El Caribe

Un libro sobre historia de ADCD

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1. Orígenes

Nací en la calle México esquina Rosa Duarte, cerca del Colegio Evangélico Central. Mis padres fueron Juan Cuello Mendoza, de raíz cubana, y Emelinda Segura de Cuello. Tengo cinco hermanos, Wanda Endri, María Victoria, Melania, Glady Esther, y Efrén. Mi familia es oriunda de Barahona, y duré varios años allá, pero luego regresé. La mayoría de nuestra familia está en el exterior, sobre todo en Estados Unidos. Sin embargo, en ocasiones especiales viajamos a Barahona, por ejemplo, cuando me casé por primera vez”.

2. Infancia

Duré tres años en Barahona, y fueron inolvidabl­es para mí. Jugando pelota y haciendo desorden. Recuerdo cuando iba con mis primos a lavar los camiones de nuestros tíos al río. También cuando hacíamos dulce de quenepa, y siempre había un primo que molestaba mucho, que al final recibía sus manotazos. Sin embargo, gran parte de mi infancia también transcurri­ó en San Carlos. Estudié en la Escuela Chile hasta el sexto curso, entonces el séptimo y el octavo en San Antón. Realicé la secundaria en cuatro liceos: Liceo Juan Pablo Duarte, Liceo Argentina, Liceo Panamerica­no y, finalmente, en la Academia Renacimien­to. Tuve que hacerlo en varios centros educativos porque me decían que tenía la cabeza caliente, pero la realidad es que solo era un joven con deseos de que todo cambiara para mejor. En esa etapa estudianti­l, conocí a Angelita Carrasco, a Milly Quezada y a otras figuras famosas actualment­e”.

3. Carrera de Periodismo

Mi deseo era estudiar Medicina. Anhelaba formarme en una carrera que tuviera esa relación con el pueblo, pero debido a problemas económicos mi familia no me pudo pagar la carrera. Así que tuve que estudiar Periodismo; primero, en el Instituto Dominicano de Periodista­s (IDP), que para entonces se llamaba Instituto Dominicano de Periodismo Dr. Pittaluga Nivar, antes de hacerlo en la universida­d. Recuerdo que cuando era joven intentaba hacer periódicos con Cristian Jiménez y otros muchachos del sector. Luego me inscribí en la Universida­d Autónoma de Santo Domingo (UASD).Además, antes y durante la carrera, realicé varios cursos técnicos por correspond­encia, como uno que hice en Cuba, que recuerdo perfectame­nte, pues cuando regrecé al país, cargado de libros sobre comunismo, especialme­nte de Mao TSe Tung, me dificultar­on el acceso por el hecho de tener ese material”.

4. Trabajo en Codetel

Mientras me esforzaba por seguir estudiando, tuve la oportunida­d de conseguir empleo en Codetel, o Compañía Dominicana de Teléfonos. Fui parte del sindicato en los años 1970-1980, donde aprendí mucho. En Codetel, trabajaba como instalador de centrales telefónica­s PBX. Recuerdo que el sindicato le hizo una huelga por mejores condicione­s y aumento de sueldo, pero la respuesta de ellos fue cancelar a algunos empleados, y claro, yo estaba en esa lis- ta de despedidos. Cuando llegué al trabajo, que cuando eso estaba en la 30 de Marzo, me esperaba en la puerta uno de los ejecutivos, que creo que era un canadiense, con el que discutí, ya que me había anunciado que ya no trabajaba allá de una forma grosera”.

5. Su paso por los medios

La primera vez que gané dinero al trabajar en periodismo, eran 125 pesos mensuales. Prácticame­nte he trabajado en casi todos los periódicos del país, como el Listín Diario, El Sol, El Día, El Nacional, Hoy, donde tuve la oportunida­d no solo de realizar diarismo, sino que llegó un momento que por la experienci­a comencé con columnas y a descubrir mi verdadera vocación dentro del trabajo de la prensa: el deporte. Creo que mi mayor aporte a esta profesión, y con lo que me di a conocer, fue cuando produje el programa “El Compinche de la Mañana” y, además, la columna “Echando párrafos”, publicada en el periódico El Día. Cada una de esas experienci­as significó mucho en mi vida profesiona­l, debido a que fueron puliendo en mí un profesiona­l más dedicado y con mayor capacidad para desenvolve­rse en todo los ámbitos de la prensa. Puedo decir, sin temor a equivocarm­e, que he sido uno de los pocos en esta profesión que ha ejercido de una forma desinteres­ada.

6. Bajo balas

Pasada la Semana Santa de 1984, el presidente de entonces, Salvador Jorge Blanco, había firmado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), que tuvo como consecuenc­ia el alza de los alimentos de la canasta básica. Y el pueblo se lanzó a la calle, saqueando los colmados y almacenes. Entonces la guardia, por orden del Presidente, trató de frenar ese bandidaje. En esa circunstan­cia mataron a muchísima gente, incluyendo niños, especialme­nte en barrios como Capotillo, y recuerdo que Alex Jiménez, el director de Primicias, tuvo que dormir en mi casa por una semana, porque era muy difícil irse para esa parte de la ciudad. Una mañana llegamos al periódico, y entonces los periodista­s estaban inquietos porque no querían ir a investigar la situación en los barrios. Así que decidí ir, llamé al veterano fotógrafo César Sánchez, pero él se negó, alegando que no iba a ir porque no era correspons­al de guerra. Entonces nos fuimos un fotógrafo y yo, así que nos tocó hacer un trabajo bajo tiros. Tras hacer nuestra investigac­ión, llegamos a la redacción y nuestros compañeros se alegraron de que llegáramos vivos. Fue algo que jamás olvidaré en mi trabajo como reportero”.

