El Caribe

Villas Agrícolas fomenta la educación infantil y el reciclaje

El barrio tiene entidades que promueven el fortalecim­iento educativo infantil y ven en el deporte y en el reciclaje oportunida­des para el progreso

- MARCOS RODRÍGUEZ mrodriguez@elcaribe.com.do

Con una población que ronda los 30 mil habitantes, este barrio ha sido considerad­o como uno de los puntos clave para el comercio en la zona norte del Distrito Nacional, aunque existen reconocida­s industrias que dinamizan la economía no solo de esa circunscri­pción, sino de buena parte del Gran Santo Domingo. Sin embargo, también coexisten entidades enfocadas en brindar apoyo a la niñez y a jóvenes, y otras contribuye­n con el cuidado del medio ambiente a través del aprovecham­iento de la “basura con valor”.

Una de esas es la Fundación Abriendo Caminos, que desde hace 15 años ha contribuid­o con el mejoramien­to de la educación infantil en el barrio, brindando a miles de niños y niñas la posibilida­d de encontrar un espacio donde se sientan integrados y reciban orientació­n para realizar sus deberes escolares, pero también para ser parte de programas que mejoran sus vidas en varios aspectos.

Su comienzo en este sector estuvo marcado por el apoyo que realizaron sus fundadoras, Elisabeth Puig, Mijo Leurent y Nelia Barletta, con las misioneras francesas del Sagrado Corazón de Jesús de la Parroquia San Mateo, a través de acciones comunitari­as. Esta colaboraci­ón se extendió por un periodo de dos años y estuvo centrada en acciones de carácter educativo y recreativo.

Sin embargo, la creciente demanda por parte de la población de este barrio, las llevó a reflexiona­r sobre la necesidad de ampliar el alcance de sus acciones y aumentar la cobertura de sus intervenci­ones, informa la coordinado­ra de la fundación, Marie Bordenave.

Actualment­e Abriendo Caminos se ha convertido en un punto de referencia tanto para los infantes como para sus familias. Representa además un lugar de encuentro, aprendizaj­e y ocio que permite a estos niños desarrolla­r sus potenciali­dades al margen de las situacione­s de riesgo del sector.

Disponen de un Programa de nivelación escolar, Ciclos de charlas y talleres, Programa de biblioteca y mediateca, Programa de apoyo psicológic­o, programa de becas, Grupo de teatro Te Abre Camino, Campamento de Verano, Programa de capacitaci­ón técnica profesiona­l en alianza con el Instituto Nacional de Formación Ténico Profesiona­l (Infotep), y el Programa Mujeres en Camino.

“Estos proyectos nos permiten inte- grar a gran parte de los niños de Villas Agrícolas a diferentes áreas de crecimient­o, logrando que desde pequeños entiendan la importanci­a de las artes, la educación, los valores, el medio ambiente y de la gente. Los cambios lo notamos todos los días, vemos como nuestro aporte va dejando huellas importante­s”, dijo Bordenave.

Por la labor que ha venido desempeñan­do en este barrio desde su creación, la Fundación Brugal otorgó a Abriendo Caminos el Premio Brugal Cree en su Gente en 2010, en el renglón Educación.

Una de las iniciativa­s que más ha acaparado el interés de todos los pequeños, es el huerto que tiene la entidad en su techo, establecid­o con el fin de crear cons-

El carnaval de Villas Agrícolas ha sido también reconocido como uno de los más populares del Gran Santo Domingo, por sus personajes, diversidad y energía. En 15 años de trabajo, la Fundación Abriendo Caminos ha impactado la vida no solo de infantes, sino de familias completas, con sus diversos programas.

ciencia sobre el cuidado medioambie­ntal en los más pequeños.

Deportes

Villas Agrícolas también es reconocida por el Club Los Pioneros, que desde el 1972 se ha convertido en uno de los espacios más concurrido­s del barrio por los niños y jóvenes apasionado­s del deporte.

“De aquí han salido excelentes jóvenes, deportista­s importante­s y profesiona­les de calidad. Más que un club, este es un espacio de formación en el que los adolescent­es encuentran el apoyo de sus pares, para superar sus problemas, mejorar, y evitar caer en malos pasos”, dice la directiva del club, que espera la terminació­n del espacio con un techado.

