“Mi mayor tesoro es mi familia”
l arte ha corrido por sus venas durante 58 años. Y ello se refleja en sus más de cuatro décadas como bailarín y en sus destacados papeles en obras de teatro y musicales, además de sus dotes de cantante y pintor que desde temprana edad fue desarrollando.
Las burlas que escuchaba cada vez que debía ir a practicar danza nunca lo detuvieron; por el contrario, sirvieron de motivación para desarrollar su fortaleza de carácter, y aprender el valor de la disciplina y la entrega.
Conocido cariñosamente como Papachín, Miguel Lendor se mantuvo por mucho tiempo como uno de los bailarines clásicos y de folclor más reconocidos, aunque desde hace dos años se enfocó más en desarrollar su talento en la actuación, lo que le hizo merecedor del premio como “Mejor Actor de Teatro” en los Premios Soberanos del 2017, por la obra “El Diario de Ana Frank”, dirigida por Antonio Melenciano.
Papachín nos cuenta lo difícil que fue afrontar la soledad, por ser hijo único, pero también lo afortunado que fue al encontrar amistades valiosas, con las que compartió su pasión: el arte.
1. Capitaleño
Tuve la suerte de nacer entre dos barrios muy populares de la capital, que son Villa Francisca y San Carlos; en esa frontera, porque todavía sigue el pleito de las limitaciones de cada uno. Digo que tuve la suerte porque nos tocó vivir otros tiempos, más tranquilos, donde había más unidad familiar y se vivía rodeado de allegados. Soy hijo único de la unión de Hilda Irene Castro y Miguel Ángel Lendor, llamado cariñosa- “Hay tres cosas que aconsejo a todo el que quiera sobresalir: disciplina, humildad y corazón. Esos son tres pilares para alcanzar el éxito”. “Estoy casado con Raffaella Centonza, y tengo dos hijos, que son mi motivación y mi mayor alegría. Lian, de 20 años, está estudiando Diseño Gráfico, y tiene además un trabajo de medio tiempo. Alan, de 15 años, está en el segundo año de bachillerato y es jugador de fútbol. Me casé el 19 de abril de 1997. Conocí a mi esposa en el hotel Bávaro Barceló, yo era bailarín en Tropicalíssima, y ella trabajaba en el área de turismo. Cuando tuvimos a Lian me sentí el hombre más afortunado de todo el mundo. Comprendí entonces los esfuerzos de los padres, que hacen lo humanamente posible para darle lo mejor a sus hijos. Fue la mejor experiencia de toda mi vida. Mi mayor tesoro es mi familia, tenerlos es lo que me hace sentir vivo”.