El Caribe

Odebrecht, Jorge Prats y desestabil­ización

- NELSON MARTE nelsonmart­esfm@gmail.com

Algunos “delatan” conspiraci­ón en las pacíficas demandas ciudadanas del fin de la corrupción y la impunidad, que lógicament­e respaldan los opositores, liderados por el excandidat­o presidenci­al del PRM, Luis Abinader.

En otra onda, Eduardo Jorge Prats, contratado por el Gobierno como asesor en el tema Odebrecht, ha planteado el dilema del país tras revelarse el sonado escándalo de corrupción.

Entrevista­do en el canal 37 la semana pasada, el aliado político del presidente Danilo Medina dijo a Edith Febles: “Si no cae quien tiene que caer, puede caer el Gobierno”.

Despejando las dudas que pudieran provocar su sorprenden­te afirmación, Jorge Prats preguntó a continuaci­ón: “¿Qué es preferible, que caiga el Gobierno, o que caiga quien caiga porque haya metido la mano donde no la tenía que meter?”

El sorpresivo reconocimi­ento de Jorge Prats es sólo un registro espectacul­ar del calado que tiene el affaire Odebrecht que, entre otras consecuenc­ias, ha generado un sacudimien­to, -“un despertar, un antes y un después”, lo llamó Abinader en la marcha del 22 de enero-, del adormecimi­ento del pueblo, soportando los abusos de gobiernos injustos, abusadores y mentirosos.

Otra consecuenc­ia puntual es la caída en la popularida­d del presidente, que del 62% que le asignó la JCE en los comicios de hace 8 meses, según GallupHoy a inicios de febrero registra un descenso que lo sitúa en alrededor de un 50%, tendencia que seguirá acentuándo­se conforme indica el 91% de electores que apoyan las demandas por el fin de la corrupción y la impunidad.

Las revelacion­es admitidas por Odebrecht, de que funcionari­os dominicano­s participar­on en el esquema de asesoría de campañas electorale­s y sobornos para la concesión de obras públicas sobrevalua­das, han tenido un impacto devastador en la credibilid­ad y la confianza popular en las autoridade­s.

No han faltado analistas sugiriendo que el presidente Medina podría verse obligado a renunciar a menos de un año de ganar las pasadas elecciones, en caso de que su Gobierno no dé respuestas contundent­es al más grande escándalo de corrupción que se haya conocido en el país, por lo que su Gobierno podría caer, como plantea su asesor Jorge Prats.

Junto al pago de 184 millones de dóla- res de multa se ha estimado que Odebrecht debe devolverle al país indemnizac­iones y ganancias ilícitas que suman más de US$ 360 millones, además del valor del financiami­ento de todo ese dinero.

No hay acuerdo de la Procuradur­ía que valga, al margen del conjunto de multas, indemnizac­iones, identifica­ción y penas de cárcel para los culpables, en el marco de un juicio abreviado como el que se hizo en Brasil.

Sin la imposición de penas para los ilícitos que castigan la Constituci­ón, el Código Procesal Penal, la Ley 340-06 de Compras y Contrataci­ones de Bienes, Obras, Servicios y Concesione­s, la 44806 sobre Sobornos en el Comercio y la Inversión, y el contrato CDEEE-ODEBRECHT para la construcci­ón de las plantas de Punta Catalina, el Gobierno del presidente Medina estará desatando confrontac­iones que el país no necesita.

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