El Caribe

El PLD no debe olvidar las enseñanzas de Bosch

- ALEJANDRIN­A GERMÁN MIEMBRA DEL COMITÉ POLÍTICO DEL PLD

En el año 2015, en una de mis publicacio­nes sobre la vida y obra de Juan Bosch, como parte del Programa de Formación Política del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), expresaba que, para abordar este tema había que referirse, necesariam­ente, a la amplia gama de su producción en las áreas de la literatura, la historia, la sociología, la política, entre otras; y la recia solidez moral de Juan Bosch.

Y en ese contexto, escribir sobre cualquiera de los aspectos mencionado­s implica una gran responsabi­lidad si se intenta actuar con justicia al referirse a un ser humano de la dimensión histórica del gran maestro de la Política Dominicana.

En la situación actual que estamos viviendo en el país, y al interior del PLD, es muy importante tomar siempre en considerac­ión las enseñanzas del maestro.

Hay que considerar que los partidos políticos en la actualidad han perdido le- gitimidad en la medida en que las aspiracion­es individual­es han ido sustituyen­do progresiva­mente los ideales y aspiracion­es de hacer realidad proyectos colectivos, dirigidos al bienestar común; expectativ­as que por décadas constituye­ron las máximas aspiracion­es de las organizaci­ones y los partidos políticos de vanguardia, como es el PLD.

Por esas razones, entre otras, queremos recordar que Bosch, al fundar esa organizaci­ón, definió una modalidad de conducción y liderazgo político fundamenta­da en varios aspectos: Primero, en el desarrollo de un cuerpo teórico-ideológico que definió el tipo de partido al cual aspiraba y los principios, valores e ideales en los que se fundamenta­ba su concepción. Segundo, en la formación política continua basada en un programa de educación que combinado con la práctica política orientada cuidadosam­ente, definiera la acción política de la organizaci­ón; y tercero, en la capacidad de institucio­nalizar sus ideas políticas en la formación de una organizaci­ón partidaria con fuerte base popular.

Resulta relevante el que Bosch se diferenció siempre de la mayoría de los líderes políticos del mundo, contemporá- neos y no contemporá­neos, por su firme compromiso no sólo con los valores y conviccion­es ideológica­s que asumió, sino con las normas y reglas que rigen esos valores. Durante toda su vida supo mantener una coherencia de pensamient­o intachable, a lo largo del tiempo y en relación con sus acciones públicas. Siempre fue coherente entre sus ideales, valores y conviccion­es, su discurso político y sus acciones en la vida política partidaria y en lo personal.

En esencia, Bosch, como ningún otro dominicano de los siglos XX y XXI asumió y puso en práctica valores de una persona de verdadera e inquebrant­able vocación patriótica; de un maestro, promotor de ideas que contribuye­ran al desarrollo político de las y los dominicano­s.

Por esas razones, entre muchas otras debemos tener presente que, de acuerdo a las enseñanzas del maestro, el populismo, el grupismo, el clientelis­mo y la demagogia son deformacio­nes que tenemos que afrontar si queremos ser útiles al pueblo. Si seguimos debilitand­o nuestra organizaci­ón, promoviend­o acciones que contradice­n la Teoría Boschista, difundiend­o informacio­nes que violan la disciplina partidaria y contradice­n los prin- cipios de nuestro partido, entonces seremos incapaces de seguir siendo la fuerza política mayoritari­a del país, en la que el pueblo dominicano ha confiado su futuro en casi dos décadas. Sólo la unidad interna, el respeto a la disciplina partidaria y una dirección política correcta mantendrán la unidad.

Recordemos que “un partido político es el producto de la sociedad en que se halla, pero al mismo tiempo no puede dedicarse sólo a las tareas de cada día, sino que entre sus obligacion­es está la de contribuir al desarrollo de la sociedad en la que actúa, y tiene que prepararse para ver con claridad no sólo lo que sucede en torno suyo sino además prever lo que sucederá para evitarlo si está llamado a ser dañino, o acelerarlo si está llamado a serle útil al pueblo” (Juan Bosch).

Por las razones anteriores, queremos concluir este artículo recordando que el maestro Juan Bosch afirmó de manera contundent­e que “no hay que preocupars­e por el partido mientras esté bien dirigido, es decir, mientras no engañe o confunda al pueblo mantendrá su autoridad moral sobre él, y autoridad moral quiere decir política”.

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