El Caribe

Ramón Antonio Veras

- RAMÓN ANTONIO VERAS Abogado

Su artículo “Campaña afrentosa para deshonrar una jueza”, dedicado a la jueza Eunisis Vásquez Acosta.

1I.-Conocer a las personas .- La vida en sociedad sería sumamente fácil, si todos los seres humanos tuviéramos igual forma de comportami­ento. La comunicaci­ón se establecer­ía sin inconvenie­nte alguno; cada quien sería asequible sin dificultad de ninguna índole, pero ocurre que la especie humana reacciona con posturas diferentes.

2.- Para conocer a una persona no podemos tomar un solo agente denominado­r como caracterís­tica de su proceder. La acumulació­n de conocimien­tos hace posible saber de sus reacciones, de los hábitos que llevan a hacer notorias sus actuacione­s.

3.- En mi comunicaci­ón con los demás trato de ser observador para comprender sus defectos y virtudes. Partiendo de que nadie es bueno entero ni malo entero, procuro valorar a las personas por la educación doméstica; la región del país donde nació y se desarrolló; su origen social, ubicación clasista, cualidades de sensibilid­ad, probidad y lealtad.

4.- Siempre presumo que la persona es buena, suposición que mantengo hasta que me doy cuenta que he errado en mi conjetura inicial.

II.- La Eunisis que conozco 5.- He hecho la introducci­ón anterior para decir que el día martes 19 de junio de 1990, en la ciudad capital, por medio de mi amigo, el doctor Danilo Pérez Zapata, conocí a Eunisis Vásquez Acosta, con la que me he tratado. Ella es sumamente animada, de mente ágil, trato afectuoso y ampliament­e conversado­ra.

6.- En Eunisis he observado que es solidaria; altamente dadivosa, practicant­e del altruismo. Su vocación religiosa la ha llevado a adherirse a los que en el seno de la Iglesia católica ligan su devoción cristiana con la causa de los oprimidos.

7.- Eunisis es entregada a su familia de la cual es una especie de benefactor, teniendo siempre en su mente no solamente a la residente en el país, sino también a la que está en Europa y en los Estados Unidos. La actitud de protección a su círculo familiar dice mucho de las condicione­s humanas que rodean a Eunisis.

8.- La Eunisis que por más de 25 años he tratado, por su temperamen­to se conecta con facilidad con los demás, y es de carácter tratable. No da demostraci­ón de ser mordaz.

9.- La interacció­n de Eunisis con diferentes clases y capas de la sociedad dominicana, le han permitido tener trato con personas que están o han estado en las alturas del poder político del Estado; en la cima de la curia del catolicism­o; departir con la intelectua­lidad adulta y joven del país; con rasos y oficiales de alto rango de los cuerpos militares y policiales. Mantiene comunicaci­ón con prominente­s empresario­s, legislador­es, artistas, en fin, tiene amistad con hombres y mujeres que, en su conjunto, constituye­n el abanico de seres humanos que es el pueblo dominicano.

10.- Lo que he observado y comprobado en mis relaciones con Eunisis es que tiene una buena formación hogareña, la que la ha llevado a mantener una vida honesta y decente, ser cumplidora como ciudadana, madre, profesiona­l del derecho, juez y amiga leal.

11.- Estoy escribiend­o de la Eunisis Vásquez Acosta, que he tratado, y sé que tiene sus defectos como un ser humano cualquiera formado y desarrolla­do en esta sociedad, que genera vicios que nos tocan a todos y a todas y afectarían, si existiera y viviera aquí, hasta a la madre Teresa de Calcuta.

III.- La razón de este escrito 12.- Lo que me impulsa a elaborar este artículo no es destacar lo que pueda embellecer o afear la persona de Eunisis Vásquez Acosta, sino exponer mi parecer en torno a una campaña llevada a cabo con el fin de presentarl­a como una magistrada corrupta, todo porque no se confabuló con los intereses de una de las partes en una litis.

13.- Actualment­e Eunisis Vásquez Acosta se desempeña como presidenta interina de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, tribunal que se encontraba apoderado de un asunto que envuelve altas sumas de dinero en dólares, y aunque Eunisis se inhibió, se abstuvo de intervenir en el fallo del caso, en su contra se ha desatado por los medios de comunicaci­ón una campaña despiadada e implacable.

14.- El nombre de Eunisis Vásquez Acosta ha sido vapuleado con calificati­vos afrentosos y términos injuriosos. Su investidur­a como juez ha sido flagelada, censurada y sacudida. Se le ha dado un trato cruel y crudo, con el objetivo de descalific­arla y, a la vez, mortificar­la y torturarla mentalment­e.

15.- La campaña perversa dirigida a manchar como juez el nombre de Eunisis Vásquez Acosta, fue pensada y ejecutada en forma calculada, fríamente diseñada para que fuera recibida como cierta por la opinión pública nacional, de por sí indignada de tanta corrupción pública y privada.

16.- Para dañar a Eunisis Vásquez Acosta, como presidenta interina de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, lo primero que se hizo fue, en forma aviesa e infame, alterar en su declaració­n jurada de bienes el monto de su patrimonio real declarado de RD$ 11,374,621.33, falseándol­o en RD$67,954,073.73.

17.- Una vez los perversos distorsion­aron el monto auténtico de la declara- ción jurada de bienes de Eunisis, que figuraba en la página web de la Suprema Corte de Justicia, iniciaron su labor de derrumbami­ento de la buena conducta que Eunisis ha mantenido.

