Centro Cultural de las Telecomunicaciones
Este museo interactivo presenta la evolución de la comunicación en RD y el mundo a través de cuatro salas Importancia
El Centro Cultural de las Telecomunicaciones (CCT) Ing. Álvaro Nadal Pastor es un espacio que muestra la evolución de la comunicación a través de cuatro salas donde se exponen aparatos y herramientas utiliza- dos desde la prehistoria, así como los dispositivos electrónicos que han marcado la tendencia en nuestra era.
Bajo la dirección del Instituto Nacional de las Telecomunicaciones (Indotel) y con un ambiente que ofrece al público una visión histórica y cultural de la evolución de la comunicación, este espacio está abierto desde el 18 de julio del 2011.
Este centro cuenta con áreas recreativas e instructivas, como un museo in-
El Centro busca que la parte más importante de nuestra historia como humanos: la comunicación, no se pierda con el tiempo”.
teractivo, un moderno auditorio con capacidad para 144 personas, salón educativo con una capacidad para 48 personas, mediateca, sala de exposiciones temporales, estudio de televisión y cabina de radio.
Desde el momento de ingresar al CCT por el área de lobby, los visitantes inician el aprendizaje, pues aparecen ilustraciones realizadas por el reconocido artista Cristian Martínez, alusivas a los inicios de la comunicación, y cómo esta llega a convertirse en todo lo que hoy conocemos.
De acuerdo con el coordinador del Centro, Basilio Belliard, se “procura educar a los visitantes permitiendo la interacción con gran parte de los materiales que se exponen, con lo que buscamos servir de ejemplo vivo de esa conversación entre el pasado y el futuro, y de cómo hemos cambiado en estos últimos años en términos de tecnología y en las formas de comunicarnos. Cada espacio del Centro está pensado para dejar una enseñanza, aquí se vive el conocimiento”.
El Centro Cultural de las Telecomunicaciones está dividido en cuatro espacios interactivos. Está la Sala 1, donde se puede conocer, a través de un túnel del tiempo muy didáctico, el desarrollo que lleva la comunicación desde que el hombre se comunicaba con señales de humo y arte rupestre, hasta la llegada de la electricidad cuando se le dio paso a la telecomunicación.
Esta sala envuelve al visitante en la historia de las telecomunicaciones con la llegada del primer teléfono al país, el teléfono de magneto, y su transición en la isla.
Esta exposición nos sumerge en una reflexión acerca de la comunicación contemporánea y el drástico paso hacia la infocomunicación.
De acuerdo con el coordinador del Centro, Basilio Belliard, en esta sala se puede interactuar además con los sonidos de distintos timbres de teléfonos, que revelan la historia y evolución de la telefonía en la República Dominicana.
Similares detalles también tiene la Sala 2, donde se puede disfrutar de un recorrido interactivo con piezas invaluables que nos muestran los avances de la telefonía en nuestro país, que nos relatan momentos históricos para la comunicación, como el surgimiento de la primera compañía dominicana de teléfonos, la primera llamada internacional, los primeros teléfonos inalámbricos y sus avances hasta nuestros días. Se presenta asimismo la labor de instalación de los cables submarinos, gracias a los cuales se intercomunica todo el planeta.
“Esta sala nos transporta a una era importante para el desarrollo de la comunicación, cuyo impacto podemos ver en nuestros días”, contó Belliard.
Entre tanto, en la Sala 3 se hace un recorrido por la historia de la radio y la televisión de nuestro país. Fotomontajes, exposición de objetos y quioscos interactivos permiten un viaje por el mundo de la radio y la televisión dominicana, conociendo quiénes fueron sus pioneros, los primeros equipos, instalaciones, usuarios y más. Todo esto gracias a una colección que atesoraba el Museo Lulio Moscoso, perteneciente a la Corporación Estatal de Radio y Televisión, y donada por esta institución al Centro Cultural.
Asimismo tiene un teatro inspirado en los años 50, que busca enriquecer los conocimientos de los visitantes con diferentes documentales, algunos de ellos realizados por el mismo Centro sobre temas culturales y sociales.
En la Sala 4, se puede apreciar un laboratorio de internet, colección de robots, así como juegos en pantallas de contacto y 3D, los cuales son exhibidos con la finalidad de que el público pueda interactuar con la tecnología actual.
Es una sala donde el visitante puede percibir el cambio que la tecnología trajo consigo para las telecomunicaciones. El origen y el desarrollo de las computadoras, los juegos electrónicos y la robótica, “exposiciones desarrolladas en un
“Estamos enfocados en colocarnos como un modelo a seguir en América Latina y El Caribe, ese es nuestro desafío inmediato”. Cada día llegan aproximadamente 300 personas, usualmente de escuelas y colegios, pero también de instituciones privadas”.
ambiente futurista, multisensorial e interactivo”, detalla Belliard.
El Centro Cultural cuenta asimismo con el Cine Auditorio Arturo Rodríguez, un espacio con capacidad para 144 personas y equipado con la tecnología más avanzada, utilizado para realizar diversas actividades.
Este lugar posee un sistema de sonido Dolby Digital, cámaras robóticas para la grabación de sus eventos, diseño acústico para presentaciones musicales, y presentaciones corporativas.
Además, para los estudiantes de Ciencias de la Comunicación el Centro ofrece un espacio para realizar prácticas de televisión, en un estudio profesional, que es también utilizado para grabaciones de programas, pilotos, sesiones fotográficas, spots publicitarios y demás.
Asimismo cuentan con un estudio de radio con un sistema Protool LE, servicios de transferencia y digitalización. Además, en ese mismo espacio el visitante puede encontrar una extensa audioteca de efectos y sonidos.
El coordinador Belliard subraya que “las exposiciones y actividades del Centro Cultural de las Telecomunicaciones, constituyen una fuente de educación sana y divertida para las nuevas generaciones del país”.
El recorrido por estas instalaciones es sin duda una invitación permanente a involucrar todos los sentidos en una experiencia única e inolvidable, que conjuga lo histórico de los museos y lo novedoso de la tecnología.