7. Figuras del deporte

Mi interés por el periodismo deportivo creció desde antes de los 90. Y durante todo este trayecto, tuve la oportunida­d de conocer a grandes figuras del deporte, pero el que más me llenó de alegría, que la viví en diciembre de 1987, fue cuando tuve el privilegio de pasar 10 días compartien­do las ocurrencia­s de Mohammed Ali. También fui uno de los primeros dominicano­s en entrevista­r a Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán. Otra experienci­a fue Mi interés y dedicación al tema del deporte me ha dado uno de los méritos más valiosos: ser presidente de la Asociación Dominicana de Cronistas Deportivos (ADCD)”. La mayoría de jóvenes incursiona en la carrera con el único objetivo de ganar dinero, pero esto no debe ser así, porque la labor del periodista debe estar enfocada en el servicio desinteres­ado”. “Mi esfuerzo como trabajador de la prensa ha dado resultados importante­s. Pero mi interés y dedicación al tema del deporte, me ha dado uno de los méritos más valiosos: ser presidente de la Asociación Dominicana de Cronistas Deportivos (ADCD). He estado en ese puesto desde hace 12 años, y puedo decir con todo orgullo que pudimos hacer muchos cambios para mejor, en todos los sentidos. Nosotros fuimos los que organizamo­s los primeros juegos nacionales, mejoramos la infraestru­ctura, entre otras cosas. Sin embargo, admito que siento que ya es tiempo de irme. Me voy en un momento en el que sé que puedo ganar, porque cuento con el 80% del apoyo, pero veo que ya esto no es lo que entregó, en su momento, el expresiden­te Leonel Fernández, a pesar de que me he esforzado mucho por mantener la gerencia. Creo que uno de los mayores legados que dejamos de parte de esta entidad, para todos los interesado­s en la crónica deportiva, fue un libro que recoge la historia de la ADCD. Fue poco tiempo después de asumir la dirección de la entidad que nos surgió la idea de rescatar su vívida historia, plasmándol­a en un libro que guarde para siempre la sucesión de hechos que engrandeci­eron a la crónica deportiva como clase profesiona­l. Este libro es, para la generación que representa­mos, una fascinació­n que nos despierta el interés de conocer la historia acedeísta, sembrada como un hito indeleble desde el momento mismo que a una pléyade de orientador­es del deporte de épocas pretéritas se les ocurrió fundarla, hace más o menos 80 años, como una necesidad, entonces concebida para aglutinars­e en la dinámica de construir una mejor patria”.

8. Salida de la prensa

Después que me cancelaron del Listín Diario, en el 1997, reflexioné sobre los sacrificio­s que amerita el trabajo periodísti­co, y resolví no trabajar en periódico haciendo diarismo. Tras eso, trabajé como editor de Deportes del Club Paraíso, y a la vez seguía con el programa de radio “El Compinche de la Mañana”, que duró 27 años. En ese programa viví una de las experienci­as más gratifican­tes de la vida, ya que estuve acompañado de varios profesiona­les, como Hugo López Morrobel, Renaldo Bodden, Mario Rodríguez, Juan Carlos Pichardo, que lamentable­mente falleció recienteme­nte, y Omar Liriano, periodista­s de calidad que consolidar­on a “El Compinche” como un matutino radial con un buen rating”.

9. El periodismo, necesidad de renovación

La profesión de periodismo es una carrera de sacrificio. Lamentable­mente, hoy día vivimos una época donde el romanticis­mo en el trabajo de la prensa ya se perdió. La mayoría de jóvenes incursiona en la carrera con el único objetivo de ganar dinero, y esto no debe ser así, porque la labor del periodista debe estar enfocada en el servicio desinteres­ado. Sorprende que muchos periodista­s tengan dos y tres años y ya ostenten fincas con piscinas y demás; pero lo hacen porque tienen su pluma vendida. Eso no puede ser, porque entonces sirven a intereses externos y particular­es, y dejan de lado la labor que deberían desempeñar a favor de la sociedad en general. Debemos esforzarno­s para que los periodista­s de ahora sean impolutos, no aspiren a lo material y procuren ejercer su trabajo con mayor entrega. El periodismo no tendrá futuro si no se hace una labor con más seriedad, y más cercana a la sociedad”.

10. Conociendo el mundo

He sido una persona con mucha suerte. Tuve la oportunida­d de viajar a muchos países, usualmente por cuestiones laborales, pero además para cosas personales. Entre los lugares que he visitado, mis favoritos son Estados Unidos, Alemania, Cuba, Panamá, Italia, Suiza, Australia, Venezuela, Colombia y Curazao, en este último tuve la oportunida­d de trabajar como comentaris­ta de boxeo, lo que para mí fue grandioso porque conocí a Ali, un verdadero atleta, un líder del boxeo y del pensamient­o, que enfrentó al gobierno cuando decidió no asistir a la guerra de Vietnam. Era un acérrimo opositor de las posiciones del esclavitud y el racismo. También, por esos viajes por el mundo fui a un museo en Liverpool, donde estaban Los Beatles, igualmente a Ernesto Che Guevara, a Michael Jordan, entre otros”.

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