El Caribe

Lectura sabatina

- MIGUEL GUERRERO

Admito mi carencia de respuesta para algunas de las más importante­s preguntas que muchas veces me formulo, escribí hace ya algún tiempo. Por ejemplo, ¿por qué escribo una columna diaria? ¿Por dinero? No lo creo. Lo que me pagan no me resuelve ningún problema. ¿Entonces, por qué lo hago? ¿Acaso es la búsqueda de fama o reconocimi­ento? Descartado. Detesto la primera y dudo que se obtenga lo segundo por esa vía. ¿Por vanidad? Aún no sufro de ese mal. ¿Para probarme a mí mismo? No necesito hacerlo. Me basta con mi familia. ¿Para estar en el centro de la energía que mueve a esta sociedad? ¡Imposible, daría cualquier cosa para estar lejos de ella!

Pero debe haber una razón, sin duda. Tal vez tan poderosa que sea incapaz de comprender­la. Pasa muy a menudo en un mundo atormentad­o, donde las personas viven angustiada­s por el duro quehacer diario, asfixiadas muchas de ellas en una abundancia extrema y a veces aniquilado­ra del espíritu, y otras, en número mayor, atrapadas en una terrible escasez desconsola­dora.

Cuando comencé a escribir a diario restándole tiempo a mis obligacion­es como ejecutivo de un periódico, me ilusionaba la idea de contribuir a la solución de problemas nacionales o por lo menos a despejar de brumas el camino por el cual transitan muchos lectores.

Me costó tiempo y millones de palabras para convencerm­e de cuán tonta era Cuando comencé a escribir a diario restándole tiempo a mis obligacion­es como ejecutivo de un periódico, me ilusionaba la idea de contribuir a la solución de problemas nacionales o por lo menos a despejar de brumas el camino por el cual transitan muchos lectores”.

esa idea. Me di cuenta años después que a lo sumo uno se gana algunas simpatías y, por supuesto, la animosidad de gente fanática incapaz de admitir opiniones distintas a las suyas. Significa que escogí un oficio equivocado. ¡Ni pensarlo, pues haría lo mismo si tuviera otra oportunida­d! ¿Entonces, a qué viene todo esto? ¿Por qué seguir insistiend­o? Realmente no lo entiendo, aunque de pronto, sin proponérme­lo, casi lleno el breve espacio reservado para una entrega sabatina, que tal vez muy pocos leerán.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic