El Caribe

Máquina(ciones)

- PEDRO DELGADO MALAGÓN

Mi tío Alberto Malagón preparó, hace más de 40 años, unas notas de cátedra denominada­s “Escribir es fácil”. Ese trabajo demostraba cuan sencillo era redactar de manera adecuada, con claridad; que bastaba con disponer de un pensamient­o lógico, organizado –decía él--, aparte de honrar unos cuantos principios de la gramática, de la sintaxis y de la economía del lenguaje.

No podría haber imaginado el bueno de mi tío (en aquel instante de las Underwood y las Olympia portátiles) este porvenir de artefactos que hoy escriben poesía, ficción narrativa e informes científico­s, en tanto efectúan jaque mate a los grandes maestros del ajedrez. Mucho menos supondría la llegada de ciertos cacharros con bagaje para orientar decisiones y formular pronóstico­s basados en algoritmos que imitan el funcionami­ento de las redes neuronales de nuestro cerebro.

Hoy existen programas generadore­s de poesía, de epístolas amorosas (con el estilo de Cyrano de Bergerac), de capítulos de Harry Potter, de “Verdades Neopedagóg­icas Definitiva­s’ y de cartas que reproducen el lenguaje marchito de la comunicaci­ón comercial tanto como la jerga en uso dentro de los ‘Social Media’.

¿Está redactando un informe pedagógico o esbozando un discurso para una charla sobre educación? ¿Acaso se está preparando para la visita de un inspector del ministerio? No se preocupe. El generador le creará, con un solo ademán, unas “Verdades Neopedagóg­icas Definitiva­s”: irrefutabl­es y con poderes atómicos para proclamar su convicción ante la desafiante tarea que ha de enfrentar. Diga usted, por ejemplo, con toda la gravedad permitida: “El centro educaciona­l no puede entenderse sino como un corolario didáctico indisociab­le de una tarea de apertura sobre la institució­n escolar entendida como espacio de trabajo”. Luego: “La puesta en funcionami­ento del método tiene como función principal el ser un pivote didáctico indisociab­le de la descompart­imentación de las materias” y “La enseñan- za mediada debe ser concebida como un eje transdisci­plinario derivado de la modulación de los contenidos”. Luego concluya así: “El centro educaciona­l no puede entenderse sino como una pasarela pedagógica inseparabl­e de la educación ciudadana”. Perfecto. Ya camina usted en la ruta para ser el próximo Ministro de Educación. No se desespere. En algún momento lo llamarán del Palacio Nacional.

Neruda era una esponja por cuyos interstici­os viajaron Walt Whitman y André Breton, tanto como Lorca y los poetas expresioni­stas. Por favor, no se acongoje. También usted puede escribir con el aliento de animal indestruct­ible del vate de Isla Negra. Oiga entonces la voz de su generador de poesía: “Escribo sus palabras impudorosa­s en el cauce de un pozo sin luna”. O acaso: “Violín lánguido mecido en el viento de pezones negros y siempre erectos, practicaba acostumbra­dos a ser minoría los tormentoso­s besos allí abajo donde todavía duermen miedos y esperanzas, donde está la llave del deseo complacido”. Ahora, estremézca­se: “Por gozar de una manceba, este cuerpo antiguo escuchaba zumbar escasas y borrosas las fuerzas indefinibl­es que a la postre regulan todos los actos y todos los hechos” y “El anhelo de lo lejano acaricia un sentimient­o de repulsión y fascinació­n a un mismo tiempo exacto y meticuloso” o “Inmutables, los hábitos nocturnos del lobo se disipan”. Sea paciente. Cuando Soledad y Ángela pierdan el juicio ante estos fragmentos de luz (“Los paisajes imposibles destilan la lengua sepultada en el nicho gozoso”), ya su problema quedará resuelto. En el próximo número de ‘País Cultural’ nacerá una hornacina para alojar su egregia voz conmovida. De eso estoy seguro.

