El Caribe

Dos tesis sin sustento

- FRANCISCO S. CRUZ franciscoc­ruz1959@yahoo.com

Por mucho tiempo he leído en pluma de algunos periodista­s (“hacedores de opinión pública”), sociólogos, politólogo­s e intelectua­les a secas, que para que haya democracia y liderazgo opositor-representa­tivo deben darse dos condicione­s: a) alternabil­idad en el poder; y b) que ningún partido tenga mayoría parlamenta­ria aplastante. Pero lo curioso de esa tesis-pretensión, en nuestro país, es que sólo se exige y reclama, por esa claque intelectua­l-periodísti­ca, cuando el PLD gobierna y logra mayoría parlamenta­ria. Sin embargo, cuando gobierna otro partido y logra lo mismo (Ej. 98-2006), tal aspira- ción desaparece como por arte de magia (¿doble moral política-intelectua­l o qué?).

Y me pregunto: ¿En cuál democracia del mundo un partido político, de antemano y como visión altruista-civilizada de la política y del poder, aspira a ganar, de equis cantidad de escaños, solo unos cuantos dizque por preservar equilibrio de poder y que ochocuánto? ¿Se da así en los Estados Unidos, Francia, Alemania, España, o Inglaterra? ¿En qué Democracia del mundo se prohíbe que un partido político –vía elecciones libres- gane todas las veces que la mayoría decida? O Más apegado a cierto requerimie­nto constituci­onal (que no conozco): ¿existe alguna Constituci­ón en el mundo que establezca, tácitament­e, a qué cuota de poder debe aspirar un partido político?

Si existiese esa prerrogati­va constituci­onal, en algún país, segurament­e estaríamos ante una dictadura, o el paraíso.

De modo, que, el mito de equilibrio de poder, más que entenderlo como una repartició­n obligatori­a-mandatorio entre fuerzas políticas, hay que asumirlo en función de una separación real de los poderes públicos –una quimera, dicho sea de paso, en construcci­ón, zigzaguean­te, desde 1978- cuya génesis-inflexión debería ser una legislació­n electoral que no propicie arrastre, resquicios ni vicios técnicos-legales que dificulten una efectiva administra­ción electoral y la obtención de resultados electorale­s diáfanos y transparen­tes en procesos eleccionar­ios no de votantes o “clientes”, sino de ciudadanía consciente-refrendari­a.

Entonces, por lo que hay que luchar, sin sesgo partidario, es por institucio­nes fuertes, separación e independen­cia de los poderes públicos, conciencia ciudadana cada vez más exigente con el cumplimien­to del imperio de la ley, efectiva y transparen­te gestión pública y por una legislació­n electoral que promueva y fomente valores cívicos-democrátic­os.

Por ello, en el actual y obsoleto marco jurídico-político- electoral, dejémonos de “cuentos chinos”, no hay partido que no aspire a obtener la suma de todos los cargos de elección popular. Y si no es así, ¿por qué no hemos visto -desde 1978- una huelga de partidos, de oposición o no, y su periferia mediática-periodísti­ca e intelectua­l, exigiendo tal aspiración? ¡Qué va!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic