Desde 1979, el Suroeste fue tocado por 22 ciclones
Los meteoros que han golpeado con mayor fuerza al país entraron por la región Sur, principalmente por Barahona
El próximo mes finaliza la temporada ciclónica en República Dominicana, mientras fenómenos van dejando daños significativos en algunas comunidades del Norte del país, rompiendo con modelos de trayectoria que, mayormente apuntaron al Sur.
Históricamente, los fenómenos que han impactado con mayor fuerza suelo dominicano entraron por la costa sur. El punto de mayor incidencia ha sido la península de Barahona
De acuerdo con el predictor Bolívar Ledezma, de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), desde el huracán David (31-8-1979), a la actualidad, alrededor de 22 ciclones tropicales han afectado el litoral Sur, específicamente el Suroeste.
Los registros de los daños demuestran que en los últimos 39 años los huracanes que han entrado por la costa Sur del país han causado más daños que los que penetraron por el Norte, y según el experto esto se debe a que la Cordillera Central funciona como una barrera.
David es recordado como uno de los huracanes más devastadores en territorio dominicano, alcanzando la categoría 5 con vientos de 249 kilómetros por hora. Entró al país por la provincia sureña San Cristóbal, causando más de 2,000 muertes y miles de damnificados, desbordamientos de ríos y daños considerables a las infraestructuras en la región Sur. En ese entonces, los especialistas estimaban las pérdidas en el sector agropecuario superior a los 1,000 millones de dólares. Otro huracán que causó estragos en la costa sur fue Emily, el 22 de septiembre de 1987, categoría 4, con vientos máximo de 220 kilómetros por hora. No obstante, el encargado del departamento de Meteorología indica que cualquier costa llámese Norte o Caribe puede ser afectada por estos fenómenos, todo dependerá de la trayectoria que tomen. “Cada ciclón tropical tiene vida. No existen dos huracanes que hayan mantenido la misma trayectoria en toda la historia de la República Domini-
Periodo La temporada ciclónica inicia en 1 de junio y termina el 30 de noviembre
cana”, agrega. Un ejemplo lo es el huracán George, que entró por el Este el 22 de septiembre de 1998, dejando cientos de muertos y una cantidad considerable de viviendas destruidas.
Ledezma explica que en el proceso de formación de los ciclones tropicales, la trayectoria es sujeta a lo que esté reinando en la atmósfera.
“Si están bajo la influencia de la alta presión del Atlántico, el fenómeno se mantendrá con movimiento hacia el oeste hasta que se salga de esta presión. Y empezará a buscar la baja presión que es lo que define donde estará su ojo. Si se mantiene la alta presión en el Atlántico pasará por el Sur del país”, explicó.
Ya pasó la etapa crítica
Aunque se puede decir que pasó el periodo crítico de la temporada ciclónica, que está entre agosto y septiembre, esto no quiere decir que no pueda formarse un ciclón fuera de esta etapa que inicia el 1 de junio hasta el 30 de noviembre.
Para muestra está la tormenta tropical Olga, que afectó al país el 11 de diciembre de 2007. Las autoridades reportaron 14 muertos, 34,480 personas damnificadas, daños en 6,896 casas y 76 poblados incomunicados.
El ciclón invistió fuertemente la provincia Santiago por el desfogue inusitado de la presa de Tavera.
En octubre de ese mismo año, la región Norte del país, fue azotada por la tormenta Noel, que dejó un saldo de al menos 73 muertes y más de 64,000 personas evacuadas.
También provocó la destrucción del poblado del Duey en Villa Altagracia y el aislamiento de 39 comunidades de la región Sur.
En septiembre pasado, dos huracanes pusieron el país completo bajo alerta, Aunque su impacto no fue devastador, como ocurrió en otras islas del Caribe, Irma y María dejaron considerables pérdidas materiales.
Unas 800 mil tareas del sector agropecuario fueron afectadas por las lluvias e inundaciones dejadas a su paso por los huracanes, según informó el Ministerio de Agricultura.
De acuerdo con el ministro de Obras Púbicas y Comunicaciones, Gonzalo Castillo, los daños en infraestructuras viales provocados por los efectos de estos fenómenos superaron los RD$3,000 millones.
El Centro de Operaciones de Emergencia (COE), da cuanta que por ambos huracanes que impactaron la costa Atlántica, más de 80 mil personas se vieron obligadas a salir de sus viviendas. Entre los dos, dejaron sin agua potable a más de dos millones de personas.
“A medida que crece la población nos hacemos más vulnerables. Yo no quisiera ver un huracán categoría 5 entrando por la ciudad Santo Domingo”, advierte el meteorólogo al referirse a la vulnerabilidad de las edificaciones y las infraestructuras del país caribeño.