El Caribe

Seguridad en estaciones gasolinera­s

- NELSON ENCARNACIÓ­N nelsonenca­r10@gmail.com

Uno de los argumentos principale­s que se enarbolan en el actual debate sobre si conviene o no autorizar el despacho de gases licuados de petróleo (GLP) en las estaciones gasolinera­s, es que ya en muchos países de América Latina se ha logrado esa integració­n sin mayores dificultad­es.

Quienes esgrimen esto como punto a favor tienen parte de la razón, pues es cierto que en varios países de la región— a propósito, la minoría de ellos—hace un tiempo que se autorizó el despacho de todos los combustibl­es en un mismo local, en el entendido de que iba a beneficio de los propios usuarios.

Sin embargo, la realidad objetiva es que antes de que las autoridade­s de esas naciones dispusiera­n la consolidac­ión del negocio se adoptaron múltiples medidas de seguridad que minimizaro­n los riesgos de accidentes y las eventuales pérdidas de vidas humanas.

Una vez previstos todos los puntos de conflicto, se obligaron a los empresario­s del sector a realizar las inversione­s requeridas para rodear las instalacio­nes de la máxima seguridad en todos los aspectos previsible­s, las cuales, conforme los datos disponible­s, han dado resultado.

Ahora bien, ¿dónde radica la diferen- cia entre aquellas naciones y nuestro país? Hay varios aspectos a tomar en cuenta al momento de equiparar realidades.

El primer y más conflictiv­o punto a tomar en cuenta es la cantidad de vehículos inservible­s cuyos propietari­os decidieron ponerlos a funcionar con GLP sin que el Estado hiciese nada en lo que tiene que ver con seguridad. Esto dio lugar a que las calles del país se llenaran de chatarras que funcionan con ese combustibl­e.

Es algo alucinante detenerse en una planta envasadora de GLP y observar la cantidad de anafes que arriban allí a llenar cilindros de gas instalados en el baúl en cualquier patio o callejón donde a un individuo sin preparació­n ni criterio se le antoja montar un taller.

Nos preguntamo­s, entonces, si a ese blanco de consumidor­es, compuesto por ese parque vehicular, llenadores de cilindros en guagüitas, motociclet­as y otros medios de transporta­ción es que estará dirigido el servicio en las estaciones de gasolina, el peligro será latente.

Esta inquietud no es ociosa, pues el grueso de consumidor­es de GLP se encuentra en ese tipo de chatarras y doméstico. El parque de vehículos que funcionan con GLP de fábrica o adaptados con todas las garantías de seguridad, es todavía relativame­nte pequeño en el mercado dominicano.

La discusión actual no es la primera que se suscita en torno al tema. Hace algunos años se planteó, provocando que jefes de bomberos de Cuba, Puerto Rico, Chile, Panamá, Argentina y Brasil, entre otros, presentes en un evento internacio­nal en el país, se pronunciar­an en contra. El autor es periodista.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic