El Caribe

A orilla del Ozama esperan lo último para refugiarse

- DIANA RODRÍGUEZ

En otras circunstan­cias, saPELIGRO. lir de la vivienda por más de 24 horas es un asunto de planificac­ión que no presenta mayores traumas, pero cuando se trata de abandonar la casa porque se avecina un ciclón a muchos no les resulta tarea fácil.

Es el caso de quienes viven en la ribera del Ozama en estrechas casas techadas en zinc divididas por diminutos callejones por donde corren aguas putrefacta­s.

El temor de perder sus ajuares es la principal causa por la que estas personas no evacuan en el tiempo prudente que señalan las autoridade­s gubernamen­tales y organismos de protección civil del país.

Hasta ayer al mediodía, residentes de sectores de alta vulnerabil­idad como La Ciénaga, La Zurza, ambos en el Distrito Nacional, y Los Coordinado­res, en Santo Domingo Norte, permanecía­n en sus hogares pese al anuncio de las autoridade­s de abandonar las zonas de peligro.

A un metro del río se ubica la casa de Maribel Lora, en el sector La Ciénaga. Consciente del riesgo que corre ante una eventual crecida, se mantenía atenta a los noticiario­s que dan seguimient­o al huracán María que ha arrasado con otras islas del Caribe. Aunque conoce bien los refugios habilitado­s para casos de emergencia en la barriada, no parecía tener planificad­o salir de la casa.

Por estar más retirada del río, además de su amplitud y resistenci­a, la casa de doña Amelia Sánchez en ocasiones se convierte en almacén de trastes de algu- nos de sus vecinos en tiempos de ciclón. A diferencia de otros residentes de la franja de riesgo, la señora se alistaba, en caso de tener que retirarse, ir a casa de su hija en el sector El Tamarindo. “Cuando el huracán Irma yo me preparé para irme, pero no pasó nada y no salí y todavía tengo las cosas guardadas. Todavía estoy preparada”, dijo.

Al ser abordado sobre su experienci­a en evacuacion­es en la ribera de los ríos Ozama e Isabela, el jefe de Operacione­s de la Defensa Civil, Delfín Rodríguez, es enfático en decir “no podemos perder una vida por cuidar ajuares. Ellos creen que si abandonan sus hogares, desaprensi­vos pueden llevarles lo poco que han podido obtener”.

Dijo que como organismo de socorro, recorriero­n la zona de mayor peligrosid­ad de la provincia Santo Domingo y a la vez realizaron reuniones con los representa­ntes de juntas de vecinos y líderes de clubes de los sectores más precarios para que a partir de la tarde de ayer sean evacuados, y advirtió que si fuera necesario lo harán de manera compulsiva.

Explicó que hay casos de familias donde el padre se queda en la casa vigilando las pertenenci­as mientras la madre y los hijos se van a lugares más seguros.

“Pero la instrucció­n del director es evacuar a esa gente de una forma u otra”, precisó. Rodríguez agregó que con la finalidad de mantener la seguridad en las demarcacio­nes afectadas las Fuerzas Armadas dispone de militares. No obstante, indica que la integridad de los soldados está por encima de lo material.

Albergues disponible­s La Defensa Civil de la República Dominicana cuanta con 3,262 albergues en todo el país con capacidad para refugiar a 900 mil personas, de los cuales el 52 % son escuelas.

En el caso del Distrito Nacional, los organismos de protección civil en coordinaci­ón con la alcaldía y juntas de vecinos utilizarán como albergues a la funeraria municipal de La Zurza y el local del cuerpo de Bomberos de La Ciénaga y algunas iglesias católicas y evangélica­s.

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EDWARD ROUSTAND Desde el sector La Ciénaga, la señora Amelia Sánchez observa la trayectori­a de huracán María en un noticiario.
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EDWARD ROUSTAND Alcalde coordina acción.

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