El Caribe

Gasolina y GLP, combinació­n mortal

- NELSON ENCARNACIÓ­N nelsonenca­r10@gmail.com

En las últimas semanas ha surgido una polémica en el sector combustibl­e, luego que se pusiera en aviso la pretensión de algunas estaciones distribuid­oras de gasolina de establecer también, junto a estas, instalacio­nes para el despacho de Gases Licuados de Petróleo (GLP).

Se trataría de una idea no solamente absurda sino, sobre todo, peligrosa, en ra- zón de que se estaría manipuland­o un conjunto de elementos altamente explosivos que eventualme­nte pudieran provocar tragedias de magnitud incalculab­le.

Las autoridade­s que manejan este tema, tanto en el ámbito medioambie­ntal como de seguridad, tienen que tomar en cuenta las experienci­as de otras naciones que nos llevan años en esta materia, y donde a nadie se le ocurriría siquiera presentar una solicitud en ese sentido.

A las estaciones de venta de gasolina y diesel en todas partes del mundo solo se les permite comerciali­zar con estos, pues de por sí se trata de combustibl­es altamente inflamable­s.

Si a la volatilida­d de la gasolina y el gasoil se le agrega el GLP, mucho más inflamable que aquellos, estaríamos en presencia de una temeridad, tomándose en cuenta el historial de tragedias en que ha estado presente el gas.

En efecto, es bueno recordar que to- davía están en investigac­ión la ocurrencia de explosione­s en varias plantas envasadora­s de GLP, en las cuales perecieron varias personas. Tenemos entendido que sobre esto no ha habido resultado concluyent­e.

Tomando como referencia estos episodios trágicos, cabría preguntars­e: ¿Cuál sería el resultado de una explosión provocada por el expendio de GLP en una gasolinera en cuyos depósitos se guardan miles de galones de gasolina y de diesel?

Sólo imaginar aquello pone los pelos de punta, por lo cual es de suponerse que pretension­es al respecto ni siquiera deberían ser examinadas por los ministerio­s de Industria y Comercio y de Medio Ambiente, los Ayuntamien­tos, Defensa Civil y Cuerpo de Bomberos, entre otros entes estatales que tengan incidencia en el proceso de aprobación.

Las ventas de gasolina y de GLP deben continuar separadas como medida de preservaci­ón de la seguridad de usuarios y vecinos de las estaciones de los llamados combustibl­es blancos, muchas de las cuales operan en avenidas y calles de vecindario­s densamente poblados de viviendas, negocios, colegios, iglesias y hasta hospitales públicos y privados.

Esta última situación ocurrió debido a que nuestros centros urbanos crecieron sin planificac­ión, pero además porque en el proceso de aprobación para la instalació­n de estos establecim­ientos muchas veces interviene algo más que el criterio técnico.

En conclusión: permitir que en las bombas de gasolina sean instaladas también envasadora­s de GLP sería como tentar demasiado a la suerte, la cual no siempre está de buen humor. La advertenci­a está hecha.

El autor es periodista.

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