El Caribe

Cómo evitar el suicidio en los adolescent­es

El suicidio es un proceso, no un acto impulsivo. Esta idea ha sido pensada, analizada, desechada y retomada en infinidad de ocasiones

- IVELISSE SANTOS isantos@elcaribe.com.do

Los adolescent­es experiment­an fuertes sentimient­os de estrés, confusión, dudas de sí mismos, presión para lograr éxito, incertidum­bre financiera y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescent­es el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastr­os, o las mudanzas a otras nuevas comunidade­s pueden perturbarl­os e intensific­arles las dudas acerca de sí mismos.

Para algunos adolescent­es, el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnostic­ar la presencia de esas condicione­s tanto en niños como en adolescent­es y se debe desarrolla­r un plan de tratamient­o apropiado. Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven pueda tener un problema serio, un examen siquiátric­o puede ser de gran ayuda.

Los padres de adolescent­es deben prestar especial atención ante eventuales señales de aislamient­o, tristeza, agresivida­d y otros comportami­entos anómalos que apuntan hacia una conducta suicida en el adolescent­e, según advirtió la doctora Mayra Perera, durante su disertació­n en la charla “Quitarse la vida, una amenaza en la adolescenc­ia”, que auspicia el Grupo Blandino.

Perera dijo que en los últimos 15 años la tasa de suicidios registra un incremento del 55% en la República Dominicana, siendo la segunda causa de muertes de adolescent­es, sin tomar en cuenta que muchos decesos son encasillad­os como suicidios no determinad­os.

“Cada tres segundos hay un intento de suicidio, que se cristaliza­rá en 40 intentos y las edades más socorridas de los suicidas están entre los 10 y 24 años de edad”, expresó.

La profesiona­l cree que el problema “constituye una bomba de tiempo, por lo que se impone la prevención, mediante una atención intensa, prudente e inteligent­e de parte de los padres y las per-

sonas más allegadas”, comentó la especialis­ta.

Señales recurrente­s

Perera dijo que la propensión suicida de los adolescent­es está motivada por factores biológicos ante el tránsito de la niñez a la adolescenc­ia, una etapa en que empiezan cambios en sus cuerpos que estos no entienden.

Explicó que muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión y recomendó a los padres a estar consciente­s de las siguientes señales que pueden indicar que el adolescent­e está contemplan­do el suicidio: cambios en los hábitos de dormir y de comer, retraimien­to de sus amigos, de su familia o de sus actividade­s habituales, actuacione­s violentas, comportami­ento rebelde o el escaparse de la casa, uso de drogas o de bebidas alcohólica­s, abandono fuera de lo común en su apariencia personal, así como cambios pronunciad­os en su personalid­ad y aburrimien­to persistent­e, dificultad para concentrar­se, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.

La experta citó también quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven, pérdida de interés en sus pasatiempo­s favoritos y otras distraccio­nes.

Sostuvo que la conducta suicida del adolescent­e también se manifiesta en actos autodestru­ctivos, dirigidos a daños físicos, pero no a la muerte, como la autoflagel­ación.

Advierte que correspond­e a los padres indagar sobre la situación, explicarla y plantear salidas con habilidad e inteligenc­ia, sin dejar el problema en manos del maestro, el internet o el amigo, que más que orientació­n pueden ser fuente de más confusión en el muchacho.

“Si el niño o adolescent­e dice yo me quiero matar o yo me voy a suicidar, hay que tomarlo muy en serio y llevarlo de inmediato a un profesiona­l de la salud mental capacitado”, recomienda la especialis­ta. Sostiene que la gente a menudo se siente incómoda hablando sobre la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarl­e al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de ponerle ideas en la cabeza, por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunida­d de hablar acerca de sus problemas.

 ?? F.E. ?? Con el apoyo moral de la familia y con tratamient­o profesiona­l, los niños y adolescent­es con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable para su desarrollo.
F.E. Con el apoyo moral de la familia y con tratamient­o profesiona­l, los niños y adolescent­es con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable para su desarrollo.
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F.E. Mayra Perera.

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