La saga de Harry Potter alcanza su séptimo libro. Mrs. J. K. Rowling, una inofensiva dama inglesa, finalizó el primer tomo de esta fábula hace 22 años. Subsistía ella, en aquel tiempo desemplead­a, merced a la ayuda que recibía del Estado. En la actualidad, la señora Rowling ha vendido más de 450 millones de libros y manosea una fortuna que supera los 1,000 millones de dólares. Agradable experienci­a, ¿no? Ahora, respire hondo. Sueñe con hadas y con la piedra filosofal. Encienda su artilugio, apriete el botón y espere. Asómbrese de lo que usted ha sido capaz de crear, con solo hundir el índice: “Harry Potter y la Bicicleta Viscosa: Ya es primavera en la escuela de magia Hotfrakks. Nadie sabe dónde se encuentra el adversario Bordemor, aquel que no debe ser nombrado, al que todos nombran sin parar. Todo sigue igual que el año anterior salvo por la entrada del profesor finlandés Raikkonius Kekrosberg para impartir la asignatura de Necrobiolo­gía molecular, lo que es recibido con júbilo por los alumnos. Una delegación de mujeres lobo llega a Hotfrakks portando la Bicicleta Viscosa como prueba de buena voluntad. El profesor Kekrosberg se hace responsabl­e de ella y la guarda en un sitio seguro. Después, aunque la profesora Tresgrosse­s Cantaloupe­s les ha advertido que nunca se acerquen al Vertedero de la Muerte Marrón de noche, Harry Potter convence a la bella Hulkya Byrnessen de que le acompañe, lo que acepta porque no quiere que se acabe la saga. Entre escena y escena tiene lugar el campeonato de Frikkich, un juego de reglas descompens­adas en el que unos cuantos infelices montados en escobas reciben una zurra de palos mientras intentan lanzar una sandía a través de unos hula-hoops. Explorando, Harry Potter y Hulkya Byrnessen detectan una señal de poder que procede del Vertedero de la Muerte Marrón y flotando en un charco descubren el Tirachinas Sagrado de Kthururu, el arma legendaria. Harry Potter lo toma y al hacerlo escucha una voz en su cabeza que le suplica que corra hacia el Pantano del Renegado. Harry Potter y Hulkya Byrnessen montan en sus escobas y se dirigen hacia el Pantano del Renegado, origen del mal. Entonces se desencaden­a la tragedia. A lo lejos divi- san a Bordemor acercándos­e por el aire. Slartibart­frist el destructor de mundos y la embaucador­a Elena Bonamcarta aparecen debajo de una baldosa suelta y crean un escudo de fuerza que protege a Bordemor; Harry Potter se ve aislado de sus amigos y rodeado por espectros maloliente­s. Todo parece perdido. Harry Potter intenta usar el Tirachinas Sagrado pero como nunca ha usado uno se lía y atiza a Elena Bonamcarta. Bordemor ríe y le quita el arma. Bordemor agita el Tirachinas Sagrado en el aire y lanza un pepinazo que le quema las cejas a Harry Potter. En el último instante, se escucha un temblor bajo los pies de Bordemor; de las profundida­des surge la Bicicleta Viscosa, dispuesta a defender el Bien, y le derriba sin piedad, salvando la vida de Harry Potter y Hulkya Byrnessen otra vez. Finalmente, se exculpa a Harry Potter de sus desobedien­cias y éste comprende que las leyes están para proteger a Los Buenos aunque cometan delitos y se pasen las normas por el forro, y se alegra de ser El Bueno”. Es obvio que los trances de Harry Potter encuentran equivalenc­ias notables en nuestra tierra. Sería cuestión, quizá, de pescar algunos nombres criollos para reemplazar los de la fábula. Una tarea sencilla con el procesador de palabras, y un éxito asegurado para usted, flamante novelista.

Por último, no tema participar con un suculento ‘paper’ en cualquier congreso de física cuántica, medicina nuclear o topología diferencia­l. En sus manos tendrá un poderoso disparador de formulacio­nes científica­s. Note la afable sencillez de la exposición: “Título: El efecto de las metodologí­as descentral­izadas en la tecnología de votación electrónic­a en tiempo constante. Autor: C. Forni K., PhD. Resumen: La teoría generaliza­da unificada ha llevado a muchos avances teóricos, incluidos los algoritmos en línea y de voz sobre IP [24]. Dado el estado actual de las simetrías usables, los ingenieros eléctricos desean egregiamen­te la síntesis del registro por adelantado de la tala que haría a robots que controlara­n una posibilida­d real, incorporan­do los principios no probados de la ingeniería eléctrica. Mientras que tal afirmación es continuame­nte una meta intuitiva, cayó en línea con nuestras expectativ­as. En este trabajo, probamos que aunque el aclamado algoritmo inalámbric­o para la emulación de la Ethernet por John McCarthy et al. [24] se ejecuta en (2n) tiempo, autómatas de E/S lo pueden hacer permutable, escalable y multimodal”. Sencillísi­mo, ¿no? Presente algo así en la Academia Dominicana de Ciencias y lo aclamarán como el próximo Director Ejecutivo. Quizá hasta lo propongan para el Premio Nobel de Física. Que bien usted se lo merece. Con mi felicitaci­ón anticipada, claro está… eminente cabrón.

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F.E. Jerga de los ‘Social Media’.
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