Trabaja en un plan denominado Esquipulas III, con el cual busca solventar la deuda social pendiente.
Vinicio Cerezo es un soñador. Desde muy joven incursionó en la política de su país natal (Guatemala) y en ese entonces anhelaba una tierra en paz, orientada hacia el desarrollo nacional, con fortaleza económica y social y con proyección internacional; pero materializar ese sueño no sería una tarea fácil.
Tras más de 30 años de conflictos, la Guatemala del siglo pasado vivió duros escenarios que no le fueron ajenos a Cerezo. Sufrió al menos cuatro atentados, durante los cuales resultó herido y por poco pierde la vida; además, se estima que 300 integrantes del partido donde militaba, Partido Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), fueron asesinados por razones políticas. Pero esas vivencias y ese escenario hostil, en vez de amilanarlo, le hicieron soñar más.
Su voluntad fue tan inquebrantable, que pese a enfrentar un Estado anárquico que se encontraba bajo guerra civil, a los 44 años de edad se hizo con el poder por la vía democrática y el 14 de enero de 1986, es juramentado como Presidente de Guatemala, en un hecho que se recuerda como el fortalecimiento de la era democrática a esa nación centroamericana, donde otrora habitó parte de la civilización Maya y la Olmeca.
Hoy, a sus 74 años de edad, Cerezo sigue soñando, pero ahora con una Centroamérica unida y con una fortaleza económica y política que le permita, en las próximas dos décadas, convertirse en el gran puente entre los dos subcontinentes americanos y el gran puente entre los dos océanos. Ese es su principal propósito en su condición de secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (Sica), cargo que ocupa desde el pasado mes de junio.
En una visita que hizo a Multimedios del Caribe, acompañado por la jefa del gabinete de la Sica, Olinda Salguero, Ce- rezo conversó con el director de elCaribe, Osvaldo Santana, y destacó que sueña con hacer del mito de la integración un hecho real, que definirá como Esquipulas III y a través del cual pretende solventar la deuda social pendiente de Centroamérica con un macroproyecto para el desarrollo económico, educativo y social, con equidad en la región.
“Realmente el espíritu de los presidentes de la región centroamericana y del Caribe que constituyen ahora el Sica, es precisamente hacer una especie de relanzamiento del proceso de integración centroamericana que de alguna manera se había vuelto un poco burocrático, menos político y por lo tanto menos identificado con los objetivos generales del proceso de integración”, dijo.
Aseguró que por primera vez se designa a un expresidente para la Secretaría General del Sica, con el objeto de elevar el nivel de la Secretaría, la gestión política y las relaciones internas de la región.
“Lo primero que quiero plantear y en lo que quiero involucrar el proceso, es en pensar en un nuevo modelo de desarrollo, pero digamos que le hemos dado en llamar la Centroamérica dentro de 20 años, es decir, cómo vamos a tener la Centroamérica y el Caribe después del proceso de integración, porque definitivamente sólo con una visión prospectiva, mirando al futuro, vamos a poder realmente crear lo que yo he dado en llamarle el sueño de la integración”, aseveró.
Tareas pendientes Cerezo, en su pragmatismo plantea como una tarea imperante solventar los problemas de interconexión de tránsito de mercaderías y de personas, así como elevar los niveles de inversión que permitan hacer crecer las economías centroamericanas y, de esa forma, generar los recursos que le permitan a Centroamérica pagar las deudas pendientes con los pueblos de la región. “Tenemos que combatir la pobreza extrema, abrir un mapa de posibilidades para todos los sectores, no sólo para los que ya han tenido posibilidades, sino para muchos de los sectores marginados y cuando estamos hablando de eso estamos pensando en las mujeres y los jóvenes que son los que se van a tener que hacer cargo de este proceso de integración Expresidente Vinicio Cerezo fue presidente de Guatemala entre 1986 y 1991 y luego diputado al congreso