Antes de someterse a la cesárea con láser…
Al momento de decidirse por este procedimiento para traer a un bebé al mundo, el médico debe establecer claramente con la paciente sus objetivos. Gabriel De Peña expresa que, “tomamos en cuenta por qué la madre busca la técnica, si quiere beneficios médicos como cero sangrado porque no acepta transfusión y tiene anemia, si desea sentirse segura de que no habrá hemorragia, ni infección, o si la busca como algo simplemente cosmético”. Luego, hay que evaluar médicamente a la madre, su tipo de piel y abdomen, además del tamaño del bebé, pues la herida debe ser lo más pequeña posible... sólo tres centímetros mayor que el tamaño de la cabeza del feto. Posteriormente, se realiza un trazo en la piel de cómo debe ser el corte para luego hacer el estiramiento por donde se extraerá la criatura”. Luego de poner la anestesia, se secciona con el láser cada plano anatómico: piel, grasa, músculos y peritoneo y se llega hasta el útero con el láser. Previamente hay que preparar el tejido con ciertas soluciones para que la luz del láser sea absorbida. “Una vez el bebé haya nacido, no se realiza la sutura convencional, aquí el láser vuelve al rescate con la soldadura de tejido. Aplicamos proteínas biológicas como albúminas, fibrinógenos y proteínas matrices a la herida y a otras capas como el peritoneo, los músculos y la piel, pasamos nuevamente el láser y se forma una soldadura”, explica el ginecobstetra.