Lamenta el cúmulo de prejuicios en RD
“Realmente no soy optimista. Manejo solo las variables económicas necesarias para no ser una completa ignorante de la materia, pero me parece social y humanamente inaceptable que nuestros índices de pobreza (multidimensional, monetaria o como se le llame) sigan sobrepasando el 30 % y que el 6.5 % de la población esté en pobreza extrema. Que la concentración de la riqueza progrese, en lugar de disminuir, como lo atestiguan las cifras del propio Ministerio de Economía de 2016. Me descorazonan la precariedad institucional que nos deja a merced de quienes mandan, anulando nuestros derechos; la corrupción (pública y privada, que conste) que nos daña material y moralmente y le roba al país la posibilidad de construir una sociedad equitativa, en la que la satisfacción de las necesidades materiales y culturales no sea un lujo inalcanzable. Llega a sacarme de quicio la banalidad de las propuestas políticas que se nos hacen. Me hunde el ánimo comprobar el aplastante cúmulo de prejuicios del que somos portadores: misoginia, sexismo, homofobia, antihaitianismo, conservadurismo, intolerancia, etc. Todo esto aleja cada día la posibilidad de un país que te enriquezca personal y socialmente. Cuando, como es mi caso, ya tienes por delante menos futuro que historia, solo puedes sentir que has perdido la partida”.