El Caribe

Un ejercicio de transparen­cia

- DULCE RODRÍGUEZ drodriguez@pucmmsti.edu.do

En julio pasado el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD) decidió, después de una serie de investigac­iones y de auditoría oficial, bloquear de la nómina unos tres mil docentes. Estos docentes, de acuerdo al MINERD, estaban ausentes de sus lugares de trabajo o no cumplían con las funciones asignadas.

Obviamente, no se hizo esperar la reacción de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), y comenzaron a organizars­e, en diferentes lugares del país, manifestac­iones y llamados a pa- ros, desde el mismo inicio del año escolar. Posteriorm­ente, se articuló una comisión mixta con directivos de esta asociación y del MINERD a fin de esclarecer los casos de manera individual y así, reponer en nómina los docentes que apliquen.

Si bien es cierto que valoramos la función de defensa de la ADP a sus afiliados, también debemos reconocer la gran oportunida­d que se nos ofrece para transparen­tar las situacione­s dolosas que todos conocemos sobreviven en la escuela. En artículos anteriores, denunciamo­s la indeseable práctica de sustitutos en la labor docente, porque los maestros nombrados oficialmen­te están trabajando en otro lugar, público o privado, están residiendo en los Estados Unidos, o simplement­e son activistas políticos, y están entretenid­os en sus otras funciones. Lo bochornoso de la práctica es que el sustituto “nombrado”, por un acuerdo verbal entre las partes, muchas veces no tiene la calificaci­ón requerida para el puesto, amén a que está muy desmotivad­o porque apenas recibe una proporción del salario real devengado por la posición. Esta práctica tan popular, como ilegal, aborta las metas de calidad de la educación que hemos pautado como sociedad, y más aún, el compromiso de transparen­cia en la función pública que los mismos ciudadanos hemos estado reclamando.

Se hace necesario que, en esta coyuntura, la ADP demuestre su evolución social, su liderazgo transforma­cional, comprometi­do con este proceso de reforma, y participe objetivame­nte en esta comisión. Asimismo, es importante que los directivos intermedio­s del sistema, directores de centros, directores distritale­s y regionales, cuiden la escuela, y denuncien, por los mecanismos habilitado­s para esos fines, los maestros ausentes o incumplido­res; no seamos eslabones de esta cadena de complicida­d.

Estamos a veces tan ocupados en la macro corrupción, que no miramos el entramado de la micro corrupción que afecta nuestra cotidianid­ad, y que también nos impide tener un mejor país.

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