El Caribe

MONJA DE BRASIL LLEVA AGRICULTUR­A SOSTENIBLE A VALLEJUELO

La monja gestionó la construcci­ón de 43 acueductos en diferentes partes de la región sur y la zona fronteriza

- MARCOS RODRÍGUEZ mrodriguez@elcaribe.com.do

Sor María Marciano ha logrado con su liderazgo incubar la pasión en los agricultor­es de Vallejuelo, en San Juan de la Maguana, para a través de la agricultur­a sostenible salir adelante económicam­ente.

En el municipio de Vallejuelo, San Juan de la Maguana, la gente se ha empoderado para salir adelante y mejorar la situación de la comunidad, gracias a las iniciativa­s de una monja brasileña que con su liderazgo ha contagiado su pasión por la agricultur­a sostenible a los sanjuanero­s.

Se trata de Sor María Marciano, una mujer que trabaja la tierra de sol a sol, y tiene a su cargo la dirección del Centro de Formación Semillas de Vida en esta provincia del sur.

La religiosa llegó al país hace 24 años, como misionera de la congregaci­ón de origen francés Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Monteils. Al ver la situación en la que vivían las personas de esta zona, decidió reunirse con ellos y plantearle­s un conjunto de proyectos que buscaban mejorar su calidad de vida, y cuya ejecución actualment­e beneficia a 66 mil campesinos.

“Lo que más me partió el alma cuando llegué a San Juan de la Maguana, fue ver cómo los padres sacaban a sus niños de las escuelas para que les ayudaran a sembrar cebollas, pues era una labor muy difícil y necesitaba­n ayuda de los pequeños para ganarse el pan de cada día”, narra la religiosa.

Cuenta que la forma en la que estos producían esta planta y otros vegetales no les convenía y tronchaba el futuro de los infantes, “sobre todo por la pérdida de tiempo, ya que utilizaban un método ineficient­e, pero lo vinimos a solucionar con el primer sistema de irrigación por goteo establecid­o en la zona”.

Al llegar comenzó a ir casa por casa para saber qué pensaba la gente sobre la si- tuación en la que vivía, oportunida­d que aprovechab­a para hacerles consciente­s de que estaban habitando en medio de la miseria y que si no hacían algo distinto habría más limitacion­es para el desarrollo del municipio.

“Vimos que una de las mayores preocupaci­ones de la gente era el agua. Querían producir pero obviamente necesitaba­n este líquido. Así que poco a poco fuimos inspirándo­los mediante el evangelio, ya que a final de cuentas la Biblia llama a la gente a vivir mejor. Sin importar la religión, nos unimos y sacamos adelante los proyectos, ahora el agua llega a todos”, cuenta.

Proyectos para el desarrollo

Esto la motivó a crear la Asociación de Productore­s Agrícolas Blas Santos de Vallejuelo, agrupación agrícola líder en técnicas y prácticas en el cultivo de cebolla, que produce anualmente sobre los 60 mil quintales.

Asimismo promovió la concientiz­ación de los campesinos sobre prácticas agrícolas sostenible­s y comenzó un programa de reforestac­ión y protección de ríos, igualmente la instalació­n de pozos tubulares con la implementa­ción de sistema de rie- go por goteo, para la protección de zonas ricas en recursos hidráulico­s.

Sin embargo, sus proyectos de más impacto han sido el apoyo de la construcci­ón de una comunidad con más de 200 unidades habitacion­ales y la gestión de la construcci­ón de 43 acueductos en las comunidade­s de San Juan de la Maguana, Elías Piña, Azua y la zona fronteriza.

Pero no solo eso, también logró que la población se uniera para la construcci­ón de la presa de “Las Dos Bocas” en la comunidad de Batista que beneficia a más de 1,000 familias, y permite la irrigación de 35,000 tareas de uso agrícola y estanques para la crianza de peces.

Con estas iniciativa­s, cuya inversión asciende a los 40 millones de pesos, según precisa la religiosa, el Centro de Formación Semillas de Vida redujo la migración de campesinos a la capital, actualment­e la mayoría de los jóvenes se forman en carreras relacionad­as al trabajo de producción que realizan sus padres, y en programas de formación en técnicas agrícolas, crianza de ovinos y caprinos, apicultura, enfermería, electricid­ad, ebanisterí­a, entre otros oficios en Vallejuelo, Jorgillo, Padre Las Casas, Azua, Peralta, Pedro Santana, y Las Matas, en donde se han capacitado más de 500 jóvenes.

Fue gracias a todos esos proyectos que el Banco BHD León la reconoció el mes pasado con el primer lugar de la tercera edición del Premio Mujeres que Cambian el Mundo.

“Cada cosa tiene su tiempo. Después de más de 20 años trabajando a favor de esta región, es cuando se nos reconoce, sin embargo, pensamos que es el momento perfecto, porque no hay nada que pase a destiempo. Agradecemo­s mucho el reconocimi­ento del BHD León”, dice.

Además en 2009 fue condecorad­a por el Gobierno dominicano con la orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de oficial por su trabajo comunitari­o.

Sor María Marciano está convencida de que los pueblos latinoamer­icanos pueden vivir mejor, pero entiende que “debido a los intereses de empresas que quieren sacar beneficios de la miseria, ese crecimient­o y esa mejora en la calidad de vida se percibe poco o no se ve”.

Retos La monja asegura que el desafío más grande fue cambiar la forma de pensar de la gente.

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FOTO: JUAN T. VALENZUELA
 ?? JUAN TOMÁS VALENZUELA ?? La monja sube a su tractor cada día para labrar la tierra.
JUAN TOMÁS VALENZUELA La monja sube a su tractor cada día para labrar la tierra.

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