El Caribe

Fábula del sapo y el alacrán

- FRANKLIN ALMEYDA RANCIER franklinal­meyda@gmail.com

Es conocida la fábula del sapo y el alacrán. Sólo para refrescar se repite: Hubo una vez un sapo, contemplan­do la belleza de la naturaleza a la orilla de una extensa quebrada, recostado sobre una rama muy cerca del agua, no advertía que un alacrán lo observaba desde unos arbustos. Tratando de hacerse amigo, con su mejor rostro, se acercó y le dijo:

-Me ayudarías a cruzar al otro lado de la quebrada; yo me subo en ti y tú nadas hasta el otro lado.

-No, no puedo hacerlo, si tú te pones sobre mí, puedes picarme y de seguro que moriría al instante.

-¡No! -exclama el alacrán- si te pico, en medio de la quebrada, tú morirás, pero yo también; porque si te hundes yo me hundo y moriré junto contigo; solo quiero cruzar ¿me ayudarás?

El sapo desconfiab­a de esas palabras, pero deseoso de servir al prójimo accedió.

-¡Está bien, te ayudaré, te llevaré al otro lado de la quebrada y luego tú seguirás tu camino!

-De acuerdo, estaré agradecido por el resto de mi existencia.

El alacrán subió en el lomo del sapo, y éste con mucho esfuerzo nadó; ya a mitad de la quebrada, sintió la picada, se asusto e inmediatam­ente se detuvo y le reclamó al alacrán:

-¿Por qué me picaste? Ahora, aquí moriremos los dos.

-Discúlpame, amigo sapo, no quise, pero no pude evitarlo, esa es mi natura- leza; no puedo controlarl­o. Poco a poco, el sapo comenzó a perder fuerzas y a hundirse en media quebrada; los dos se fueron al fondo para siempre”.

Ocurre igual con personas que nunca podrán cambiar, por más esfuerzos que hagan; siempre serán los mismos, sus actos son dominados por sus intereses.

Los miembros del PLD quieren ayudar al Gobierno a cruzar esta quebrada, pero tienen la duda por nebulosas que hacen pensar en esta fábula. Por ejemplo, se publicó recienteme­nte una encuesta con poco rigor científico, de esas que se mandan a hacer para difundirla­s, diciendo lo contrario a la percepción en la población. Sin proponérse­lo se asemeja a aquel relato que habla del hombre que huye de un toro, pero ve dos por sufrir de estrabismo, y al ver también dos ventanas, siendo una, se tira por la que no es y lo agarra el toro que es (JB).

Esa encuesta dice que el 51% cree que el Presidente se quiere reelegir y el 49% que no; esos resultados dicen que se des- confía de la sinceridad sobre el tema, a pesar de la prohibició­n constituci­onal.

Se dieron otros resultados, donde (tirándose igual por la ventana que no es) dicen, por decir otra cosa,que el Presidente está en 30%; entonces, ha bajado en menos del año de 62% a menos de la mitad. Eso significa una caída en picada, la cual se debe detener.

¿Cómo ayudar a detener esa picada si no hay demostraci­ones categórica­s de que se respetarán los acuerdos?

¿Por qué dejan decidir a ese entorno presidenci­al no partidario y nuevo, que no lo entiende por no tener conciencia, sino intereses?

¿Puede movilizars­e en apoyo la organizaci­ón teniendo dudas de respetarse los acuerdos y que no habrá reelección?

Sólo en manos del Presidente Medina está asegurar el cumplimien­to de lo pactado, y creará la confianza necesaria.

El autor es miembro del CP del PLD.

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