Buenas perspectivas
EN LOS PRIMEROS MESES de este año la economía creció un promedio de 6.7%, nivel por encima de las previsiones de las autoridades monetarias para el 2018, que es de un 5%. Misma previsión de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que la estimó en 5.1%.
Si observamos el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año, de crecimiento generalizado en las economías más importantes, las medianas y hasta las pequeñas en el mundo, habría que ver con optimismo el desempeño económico dominicano.
La principal economía, Estados Unidos, según la previsión del FMI, crecerá este año 2.9%, tendencia que se mantendrá en las economías de la Zona Euro, con 2.4%. Igual crecerán Japón (1.2%), Reino Unido (1.6%), Canadá 2.1% y “otras economías avanzadas” 2.7%. China y la India continuarán bailando la danza del (alto) crecimiento, con 6.9% la primera y 6.7% la segunda. Crecerán también las economías emergentes de África y la Comunidad de Estados Independientes. Lo mismo que los países emergentes de Europa. En esa ola de crecimiento está Latinoamérica y el Caribe, con la excepción de Venezuela, acogotada por un desplome de la economía, sometida a una hiperinflación, en términos inimaginables.
Halagüeñas son las perspectivas para República Dominicana, lo que se asume lógico en un momento donde la economía global crece, y especialmente el principal socio comercial dominicano, Estados Unidos.
En la mayoría de los países las tendencias indican que el crecimiento será mayor que en 2017. Para Latinoamérica el aceleramiento económico se fundamenta en más inversión y comercio, con mayor demanda de materias primas.
Las perspectivas favorables sin embargo no están exentas de riesgos, como la latente guerra comercial entre los grandes, Estados Unidos frente a China, y colateralmente con algunas líneas de productos de la Unión Europea. La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre Estados Unidos, México y Canadá, no deja de ser inquietante, pero la baja en los discursos ofensivos parece sugerir que finalmente habrá entendimiento.
El FMI observa los riesgos de la expansión del endeudamiento, lo que no es ajeno a República Dominicana. Sugiere políticas inclusivas con los beneficios del crecimiento económico.
Entonces, hay que ver el 2018 con optimismo, pero con cautela.
Sin importar lo que digan, la recogida de firmas de apoyo a la precandidatura presidencial del expresidente Leonel Fernández es a todas luces una modalidad de primarias abiertas, a las que paradójicamente el líder del PLD se opone. Se está permitiendo lo que luego le negará a sus rivales: buscar a lo ex- FRANCISCO S. CRUZ
No solo fue que la pregunta del entrevistador -Huchi Lora- a un viejo y consuetudinario aspirante presidencial que, de repente, anda de “paños y manteles” con un nieto del sátrapa Trujillo, resultó fulminante, sino que, el susodicho empresario y político, quedó, literalmente, mudo.
Y la saga del lobby al nieto del sátrapa tiene varios capítulos. Uno de los menos publicitados, es la de su incursión en veladas, fiestas patrias y llamadas de marketing, en los Estados Unidos.
No obstante, lo curiosamente interesante es que el personaje no encaja en el terno del partido el apoyo que ya él trata de encontrar. La contradicción es propia de quienes no juegan limpio, porque en su condición de presidente del partido, el tres veces expresidente de la República tiene clara ventaja sobre los demás dirigentes que aspiran a la presidencia, que son varios y conocidos.
El señor Fernández usa su condición privilegiada dentro del partido para imponerse a los demás y esa es una práctica no correcta en una democracia. Cuando el hoy presidente de la República, Danilo Medina, desafió su poder, renunció al cargo de ministro de la Presidencia, una especie de jefe de gabinete, para disputarle candidatura a las elecciones del 2008. El gesto no encontró en el presidente del PLD una respuesta similar o acciones que hicieran más equitativa la competencia, en la que al final él se im- fenómeno outsider de moda, pues, en la opinión de su primo (Nicolás Gabriel Trujillo, Listín Diario, 24 de marzo de 2018) lo define-retrata como alguien interesado en “….revivir lo peor de la dictadura para beneficio y alimento del propio ego….”; pero además, si observamos los casos clásicos de outsiders que han llegado al poder, vienen de trayectorias públicas bien marcadas: el primero, del mundo de los negocios y el espectáculo; y el segundo, de una mezcla de burócrata, intelectual y aficionado al arte. Mientras que, el nieto del sátrapa, si acaso, llega a pésimo sofista en vía contraria -llámese, embaucador- o, como mejor lo ha definido, cual psiquiatra, su primo, Nicolás Gabriel Trujillo, en el referido artículo de opinión (O el mismo texto, algo más descriptivo, sobre las “…muchas sombras en su recorrido vital…”, que se colgó en un blog).
Sin embargo, la poca o mucha atención que el susodicho personaje pueda concitar –y ojalá presten oídos las jerarquías de los partidos-, no deja de ser otro síntoma del descrédito de la clase política -que es universal (una idea-ilustración, al respec- puso con el control del Estado a su favor.
Usar una modalidad de primarias abiertas, buscando apoyo externo mientras denuncia el sistema aprobado ya por el Senado con el voto de la mayoría que tiene allí el partido que preside, responde a una razón fundamental. Es la única manera de conquistar la candidatura. Una vez obtenida, un padrón controlado a través de sus incondicionales, de apenas 425 mil miembros, le garantizaría la nominación en un proceso cerrado de primarias. La búsqueda desesperada e irracional de un nuevo mandato está llevando a ese sector del oficialismo a una encerrona de la que no podrá salir indemne. En otras palabras, el señor Fernández busca en un método que rechaza, la victoria en la primera fase de una lucha en el PLD que nadie sabe cómo podría terminar. to: “El fin del poder” de Moisés Naím)-, el déficits de democracia interna en los partidos -que fosiliza esos “aparatos” y castra los liderazgos en ciernes-, el flagelo de la corrupción pública-privada, las reformas políticas-electorales pendientes, el “motoconchismo político” o clientelismo político, la inseguridad ciudadana, la inequidad en el sistema judicial y el sesgocooptación política-fáctica en su conformación; sin obviar -en el contexto sociopolítico actual-, la efervescente plataforma -política-ideológica- de una minoría ultranacionalista-ultraconservadora cuyo discurso político-mediático, quiérase que no, le facilita, al nieto del sátrapa, su activismo-exhibicionismo -por demás, retrógrado- puesto que se empina-inspira en un populismo-nacionalismo de solapa chauvinista -¡y “50 millones$”, ¿será su “oferta programática”?-.
O quizás -para el caso-, valdría citar a José Saramago cuando escribió, con certeza inequívoca -El viaje del elefante-, que “El pasado es un inmenso pedregal que a muchos [-sobre todo, a los trujillistas-neotrujillistas] les gustaría recorrer como si de una autopista se tratara…”.