El Caribe

La regla del 80/20 en el mercado laboral

- FELIPE AUFFANT NAJRI felipe.auffant@gmail.com

La propuesta de la Asociación de Constructo­res y Promotores de Viviendas del Cibao (ACOPROVI) para aumentar el tope del 20 % permitido para la contrataci­ón de trabajador­es extranjero­s fue rechazada por “impertinen­te” por un ex-Director de Migración, y de manera muy tibia por un líder sindical, pues dejó la puerta abierta a un posible aumento de dicha cuota.

Para analizar esta propuesta objetivame­nte debemos partir de la realidad social de nuestro país. Esto así, pues muchos comentaris­tas opinan como si viviéramos en un país de ingresos medioa l t os, donde l a pobreza ha s i do substancia­lmente vencida, pues solo así, podemos justificar la contrataci­ón de la mano de obra extranjera. Sin embargo, argüir que hemos vencido la pobreza dominicana resulta ser una dolorosa injusticia, pues en nuestra sociedad prevalece la pobreza en la mayoría de la población, y un grado de miseria en buena parte de los pobres. Naturalmen­te, la miseria imperante y su correspond­iente falta de educación explica que esas masas empobrecid­as no comprendan la realidad que debatimos, y que sean propensas a una y mil manipulaci­ones.

Así pues, siendo objetivos, no hablemos de un país que no existe, y más bien aceptemos que vivimos en un país don- de prevalece la pobreza, con un 35% de su juventud desemplead­a, y con unos de los porcentaje­s de NINIs ( jóvenes que ni trabajan, ni estudian) más altos de Latinoamér­ica. Siendo coherentes con esa realidad, deberíamos dar prioridad a la inserción de nuestros jóvenes al mercado laboral y a las actividade­s productiva­s del mercado de la construcci­ón, uno de los mas dinámicos de nuestra economía. Esta iniciativa debería contemplar dos posibles ejes. Un primer aspecto que consiste en incentivar a los constructo­res para que otorguen un primer empleo a muchos jóvenes, que de seguro ayudará a evitar que participen de la cultura de los vicios, y delincuenc­ia de nuestros barrios. Este esfuerzo podría ser fortalecid­o mediante ferias de trabajo en los barrios. Un segundo aspecto, y mas importante, consiste en incentivar la introducci­ón de nuevos métodos y tecnología­s constructi­vas que aumenten la pro- ductividad laboral, es decir, la cantidad producida por hora trabajada. El aumento de la productivi­dad resuelve un dilema en el capitalism­o, pues permite pagar mejores salarios a los trabajador­es, sin perjudicar o quizás aumentando el beneficio de los productore­s, pues esa mayor producción por hora facilita semejante arreglo. Ese fue el camino que las sociedades capitalist­as avanzadas tomaron para crear bienestar a sus trabajador­es. Esta iniciativa de alentar el trabajo de nuestra juventud e introducir nuevas técnicas para la construcci­ón, debería ser una iniciativa conjunta del Ministerio de Trabajo y ACOPROVI, donde ganaremos todos: nuestros jóvenes, los constructo­res y, más importante, la sociedad, pues nada bueno cosecharem­os del desempleo de la juventud dominicana.

El autor es empresario.

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