El Caribe

El nietísimo

- JULIO G. OLIVO julio.olivov@gmail.com

Con motivo de la muerte del viejo líder cubano Fidel Castro, muchos recordando las buenas intencione­s en el origen de la revolución cubana, dirigieron una serie de exaltacion­es al muerto en las que, según afirmó alguien, estas decían más de la grandeza de corazón del panegirist­a que del anciano dictador.

Ahora, con motivo de la entrada al escenario político de un nieto de Trujillo, nuestros profundos y acuciosos analis- tas políticos, hacen algo parecido: en su oposición al nieto, están más interesado­s en exhibir su anti trujillism­o al viejo ya muerto – lo que todavía reditúa – que como reales opositores a Ramfis Domínguez Trujillo. Para matar al vivo tienen que revivir al muerto.

El nietesito, o el nietísimo o Ramfito, como les quieran llamar para minusvalor­arlo, que Freud nunca descansa, viene y hace política para candidatea­rse a la presidenci­a del país y el pueblo dominicano, si el pueblo dominicano, aprueba sus intentos con un siete o más por ciento. Alarmados, nuestros heroicos opinadores antitrujil­lista, no corren a criticar el discurso del Ramfito, no, van en contra de su abuelo. Parece que no encuentran cómo atacar al nietesito y con vergüenza ajenas y propias por la aprobación in crescendo de éste piensan que recordando al abuelo pueden matar las aspiracion­es del Ranfito. Mala vaina.

Dos cosas debemos observar: Es forzoso admitir que en estas simpatías por el Ramfito, algo no anda bien en la siquis de una parte del pueblo dominicano (¿deseos de una mano dura?, ¿masoquismo?, no sé) pero, en segundo lugar, es evidente que la aprobación no encuentra su razón de ser en el proyecto de país, y de desarrollo que este señor tiene (ustedes dirán que, total, nuestros políticos tradiciona­les, a quienes tanto exaltan esos analistas, y por quienes terminan votando los dominicano­s, tampoco lo tienen) y esa es una de las desgracias de nuestro país: políticos que hacen política sin guía ni proyecto y nosotros tolerársel­a, tomemos notas.

Y para muestra un botón: recién hemos vistos cuatro salva patria cuyo accionar político es visitar redaccione­s de periódicos, para las fotos, a ver quién los compra, y que por programa tienen: ‘abajo Catalina’, ¡Jo que tropa! , qué diría Cela.

Entonces, exigir a los políticos programas y no posiciones coyuntural­es y continuar educando a nuestro pueblo son cosas que no debemos festinar.

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