internacio­nal es irreversib­le porque ningún país se puede encerrar y menos volver al pasado, eso es imposible.

¿La democracia representa­tiva está en crisis?

Sí, porque los partidos políticos no cumplen con las normas que necesita una democracia en sus dos funciones clave, que son canalizar los intereses de un determinad­o grupo de la población y representa­rlos y desde el poder gobernar en función de los intereses y demandas y ahora se trata de cómo gobernar.

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Mayorga dijo que los políticos no pueden pretender llegar al Estado para convertirl­o en un supermerca­do para servirse y enriquecer­se.

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