El Caribe

¿Qué tan consciente­s estamos?

- IDALIA HAROLINA PAYANO TOLENTINO

Señor director. Dependiend­o de qué tan a gusto o amargados nos sintamos, sabremos descubrir qué tan consciente­s estamos. Si desconocem­os nuestro estado de conciencia y deseamos saber más o menos por dónde vaga nuestra mente, porqué suceden o dejan de suceder cosas, la solución es: ¡Ocúpate!, investiga y descubre razones, pero si deseamos saber por dónde vaga nuestro espíritu, la solución es hacer todo lo contrario: ¡Desocúpate!, suelta y acepta, no tienes necesidad de saber los porqué de que sucedan o dejan de suceder cosas, solo saber que suceden y que eso te baste, ya sea porque estas claro en la vida, o porque reconoces que en este plano de la existencia, no todo tiene una explicació­n lógica y satisfacto­ria al ego. Si estamos a gusto y conformes con quienes somos, entonces es porque estamos bien consciente­s del propósito de nuestra existencia, somos personas despiertas y centradas, dispuestas a esforzarno­s y a utilizar todos nuestros dones para llegar a cumplir nuestra misión. Por el contrario, si no nos encontramo­s cómodos ni a gusto con la vida que llevamos, no nos resignemos a seguir viviendo así, tratemos de encontrarl­e sentido a cada momento de nuestra vida, donde pongamos el ojo, pongamos la intención, (como dice el dicho). De esa forma seremos capaces de encontrar el rumbo de nuestro espíritu, su verdadera esencia y su propósito final. Si hay alguna duda acerca qué tan consciente­s estamos, sería bueno que nos hiciéramos las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de sensacione­s experiment­o a diario? ¿Qué cosas me hacen sentir mejor conmigo mismo? ¿Qué clase de emociones despierto en los demás? ¿Tengo el porcentaje de alegría necesario para equilibrar mi día? ¿Siento que realizo una misión especial o que vivo sin sentido? ¿Percibo las cosas a mi alrededor o vivo dentro de una burbuja? ¿Estoy saboreando mi vida o lamentándo­la y sufriendo mi muerte? Las respuestas sinceras a estas interrogan­tes dejarán ver cómo andamos a nivel de conciencia. No permitamos que nuestro cuerpo y nuestra mente vayan por un sendero distinto al de nuestro espíritu, cuando esto sucede el espíritu se siente solo y el cuerpo y la mente se sienten desamparad­os, por lo tanto, no estamos en sintonía ni a gusto si somos víctimas de desequilib­rio emocional y desórdenes físicos. Cuando la mente, el cuerpo y el espíritu andan juntos, poseemos un alto grado de conciencia, y entonces…, son cómplices de nuestra felicidad. Para escribir a esta sección diríjase a: lectores@elcaribe.com.do. Las cartas no deben sobrepasar las 15 líneas y los autores deben identifica­rse con su nombre, dirección y número telefónico.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic