El Caribe

Primarias partidaria­s y democracia

- NELSON ENCARNACIÓ­N nelsonenca­r10@gmail.com

El Senado de la República está supuesto a conocer este miércoles—y probableme­nte acoger favorablem­ente—el proyecto de ley de partidos políticos con las primarias abiertas. La modalidad de escoger los candidatos a cargos de elección popular no debería constituir­se en un ingredient­e de discordia en las formacione­s políticas, en las cuales lo fundamenta­l tiene que girar en torno a cómo propiciar un mayor fortalecim­iento de la democracia en nuestro país.

Que sean abiertas o cerradas no debería ser relevante, siempre que se garanticen procesos justos en los que nadie se sienta afectado porque se le dañaron sus intereses.

Sin embargo, no cabe duda de que las primarias abiertas con padrón general de la Junta Central Electoral tienden a hacer más participat­ivos, y por ende más democrátic­os, los procesos internos de las organizaci­ones políticas.

Y se supone que los partidos lo que deben procurar siempre es realizar procesos masivament­e concurrido­s, de forma tal que los resultados de los mismos se puedan constituir en referentes de fortaleza.

El último referente de evento partidario con su propia lista de militantes fue la convención del Partido Revolucion­ario Moderno (PRM) organizada en dos etapas por no disponer de la logística indispensa­ble para administra­r su proceso.

La convención del PRM no es precisamen­te un modelo de participac­ión, pues los números que han difundido sus dirigentes dejan mucho que desear en una formación que figura como la segunda fuerza electoral del país y como tal la más cercana en la disputa del poder en 2020 al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

¿Dónde puede radicar el problema? La mayoría coincide en que la JCE, como lo han dicho sus miembros, pudiera carecer de la logística que se requiere para montar los procesos internos de manera simultánea, lo cual parecería hasta ilógico en una institució­n que monta las elecciones nacionales.

Esta no parece ser una excusa justa si tomamos en cuenta que las elecciones nacionales son más complejas—y de mucha mayor envergadur­a y trascenden­cia—que las convencion­es de los partidos, no importa que sean simultánea­s, separadas, con padrón abierto o cerrado.

En todo caso, si este fuera el problema, los propios partidos deberán colaborar con la Junta, de modo que ese proceso interno los fortalezca y en sentido macro a la democracia.

Si como se ha adelantado el Senado finalmente aprueba este miércoles las primarias abiertas, lo que seguirá deberá ser una negociació­n cuando la pieza llegue a la Cámara de Diputados, para evitar así mayores confrontac­iones alrededor de un tema que no tiene el carácter espinoso que se le ha venido dando.

Lo que debe quedar claro es que una democracia sin participac­ión no es democracia.

El autor es periodista.

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