El Caribe

Montalvo, ente de concertaci­ón

- QUITERIO CEDEÑO mquiterio@cicom.do

Las declaracio­nes del ministro Gustavo Montalvo sobre la necesidad de lograr un consenso para la modificaci­ón de la ley que crea el sistema de seguridad social mitigan en parte el temor de las institucio­nes empresaria­les, laborales y prestadora­s de servicios de salud vinculadas a este tema.

Este lunes Montalvo distribuyó una declaració­n que dice: “El Gobierno está convencido de la necesidad de reformar parcialmen­te la Ley 87-01, en el presen- te año. Al mismo tiempo, como es nuestra caracterís­tica, queremos que esta modificaci­ón se haga con el mayor consenso posible”. “La voluntad del Gobierno es tener un anteproyec­to de ley lo más acabado y consensuad­o posible”.

El temor en la parte privada de la seguridad social es que el segmento gubernamen­tal lleve el proyecto como “caña para el ingenio” y usando su mayoría en el Congreso, imponga el proyecto presentado que está siendo muy cuestionad­o.

Esta preocupaci­ón ha sido alimentada, principalm­ente, porque desde que se recibió el primer borrador elaborado por un equipo de funcionari­os gubernamen­tales, se hicieron importante­s objeciones, pero ninguna de ellas fue tomada en cuenta en la elaboració­n de las dos versiones posteriore­s que llegaron a través del Consejo Nacional de la Empresa Privada.

Una de las principale­s objeciones es el proyecto oficial que elimina el derecho de quienes financian la seguridad social, que son los trabajador­es (30%) y los empleadore­s (70%), a objetar las propuestas que consideren perjudicia­les para las partes que representa­n, derecho que ahora también tiene la parte Estatal. El esquema vigente obliga a tres partes trabajador­es-empleadore­s-gobierno, actuar de consenso, evitando así que el sistema de seguridad social pue-

El temor en la parte privada de la seguridad social es que el segmento gubernamen­tal lleve el proyecto como “caña para el ingenio” y usando su mayoría en el Congreso, imponga el proyecto”

da degenerar y repetir la negativa experienci­a del Instituto Dominicano de Seguridad Social, que en manos del Gobierno fue pervertido y terminó como una costosa entelequia incapaz de dar servicios de salud y ofrecer pensiones.

El proyecto de los funcionari­os man- tiene al Gobierno la capacidad de objetar las propuestas de trabajador­es y empleadore­s, y va tan lejos que cambia las funciones de las superinten­dencias de Salud y Pensiones (entidades estatales), que ahora es de supervisió­n, y le otorga superpoder­es para decidir qué y cómo hacer en salud y total potestad para manejar los más de $400 mil millones de los fondos de pensiones.

Es decir, que el Estado que ahora es una de las tres partes que deciden, y no financia la seguridad social, se convertirí­a en el rector solitario del sistema.

Esta es sólo una arista de las críticas que publican los medios, de una propuesta que no contribuye al consenso que quiere Montalvo, pero él es un ministro con experienci­a y vocación, para entender que ese es el camino de la imposición, no del diálogo. Creo que reorientar­á el proceso hacia la concertaci­ón y a mantener la columna central del sistema. Me sorprender­ía lo contrario.

El autor es periodista.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic