Nada que perder
Cine biografía o biopic que cuenta la prehistoria del astro líder y fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, Edir Macedo (Petrônio Gontijo), hoy con 73 años, quien gracias a esa máquina de hacer dinero tiene una fortuna estimada en 1.100 millones de dólares. Es el 41º más rico en Brasil y el 1268 en el mundo. Su iglesia es de origen pentecostal, que evangeliza sobre la base de que la persona oprimida por la situación financiera debe aplicar la Palabra de Dios. En Brasil, como al igual que en Latinoamérica, surgió un desarrollo aplicado de la teología de la liberación caracterizada por su opción preferencial por los pobres, en la que la salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre. Por su parte, Macedo hace un sospechoso juego de palabras (e intenciones dudosas) y crea su Liberación de la Teología. Así como su discurso ideológico, así mismo es el filme, que cuenta su valentía divina mediante alegatos persuasivos siempre en función emotiva y condición autoritaria -así consigue adeptos para su gallina de los huevos de oro-. Pues bien, el filme se regocija en darnos episodios de su vida, de manera lineal. Sabiéndolo o no, guionista y director se afanan en una narrativa opresiva que rehúye la consabida dinámica del biopic en que presenta virtudes y defectos del protagonista y, por tanto, este se revela en un lenguaje extraviado en su conjunto. Es demasiado obvio que la película quiera convencer y apelar a sentimientos de conmiseración en los que argumenta y llama a la comprensión de la figura de este pastor y su imperio divino. Repleta de absurdos, con escenas del cine de acción, con persecuciones y cárcel, y sobre todo con gran descaro, acomoda la historia reciente brasileña de los últimos 60 años a un mundo, a un universo que construye en el imaginario de millones de personas en Brasil, Portugal, África y en algunos países latinoamericanos (incluyendo a RD). En cuanto al arco dramático, no hay uno, hay cuchumil en una constante de afirmación cristiana de aprobación. Resulta irónico que Macedo se valga del cine, él que compró salas de cine y las reconvirtió en casas de oración para sus devotos. Entonces es fácil identificar la red de iglesias a partir de la reconversión de viejas y emblemáticas salas de cine, verbigracia hoy los cines Max y Diana en la avenida Duarte de Santo Domingo. Filme anodino.
GÉNERO: Drama biográfico . DURACIÓN: 130 minutos.
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