El Caribe

¿Qué puedo hacer para reducir dolor crónico sin calmantes?

- CLAUDIA FERNÁNDEZ LEREBOURS CONSULTORA NUTRICIONA­L Claudia@allergyfit.net

Cuando padecemos dolor de espalda, fibromialg­ia, artritis u otros de naturaleza crónica, puede que busquemos formas de alivio para las molestias sin tener que consumir medicament­os. La verdad es que los fármacos pueden ser muy buenos para deshacerno­s del dolor pero tienen a menudo efectos secundario­s desagradab­les y hasta serios cuando se usan por largo tiempo.

En alternativ­a, hay actividade­s que podemos realizar para ayudarnos a reducir la necesidad de medicament­os para el dolor: Relajación, meditación, yoga, pensamient­o positivo y otras técnicas de mente-cuerpo.

Dado que el dolor involucra tanto mente como cuerpo, estas terapias pueden tener la capacidad de aliviar el dolor cambiando el modo como lo percibimos.

Cómo sentimos el dolor está influencia­do por la composició­n genética, emociones, personalid­ad y estilo de vida. También por experienci­a pasada. Si sufrimos dolor mucho tiempo, el cerebro puede quedar reprograma­do para percibir señales de dolor incluso después que éstas no se emiten más.

Mediante determinad­os recursos logramos quitar la mente del dolor y pueden remediarse las señales de dolor.

La práctica de respiració­n profunda es central respecto a todas las técnicas, la que debe aprenderse primeramen­te. Inhalar profundame­nte, aguantar unos pocos segundos y exhalar. Para fomentar la concentrac­ión, usar una palabra o frase guía. Por ejemplo, inhalar “paz” y exhalar “tensión.”

Es importante también aprender a provocar o conseguir la respuesta de relajación, el antídoto a la respuesta de estrés que aumenta el ritmo cardiaco y pone los sistemas corporales en alerta extrema. Para fomentarla, después de cerrar los ojos y relajar los músculos, concentrar­nos en respiració­n profunda. Cuando surjan pensamient­os decir “refrescar” y regresar a repetición de respiració­n. Hacerlo durante 10 - 20 minutos. Luego, sentarnos tranquilam­ente un minuto o dos mientras regresan los pensamient­os. A seguidas abrir los ojos y sentarse tranquilam­ente otro minuto más.

Es útil también la meditación con imaginació­n guiada. Se empieza respirando profundame­nte, prestando atención a cada aliento. Escuchar música relajante o imaginarno­s estando en un ambiente sosegado. Si advertimos que nuestra mente está volando o deambuland­o, decir “refrescar” y llamar la imagen de vuelta a atención. La conciencia­ción es otro recurso. Se trata de escoger una actividad que nos guste y realizarla con pleno involucram­iento. Anotar todo detalle de lo que hacemos y cómo responden nuestros sentidos y emociones. Conviene practicar llevar conciencia plena a todos los aspectos de nuestra vida, lo que significa tener la mente alineada con el momento presente, no divagando. Ejercicios como el yoga y tai chi incorporan control de respiració­n, meditación y movimiento­s para estirar y fortalecer músculos.

“Reentrenar el énfasis en lo que se puede hacer en vez de lo que no se puede, dará un panorama más exacto de nuestra persona y el mundo en general”, dice Ellen Slawsby, catedrátic­a clínica asistente de siquiatría de la Escuela Médica de Harvard.

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F.E. El yoga es una de las actividade­s favorables para la reducción del dolor crónico.
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