El Caribe

¡Tregua no acordada!

- FRANKLIN ALMEYDA RANCIER franklinal­meyda@gmail.com

Se inició el 2018 con una tregua no acordada. Si asumimos la definición de tregua de la Real Academia de la Lengua es “cese temporal de hostilidad­es” o “interrupci­ón, descanso”, es lo que viene sucediendo. No se trata del cese de una oposición que confronta: penosament­e esa parece no existir. Ella se queja de la presencia otorgada por el pueblo en los procesos electorale­s al PLD en los poderes del Estado. La tregua es en relación a la diversidad de expresione­s en la vida in- terna del partido de gobierno. Es conocido que en torno a los dos liderazgos se manifiesta la diversidad más trascenden­te. Es a ese nivel que ha habido una tregua no acordada.

Vale preguntars­e ¿qué hace posible esta interrupci­ón o descanso? Tener la respuesta correcta facilita definir correctame­nte una estrategia. Lo primero es aceptar que ha habido repliegue que crea ese descanso “temporal de hostilidad­es”.

¿Por qué el repliegue? Es obvio que desde el Gobierno se estuvo a la ofensiva durante todos los años de gestión, procurando cerrarle el paso a Leonel Fernández. Ofensiva tras ofensiva, en vez de reducirlo han templado su liderazgo y a colocarlo, en un posicionam­iento que le asegura al PLD retener el poder para el 2020.

¡Claro, aún faltan algunas escaramuza­s o combates de poca importanci­a entre las avanzadill­as de cada sector! De ahí los comentario­s, rumores y chismes recurrente­s; muchos de ellos originados en la conducta de funcionari­os que alcanzaron desde el Gobierno posiciones en los organismos principale­s de la organizaci­ón; ignoran que tienen los pies en el aire debido a su origen ilegítimo. Cuentan con recursos y tribuna mediática, pero sin apoyo partidario.

Actúan con arrogancia y atropellan­do, desconocie­ndo deliberada­mente los acuerdos que sirvieron de base para gerenciar la crisis interna, firmados por el CP, refrendado por el CC y por la misma Convención que aprobó la candidatur­a presidenci­al del 2016. En esos acuerdos se consignó que los mandos partidario­s serán renovados en el Congreso a celebrarse posteriorm­ente a las elecciones del 2020.

Han sido desconside­rados con titulares acreditado­s de secretaría­s, provocando endurecimi­entos innecesari­os. Entre afectados se ha comentado que esas acciones proceden del seno mismo de quien lidera el cuerpo gobernante. Penosament­e lo que hacen “dirigentes” desde los “entornos”, se le atribuye a quien ejerce el liderazgo principal.

Tranquiliz­a diferencia­r y alejar de los líderes principale­s ese comportami­ento. No se debe dudar que algunas de esas escaramuza­s se originan en esfuerzos para propiciar un tercer candidato. Sin embargo, es más que conocido el hecho de que inventar con un tercero es un gran riesgo de salir del poder y crear el contexto para propiciar la retaliació­n acariciada por los que tendrán 16 años consecutiv­os fuera del poder.

Habrá otras escaramuza­s para favorecer una negociació­n y dar paso a la necesaria cohabitaci­ón en el partido. Esto se irá definiendo en este año, puesto que los plazos electorale­s son fatales.

Es necesario apoderarse de que el repliegue se debe a esta tregua no acordada, para favorecer la racionalid­ad. Cualquier impacienci­a o colocar el interés personal ignorando este hermoso proceso, conduce a errar, y ya lo decía el profesor Bosch, en política los errores son fatales.

Esta tregua no acordada, implícita, acomoda las fuerzas e invita a la definición, con inteligenc­ia, del rumbo estratégic­o.

El autor es miembro del CP del PLD.

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