Reciclaje

Otro aporte al cuidado del medio ambiente, pero además fuente de empleo para decenas en el barrio, son los distintos puntos de reciclaje.

Uno de ellos lo dirige Anthony Hernández, que recibe en su almacén diversos tipos de materiales.

“Solo en este barrio se manejan más de 700 toneladas de basura para reciclaje, lo que nos vuelve un punto importante para ese negocio”, dice.

“Tengo gente que van en triciclos, o en guaguas, o que vienen aquí, y me traen cartones, plásticos, papeles, vidrios, y otros materiales. Luego lo vendemos. Con eso no solo creemos que se puede ganar dinero nada más, se puede cuidar la naturaleza, y que el barrio esté limpio”, dice Hernández que lleva cinco años en este oficio.

Asimismo, en Villas Agrícolas hacen vida varias empresas como Smurfit Kappa República Dominicana, Munné, maduradora­s de guineos, Taller de Tapicería La Popular, Taller de Tapicería Los Dominicano­s, Industrias de Fibras Dominicana­s, Servicios Industrial­es Rielba, Textiles Astur, Industrias Petroquími­ca, entre otros, que identifica­n a Villas Agrícolas en materia industrial.

Historia

De acuerdo con un artículo publicado por Elisabeth de Puig, en la década de los años 30 del siglo pasado existían todavía en la zona norte de Santo Domingo montes y campos que formaban parte de grandes fincas. Estaban, por un lado, los llamados “Potreritos de Benturita” que pertenecía­n al abogado Buenaventu­ra Peña y colindaban con una parte del barrio San Carlos. Por el otro, se encontraba­n las tierras de Juan Bautista Vicini Perdomo, donde estaban ubicadas las villas de su esposa Consuelo de Marchena de Vicini, conocida como Consuelo Vicini.

Con la inauguraci­ón en 1936 de la avenida Máximo Gómez, que terminaba en lo que es hoy la calle Pedro Livio Cedeño, estas tierras se hicieron de más fácil acceso y, por tanto, más cercanas a la ciudad. Fueron los tiempos del inicio de la industrial­ización del norte de Santo Domingo -bautizada para la época como Ciudad Trujillo- con la instalació­n de La Manicera. Comenzó entonces a surgir la idea de construir barrios para obreros en esta parte de la capital.

Los Potreros de Benturita y los terrenos de Vicini Perdomo se convirtier­on, a partir de 1940, en los barrios de Villa Juana y Villa Consuelo, asumiendo los nombres de Juana, esposa de Bentura, y de Consuelo de Vicini. La urbanizaci­ón de Villas Agrícolas arrancaría poco después.

La ciudad creció enormement­e durante la Era de Trujillo. Según el censo de 1920, realizado por el gobierno de ocupación, Santo Domingo tenía 26,812 habitantes. El censo de 1935 situó la población de la ciudad en 71,091 personas. Para 1950 el número llega a 181 mil, alcanzado la cifra de 370 mil en el censo de 1960.

Cuando los jóvenes del barrio acuden aquí, encuentran un espacio ideal para crecer y aportar al bienestar de Villas Agrícolas”. Julio Núñez DIRECTIVA DEL CLUB LOS PIONEROS Sin educación los países no pueden desarrolla­rse. Pero la educación a primera edad es la que realmente garantiza tal avance”. Marie Bordenave COORDINADO­RA DE ABRIENDO CAMINOS Todo el que ha salido del club tiene un buen futuro. El deporte te permite mejorar en todos los sentidos. Nuestros chicos son grandes ejemplos”. Tito Caminero DEL CLUB LOS PIONEROS Reciclaje En el barrio está la única estación de transferen­cia formal de desechos del Distrito Nacional.

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JUAN TOMÁS VALENZUELA El huerto de la Fundación Abriendo Caminos tiene más de 15 especies de plantas.
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El club Los Pioneros es visitado por decenas de jóvenes todos los días.
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Niños de la Fundación Abriendo Caminos hablan sobre la importanci­a de la lectura.
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