El Caribe

Los aumentos sectoriale­s

- RAMÓN TORRES

Señor director: A propósito del aumento de 15% al salario de los albañiles, vale la pena saludar esa decisión tripartita. No se puede negar que una mejoría salarial de humildes trabajador­es siempre será vista con agrado, sin embargo, desde unos años acá, tanto en el sector público como en el privado, se ha incurrido en la modalidad de efectuar aumentos salariales sectorizad­os, pienso que deberíamos detenernos a reflexiona­r acerca de las consecuenc­ias negativas que esto conlleva, incluyendo hasta para la competitiv­idad empresaria­l y laboral en sentido general, esas ocho horas de trabajo, o como fuere el caso, deberían tener una compensaci­ón similar, siempre y cuando no sea para labores especializ­adas, esto así, debido a que los salarios en la masa trabajador­a van dirigidos a resolver necesidade­s básicas, y aquí estamos muy lejos de alcanzar un nivel salarial apropiado a las demandas de consumos básicos de los hogares dominica- nos; luego, eso crea distorsion­es de múltiples efectos, llevando hasta a ciertos niveles de frustracio­nes, y hasta encierra una especie de discrimina­ción laboral.

Lo más sano sería, cual que fuera el aumento, hacerlo en sentido general, así, el efecto sinérgico que produce el aumento de la circulació­n del dinero surtiría un sano efecto sobre el dinamismo de la economía en general.

Parte de lo que estoy diciendo se prueba si miramos que en el sector público el último aumento general se efectuó en el año dos mil cinco, consistent­e en un treinta por ciento, distribuid­o en 15 y 15 en enero y junio respect i v a mente. Si n e mbargo, v a r i a s institucio­nes públicas han efectuado hasta más de un aumento de aquel entonces a acá, al igual, semejantes situacione­s se manejan en el sector privado. De hecho, siempre he creído que la política salarial debería tener cierto grado de armonía entre el sector público y el privado, efectuando aumen- to general por inflación cada año, en el nivel que la realidad económica del momento lo permita, sugiriendo que el Estado lo haga en enero y el privado en marzo de cada año. Creo que la bondad de este último planteamie­nto se puede interpreta­r fácilmente, así, en el sector empresaria­l, sus productos tendrían mayor venta (por ser un sueldo básicament­e de consumo), por su parte, el Estado aumentaría sus recaudació­nes de impuestos, y todo esto contribuir­ía a un sano crecimient­o de la economía y ayudaría a la paz social tan anhelada en estos tiempos. Para escribir a esta sección diríjase a: lectores@elcaribe.com.do. Las cartas no deben sobrepasar las 15 líneas y los autores deben identifica­rse con su nombre, dirección y número telefónico.

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