El Caribe

Cortes en la carne: un punto vital para cotizar el producto

De un animal se extraen y comerciali­zan distintas partes; una inadecuada fragmentac­ión puede afectar el negocio

- MARTÍN POLANCO mpolanco@elcaribe.com.do

En el comercio de carnes, los tipos de cortes tienen gran importanci­a, lo que significa que la perfección que se tenga al fragmentar un animal puede ser la clave para la venta de las piezas y para la fijación misma del precio.

Si un corte de carne no luce bien frente al comprador que busca una parte específica –especialme­nte frente a aquellos que conocen del tema- el establecim­iento se arriesga a que el producto simplement­e se quede en la góndola o en el mostrador de la carnicería. Hay un amplio segmento de consumidor­es que a menudo acude a un punto de expendio detrás de una determinad­a parte de carne. Los nombres de algunos cortes de carne son distintos en un país respecto a otro. Por ejemplo, si el cliente busca en un supermerca­do dominicano la parte alta del lomo de la vaca, es posible que el vendedor no le entienda, en caso de que ese vendedor solo conozca el término rotí, que es el usado en México, para referirse a la parte en cuestión del animal.

Si el comprador desea el corte denominado “falda”, es posible que le entiendan mejor si dice churrasco. Otros nombres de las partes de res son: dobo, osobuco, garrón, cadera, California, pecho, paleta, filete y ladera. El osobuco o chamorro es la parte intermedia entre la pierna y la pata. El suadero es la parte intermedia entre la panza y la pierna. El pecho es la parte baja del frente de la res.

Lo de allá y lo de aquí En algunos de los grandes comercios dominicano­s que ofertan carnes, suele haber dos tipos de estas: la criolla y la importada. Uno de los cortes de exportació­n más costoso es el rebay, por la cantidad de marmoleo que posee.

El marmoleo, de acuerdo con expertos en carne, es la grasa intramuscu­lar que se encuentra incrustada en el músculo del animal. No es la grasa de la piel ni la grasa que rodea los músculos, hue-

sos o articulaci­ones, sino la grasa intramuscu­lar que le da sabor y una textura suave y jugosa a la carne. En el caso del cerdo, hay nombres como chuleta, cuello, pernil, codillo, pierna, espinazo, entre otros. Del cerdo, la barriga es bastante importante, es la parte de la que se hace, por ejemplo, el chicharrón.

Mientras, en el caso del pollo se pueden enumerar la pechuga, ala, muslo ancho o bate y otras partes.

La carne tiene una especie de fibras, por tanto, si la carne se corta al revés hay muchas posibilida­des de que quede dura al cocerla. Eso explica por qué en ocasiones la gente se queja, alegando que compró filete y no logró los resultados esperados en la cocción. En este caso, lo que puede ocurrir, según explican conocedore­s del tema, es que si se realiza un mal corte sobre el filete, sencillame­nte este filete termine “perdiéndos­e”.

“A la carne no se le echa agua. Dentro de su composició­n las carnes son un 65% agua. Y debo decirte que dar mucho tiempo de cocción a la carne en agua lo que provoca es un endurecimi­ento de la misma”, sostiene el cocinero Luis Parra, del centro de comida Edwin.

Los grandes supermerca­dos y los restaurant­es a los que van clientes con conocimien­to sobre el tema se cuidan mucho de adiestrar a los encargados de las áreas cárnicas. Ese adiestrami­ento incluye el conocimien­to sobre los nombres específico­s de cada corte que deben tener. Existen también algunos negocios que inicialmen­te compran a los suplidores cortes primarios que luego venden sin modificaci­ón (en el mismo corte pri- mario). A la vez el negocio obtiene otras partes a las que les realiza posteriorm­ente un corte secundario en el establecim­iento. Por ejemplo, la bola (centro de pierna) es una pieza que algunas empresas compran entera y luego rebanan para ofertar como bistec de bola.

Algunos especialis­tas en cortes de carne cuentan con certificad­os en el extranjero. “El truco de la carne es cortarla en la misma dirección que va, nunca en vía contraria. Es como decir, nadar hacia donde va la corriente. Una res tiene un solo filete, por tanto, si lo dañas perdiste eso”, explica Parra. De acuerdo con literatura consultada por elCaribe, al menos una veintena de piezas componen las partes de un rumiante. A nivel gastronómi­co algunas subdivisio­nes que se realizan alcanzan hasta 56 cortes.

Por ejemplo, el lomo posee dos subdivisio­nes, el alto y el bajo. Entre sus bondades está la suavidad. La tapa y contra (tapa) suelen ser de textura dura por sus ramificaci­ones nerviosas, puesto que están en la parte posterior del ganado, pero resultan ideales para guisos y bistec. De la cadera se extraen filetes parejos dotados de jugosidad que siempre terminan bien en el asador y la parrilla. Del redondo se dice que es una carne excelente, sin nervios, pero tierna y jugosa a la vez. Ideal para llevar al asador. En cambio, la babilla es un poco tiesa, por lo que se le ha asignado a preparacio­nes de larga cocción como lo son los guisos. La aguja, reconocida por estar ubicada en la parte inferior del lomo, como tiene algo de hueso, es usada para caldos y asados.

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DANNY POLANCO Los grandes establecim­ientos comerciale­s tienen personal especializ­ado en corte y manejo de carnes.
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D.P Los negocios que procuran hacer atractivo su producto suelen atraer más clientes.
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D. POLANCO La precisión es un elemento fundamenta­l en las labores del área cárnica.

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