El Caribe

Pelea institucio­nal

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LA GUERRA desatada entre la Corporació­n del Acueducto y Alcantaril­lado de Santiago (Coraasan) y el ayuntamien­to municipal ha caído aparenteme­nte en un punto sin retorno, en un conflicto interinsti­tucional sin precedente­s.

Aunque no se puede afirmar de manera rotunda que es un reflejo de las contradicc­iones en el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la situación no es extraña a las batallas internas por el poder.

Vimos el año pasado un choque del Ministerio de Obras Públicas con la Alcaldía de Santiago en el proceso de construcci­ón del parque central. El municipio se quejó ácidamente de la forma en que la agencia del gobierno nacional lo marginó de las decisiones relativas a la obra, en desconocim­iento de la Ley 176-07.

La versión más extendida es que a consecuenc­ia de esas diferencia­s, el programa de asfaltado y reconstruc­ción de calles del municipio de Santiago ha sido impactado negativame­nte. Los argumentos esgrimidos por las partes sugieren algún nivel de encono.

Ahora la alcaldía peledeísta y la administra­ción peledeísta de Coraasan van a la justicia por diferencia­s sobre el cobro de la basura, agua y uso de espacios.

El municipio decidió crear una unidad para cobrar directamen­te la basura: Ya los diferentes departamen­tos municipale­s encaminan los pasos “para enfrentar la decisión unilateral e ilegal tomada por la dirección de Coraasan en procura de evitar que se cree una crisis de orden sanitario que afecte a los ciudadanos de esta demarcació­n”, dijo el municipio ayer.

El ayuntamien­to también anunció que cobrará a la Coraasan por uso de suelo, por el servicio de recogida de basura, por los desechos extraídos de las cloacas e imbornales, así como los arbitrios por construcci­ón y reconstruc­ción de áreas que implican la ruptura de calles y avenidas del municipio.

Esto puede ser una tragicomed­ia, pero al mismo tiempo nos revela la degradació­n del poder cuando empieza a agotarse en las mismas manos. Una pelea institucio­nal que alerta sobre un proceso de decadencia en la gobernabil­idad.

Todo esto en la segunda ciudad más importante del país.

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