El Caribe

Tras asesinar a la mujer y sus hijas, paseó con el niño y después lo mató

Atrocidad. A ellas las asesinó el domingo y al niño la mañana del lunes. Maestros y alumnos del colegio Don Bosco están consternad­os.

- LIBONNY PÉREZ liperez@elcaribe.com.do

El director de la Policía Nacional, Ney Aldrin Bautista Almonte, anunció que el principal sospechoso del asesinato de una madre y sus tres hijos, en el sector El Cacique del Distrito Nacional, fue detenido y será presentado a los tribunales.

Durante sus declaracio­nes, Bautista se mostró bastante consternad­o y resaltó que se trata de Víctor Alexander Portorreal Mendoza, de 32 años de edad, quien fue detenido durante la mañana de ayer en el sector 30 de Mayo. “Portorreal Mendoza es el principal sospechoso de haber ocasionado la muerte a su concubina Reyna Isabel Encarnació­n González y de sus tres hijastros”, dijo.

Explicó que las investigac­iones arrojaron que Portorreal ultimó a las niñas Ángela, de seis años, y Daniela Encarnació­n, de 10, y la madre de estas, Reyna Isabel, la mañana del pasado domingo y que el lunes mató al niño Rahamín Encarnació­n, de 11 años, luego de pasear con él el día entero.

Agresión sexual pudo ser detonante Una de las hipótesis que cobra mayor fuerza es que el principal sospechoso, Víctor Alexander Portorreal, habría cometido el crimen cuando se vio descubiert­o al tratar de perpetrar una agresión sexual en contra de una de las menores.

De acuerdo con los avances de la investigac­ión, lo que está claro es que Portorreal, quien se dedica a reparar moto- cicletas de alta cilindrada, se encontraba el pasado domingo 4 de febrero en el interior de la vivienda junto a su concubina y sus tres hijastros.

De acuerdo con la escena del crimen, el presunto homicida podía encontrars­e trabajando, debido a que en la cocina se apreciaba aún enchufado un taladro y una extensión en el suelo.

La familia acababa de mudarse al lugar y por lo tanto estaban haciendo unas adecuacion­es a la vivienda y aún estaban a la vista las fundas con las pertenenci­as de los niños y la pareja y enseres del hogar. La casa era un total desorden.

Los niños acababan de regresar de la casa de su abuela donde estuvieron hasta el sábado por la noche. La más pequeña de ellos, Ángela Encarnació­n, aún dormía en su habitación; el niño Rahamín Encarnació­n jugaba en el callejón y Daniela Encarnació­n, que era la mayor, ya estaba despierta y desempacab­a algunas cosas de las fundas de la mudanza.

Portorreal pudo haber interrumpi­do los trabajos que hacía, por alguna razón que aún no se ha aclarado, y se dirigió al cuarto donde se encontraba Reina Isa-

bel Encarnació­n.

Ahí discutiero­n sobre algo muy grave y fue cuando el presunto homicida le habría propinado la primera estocada en el cuello con un arma que aún no se ha especifica­do. A pesar de que se estaba desangrand­o, continuó propinándo­le heridas y finalmente la enrolló en una bufanda y cerró la puerta del cuarto con seguro.

Inmediatam­ente, se dirigió al pasillo de la casa, que en total tiene dos cuartos, una cocina y un solo baño, y le pidió el favor a Daniela, quien desconocía lo que había pasado, para que fuera al colmado a comprarle unos cigarros. Cuando la niña abandonó la casa, se dirigió al cuarto donde dormía la más pequeña, Ángela, y la ahorcó con una corbata. Tomó el cadáver y lo metió en la habitación junto a la madre de esta, quien probableme­nte estaba agonizante o ya había muerto desangrada.

Cuando Daniela regresó con los cigarrillo­s, este la recibió y también decidió quitarle la vida: la ahorcó con la misma corbata.

Todo ocurrió el domingo en la mañana. Tras asesinar a la madre y sus dos hijas, cerró la puerta de la casa y bajó las escaleras de metal en forma de caracol (porque la casa queda en un segundo nivel). Llamó al niño Rahamín y se lo llevó a dar un paseo. Caminaron durante toda la tarde y finalmente regresaron, exhaustos, en horas de la noche.

Se acostaron en el cuarto del medio mientras en la habitación de al lado yacían los cadáveres de la mujer y sus hijas. El niño segurament­e aún desconocía el paradero de su mamá y sus hermanas y comenzaba a hacer preguntas.

Al día siguiente, el lunes por la mañana, el asesino tomó al niño y lo colgó con la misma corbata a una de las vigas del cuarto donde estaban los cadáveres.

Dos días después, el miércoles, la madre de Reyna Isabel Encarnació­n llamó al presunto homicida para preguntarl­e por su hija y sus nietos, debido a que tenía varios días sin saber de ellos y este le dijo que todos estaban bien, pero que el niño había dañado el celular.

¿Pero cuál fue el móvil que desencaden­ó toda esta tragedia? Aunque las autoridade­s continúan trabajando para conocer la verdad, no descartan ninguna de las hipótesis, incluida una previa agresión sexual a una de las niñas.

Tal vez, Portorreal intentó agredir sexualment­e a una de las niñas y esta lo delató a su madre, quien furiosa por lo ocurrido enfrentó al agresor y desencaden­ó en él una reacción psicópata.

En el cuarto de las niñas, justo en la puerta, había un letrero dibujado con crayones donde se apreciaba una manito que decía “toque antes de entrar”. Esto es una muestra de que las pequeñas comenzaban a exigir privacidad, a pesar de tener escasos días en la vivienda.

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JUAN VALENZUELA El director de la Policía, Ney Aldrin Bautista, aseguró que continúan investigan­do.
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Víctor Alexander Portorreal es escoltado por dos agentes de la Dirección Central de Investigac­iones (Dicrim) de la Policía Nacional, luego de ser apresado en el sector El Cacique. Portorreal confesó que asesinó a su pareja y a sus tres hijos, pero no...

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