“El futuro del arte está amarrado al futuro de la humanidad”
Mi formación profesional no es como artista, sino como ingeniero de sistemas, con un ejercicio de casi 30 años. La pintura siempre fue un pasatiempo que practiqué en diferentes momentos de mi vida, pasando por varias escuelas del país. Hace 20 años mi carrera profesional me permitió combinar dos pasiones: tecnología y diseño. Tras 12 años en ese caminar, retomo la pintura en 2009. He tenido la oportunidad de aprender de artistas como Elías Delgado, Nidia Serra y Alberto Bass. Pasé por la escuela de Guillo Pérez, hice talleres con Teté Marella, con la argentina Sonia Vila. En los últimos años, junto a Fernelly Ferreiras y Lucas Peña. Recientemente, con Milagros Guerra. He realizado muchos cursos no presenciales con artistas de Estados Unidos y Europa. Quedé marcada por la pintura intuitiva de Flora Bowley.
Seguir sueños siempre es un reto que reviste dificultades, pues se trata de hacer realidad algo que de momento no lo es. Cuando ese objetivo reviste un cambio interior, cuando te transforma, implica aún mayores dificultades. En mi caso, el primer gran sueño logrado es cambiar de un ejercicio constante de la razón y la lógica, y saltar hacia el uso natural y fluido del lado derecho del cerebro, a vivir desde la creatividad y la intuición. Vivir desde la perspectiva del arte me ha transformado como persona. Es un camino hermoso, pero no fácil. La mayor dificultad la pones tú misma. No es fácil romper tus esquemas y tu rutina natural, sobre todo si no hay ninguna crisis que provoque esa ruptura. Ha habido y seguirá habiendo otros sueños. Yo seguiré tras ellos. De eso se trata la vida.
¡No es sólo pintura! Pintura es la mayor protagonista como expresión artística en este momento y es la que comparto con el mundo. Pero disfruto dibujar, escribir, cantar, bailar. Sé algo de piano y guitarra. No me extrañaría que en poco tiempo esté haciendo algún tipo de escultura. Según mi esposo, algún día escribiré un libro. La mayor parte de mi producción sigue siendo figurativa, aunque cada vez más abstracta. El período de mis estudios de pintura intuitiva resultó en cuadros bastante expresivos”. Como tengo poco tiempo dedicada al arte, debo ir desarrollando la obra que me califique. Soy artista en la medida que tengo una obra que me valide como tal”.
Mi proceso creativo me mantiene trabajando varios cuadros al mismo tiempo en diferentes estados de avance. Voy de uno a otro según vaya decidiendo cuál es el próximo paso. Confieso que no sé cuánto tiempo me conlleva un cuadro.
El arte es un mundo tan amplio que sería imposible darle una sola lectura. Hay muy buenos artistas que engalanan el estilo contemporáneo y las nuevas disciplinas integradas al arte en el pasado reciente. Artistas con un concepto claro, planificado y con un mensaje que llega claramente a través de su obra. Pero también con frecuencia veo obras de arte que no se sostienen por sí solas, que no sobreviven fuera del espacio en que están exhibidas, cuyo mensaje no trasciende al público y que requiere de una explicación o un intermediario que la valide para llevar su mensaje. Por otro lado, veo un público que se siente excluido, que siente que el arte es para personas de otro nivel intelectual. He escuchado frases como ‘el arte no me interesa porque yo de eso no entiendo’. El arte no está hecho para entenderse, sino para vivirse, para disfrutarse, para dejarse afectar por él. También hay muchas manifestaciones artísticas que encajan en un estilo más tradicional y que llega fácilmente a todos y cuyo único objetivo es evocar sentimientos y reacciones en el espectador. Al verlas no necesitas buscarle la explicación, independientemente de que te guste o no te guste, o de que lo que provoque en ti sea positivo o negativo. Obras ante las que tienes una reacción no rebuscada. En este grupo quiero estar yo.
El futuro del arte está amarrado al futuro de la humanidad. El arte es reflejo del hombre y su contexto. Tengo la impresión de que estamos en un punto de cambio importante en la historia del arte, pero eso se sabrá cuando se vea este tiempo histórico a posteriori. Hace apenas 20 años tenemos acceso a internet y a un mundo de información e imágenes a través de él. Esto, unido a los acelerados cambios de las últimas décadas ha influido enormemente en la transformación y aparición de nuevas disciplinas artísticas. También estamos en un momento donde mucho del arte no parecería ser arte. Hay quienes dicen que estamos en un momento de ‘feísmo’ como movimiento artístico. Otros dicen que ya no hay arte o que esto es el arte después de la era del arte. Sea cuál sea la respuesta...si hay futuro y hay humanidad, habrá arte...o algo que llamemos arte.
La principal ha sido la aceptación. Primero de mí misma: aceptar que dentro de mí hay una artista que tiene mucho por expresar. Segundo, la aceptación de quienes no entienden este salto que he decidido dar. En tercer lugar, la aceptación del entorno artístico.
Actualmente estoy preparando mi segunda exposición individual a presentarse en el Salón de Exposiciones Temporales de APEC a partir del 15 de noviembre. Aquí presentaré un conjunto de obras a las que llamo “Jugando con la Luna”. Voy a participar en el Festival de Dibujo 2017 que se exhibirá en Downtown Center del 3 al 8 de octubre, organizado por la Fundación Arawak. También voy a participar en la colectiva “Ojalá que llueva. El paraguas como objeto de arte”, organizada por la Fundación Ossaye.