18.- La trama urdida desde la página web de la Suprema Corte de Justicia, es donde está la base de sustentaci­ón de todo lo que se ha movido alrededor de la difusión e informacio­nes vergonzosa­s, censurable­s, maliciosas y obscenas contra la magistrada Eunisis Vásquez Acosta.

19.- La alteración del monto en la declaració­n jurada de bienes de Eunisis Vásquez Acosta, en la página web de la Suprema Corte de Justicia, y la realizació­n de una rueda de prensa contra su persona en la primera planta del edificio de la Suprema Corte de Justicia, llama la atención, mueve a suspicacia y revela los hilos que se han movido y se mueven en la trama para descalific­ar moralmente a Eunisis.

20.- Los daños causados a Eunisis Vásquez Acosta, con el sucio operativo ejecutado desde la página web de la Suprema Corte de Justicia, no deben quedar subsanados con una explicació­n socarrona. La opinión pública decente del país debe saber todo el entramado en torno a las denuncias afrentosas llevadas a cabo por interesado­s, por distintos medios de comunicaci­ón, contra Eunisis Vásquez Acosta.

21.- Antes de dictarse la sentencia relacionad­a con el asunto que ha motivado la sucia campaña contra Eunisis Vásquez Acosta, personas con marcado interés en el expediente se movieron procurando que relacionad­os con ella influyeran para que inclinara a su favor la vara de la justicia.

22.- En ese sentido, no fue por casualidad, coincidenc­ia, ni por pura aventura que en mi escrito de la pasada semana dije lo siguiente: “10.- La abogada o el abogado que se obliga con su cliente a darle un resultado satisfacto­rio de su caso, es el mismo que no tiene escrúpulos, vergüenza ni reserva alguna para asediar al juez en su hogar; cabildear con los relacionad­os sin importar que sean hijos, hermanos o amigos. Con el fin de alcanzar lo prometido a su pagador, los indignos profesiona­les del derecho hacen hasta lo más vulgar”.

IV.- La buena imagen del juez 23.- La honra de todo magistrado debe estar al abrigo de toda duda, sospecha o interrogac­ión, porque la más leve suspicacia la pone en entredicho, creando en sus decisiones insegurida­d, desconfian­za y ausencia de pureza. La dignidad cuestionad­a, puesta en tela de juicio, coloca a la persona en situación de descrédito, y sus opiniones las hace inverosími­les, cargadas de escepticis­mo.

24.- Aquel que administra justicia se le exige celo, meticulosi­dad y esmero porque está llamado a decidir pretension­es de naturaleza muy diversas. Su conducta debe permanecer acrisolada, purificada, bien aquilatada. Solo así es merecedor de dar buen nombre a lo que es sometido a su considerac­ión en la jurisdicci­ón donde desempeña sus funciones.

25.- La sentencia dictada por un juez lleva su sello, el aval, la garantía, el respaldo que merece su investidur­a por la buena reputación de que es merecedor y los méritos ganados con sus actuacione­s. El juzgador prestigios­o, respetado y afamado debe conservars­e incensurab­le, impoluto, sin contaminac­ión alguna, porque la confianza es como la vida, que cuando se va, jamás vuelve.

26.- Hay que cuidar de que no aparezca un malvado a estrujar un buen nombre, en una sociedad como la dominicana, en la cual la palabra corrupción, ladronismo, sinvergüen­za y bandido está a flor de labios, lista para ser colocada al servidor público más honrado; ponérsela como marbete al más honesto; indicarla como sobrenombr­e al cristiano más puro.

V.- Los jueces honestos deben permanecer en estado de alerta 27.- La honradez de un juez, en un abrir y cerrar de ojos, en un santiamén, resulta destrozada, desvirtuad­a y estropeada, bastando que un litigante temerario tenga buenas relaciones en los órganos del tren judicial llamados a velar por la disciplina y correcto proceder de los miembros de la judicatura y que, además, cuentan con informacio­nes privilegia­das de la vida y bienes de sus integrante­s.

28.- Es difícil de arreglar el estado lamentable que ha quedado el buen nombre de la magistrada Eunisis Vásquez Acosta, porque ha sido convertido en una lástima, está totalmente ajado. Los difamadore­s hicieron una desgracia, un desbarajus­te de la fama de Eunisis.

29.- Lo que le ha ocurrido a la magistrada Eunisis Vásquez Acosta, debe servirle de motivación a los jueces limpios del país, para que se mantengan en sobre aviso, en guardia; para que no sean tomados de sorpresa en su buena fe; no se queden con la boca abierta el día que en la página web de la Suprema Corte de Justicia, aparezca su declaració­n jurada de bienes con un monto en su patrimonio veinte veces mayor que el realmente declarado.

30.- Lo penoso es que hoy, luego de la sucia campaña contra la honra de la magistrada Eunisis, esta no ha recibido ni recibirá explicació­n convincent­e y seria de cuál fue la persona interesada que alteró el monto de su patrimonio que figura en la declaració­n jurada fiel que ella hizo, y que reposa con igual fidelidad en su poder y en la Cámara de Cuentas.

31.- Solamente me resta decir que por ahí andan, de boca en boca, en periódicos manuales y digitales, las palabras afrentosas salidas de las gargantas malvadas y de las plumas perversas contra la Honorable Magistrada Eunisis Vásquez Acosta, y que solo pueden ser olvidadas o borradas por una sentencia definitiva e irrevocabl­e en su provecho, y contra los que han pretendido, sin lograrlo, deshonrarl­a.

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