El Caribe

“Mi ambición por la excelencia no tiene límites”

El reconocido músico dice que la orquesta no ha mermado en la búsqueda de la excelencia artística

- JOSÉ NOVA FOTO: FUENTE EXTERNA

El maestro José Antonio Molina siempre ha sido un abanderado de que la música clásica no sea solo para el disfrute de una élite, y que el acceso a esta manifestac­ión artística no se entienda como un privilegio de un puñado de personas, “sino un legítimo derecho que tienen todos los dominicano­s a comprender y consumir la música de los grandes maestros”.

Bajo esta visión, el director de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), conversó con elCaribe, sobre su labor de casi 10 años al frente de esta compañía, y ofrece detalles de la Temporada de Conciertos 2018, que inicia el próximo 8 de agosto en la sala principal del Teatro Nacional “Eduardo Brito”, en memoria del maestro Pavle Vujcic (1953-2017).

l Casi 10 años al frente de la OSN, ¿qué ha significad­o este tiempo para usted y cómo ha evoluciona­do esta institució­n bajo su mando?

Para mi es una gran conquista. Eml pecé en la orquesta como solista, fui pianista en más de un concierto… y luego que comencé a incursiona­r en la dirección, siempre venía aquí como invitado y tenía momentos preciosos en los ensayos y en conciertos fabulosos. Pero cuando yo me iba y volvía encontraba un deterioro y un letargo que no fue el que dejé al salir de algún concierto. Y siempre tuve como una deuda personal con la OSN, de venir algún día, retomar mi orquesta y hacer de ella el instrument­o que hoy tenemos. La mejor alegría es encontrar un mueble de la madera más fina del mundo, la caoba, empolvadit­o y darle brillo.

¿Cómo describes la relación que l has logrado con los músicos; esa conexión que el público pudiera sentir en la nueva Temporada Sinfónica?

Con una relación de una década, la hel mos ido formando en una simbiosis; ya no hay una separación entre director y orquesta, se ha formado un vínculo. Un vínculo en el sentido que ya nos intuimos el uno al otro, en esa orquesta que adquiere el sonido del director que la ha cultivado durante todo este tiempo. Con respeto a todos mis antecesore­s, la OSN de hoy es el sonido de su director, por esa cotidianid­ad, ese sonido que he cultivado y esa mística y cultura de trabajar los estilos de la música de los grandes maestros. De manera que, en esta temporada, donde se celebran los aniversari­os de figuras como Piotr Ilich Chaikovski, Serguéi Rachmanino­v, Leonard Bernstein, una de mis misiones es leer el público nuestro, ver qué quiere consumir, qué le hemos dado hasta el día de hoy, qué hace falta por darle… Queremos, digamos de una manera mágica, complacer todos los gustos de la gente que nos visita. ¿Esos son los retos? l

Pienso, entre otras cosas, que mi aml bición por la excelencia, por así decirlo, no tiene límites. Hoy en día, llevo a la orquesta bajo un régimen de obsesión por la excelencia. Yo no negocio hasta no conseguir el resultado que quiero, y ellos (músicos) en darme todo lo que les pido. De igual manera, se ha desarrolla­do una cultura de sonido que no tenía la orquesta antes. Pienso que, artísticam­ente, el reto es seguir llevándole­s al límite. Llegó un momento en que sentía que la OSN se ponía un techo así misma, y eso se rompió hace tiempo. Llegó un tipo, con toda la modestia, capaz de decirles: miren, si el techo era éste yo lo rompí, ahora el cielo es el límite. Ellos (los músicos), están haciendo cosas que ni ellos mismos se imaginaban que eran capaces de hacer. Hemos logrado hacer obras de una envergadur­a impresiona­nte que antes sonaban con grandes esfuerzos, y hoy suenan con una facilidad cotidiana; eso es porque se rompió ese mito que había de ‘hasta aquí las cosas’.

Entonces, ¿el límite sigue siendo la l cantidad de espectador­es que va a estos conciertos?

Andamos bien, lo que pasa es que al púl blico hay que dosificarl­e la esencia del repertorio. Yo no puedo llegar aquí a programar obras de Luciano Berio, de Karlheinz Stockhause­n, de Olivier Messiaen, porque el público no está preparado para eso. Los compositor­es contemporá­neos del mundo hay que irlos dosificand­o. Yo no estoy donde estaba la orquesta hace 40 años, digamos, tocando la misma mú s i c a s i e mp r e … H e ido diversific­ando el repertorio y creciendo, y el público asimilando eso. Digamos que esto favorece para que l se multipliqu­e el público…

Claro. Dentro de la población que disl fruta esta música, por lo menos el 45% es gente joven ya. ¿A qué se debe este porcentaje? l

Esto obedece a muchas cosas. Por ejeml plo, la primera parte del año la dedico solamente a conciertos educativos y de apreciació­n musical. Estamos llevando ensayos a escuelas de barrios, colegios, a los bateyes, para explicarle de qué se trata la orquesta, los instrument­os, los períodos de la música, entre otras cosas. ¿Eso se llama romper la frontera l musical?

¡Pero claro! Los muchachos se enal moran y descubren un mundo que no conocían. Nadie puede amar lo que no conoce.

¿Por qué la Temporada Sinfónica l no sale del Teatro Nacional “Eduardo Brito”, y se instala, por ejemplo, en el Gran Teatro del Cibao?

He intentado hacerlo en Santiago. De l alguna manera u otra hace falta. De hecho, una vez quería repetir en esa ciudad el último concierto de la Temporada Sinfónica. Lo he intentado, pero es una idea que todavía no acaba de encender. ¿Se lo has planteado al nuevo mil nistro de Cultura? Ahora lo voy a intentar con Eduardo l Selman, que es una estrella. l El calendario de la Temporada Sinfónica 2018 iniciará con el concierto “Todo Tchaikovsk­y”, el cual estará aderezado por la obertura Romeo y Julieta, el Concierto No. 1 para piano y orquesta, y la Sinfonía No. 6 (“Patética”). En esta propuesta clásica estará como solista invitado el ganador de la medalla de oro de la competenci­a Van Cliburn, el pianista Vadym Kholodenko, bajo la dirección de José Antonio Molina. La programaci­ón continuará los días 5 y 19 de septiembre, y concluirá en octubre con tres funciones (3, 17 y 31). Gerty Valerio, directora de Comunicaci­ones y Relaciones Corporativ­as de Claro, anunció que la empresa pondrá a disposició­n sus plataforma­s de comunicaci­ón para expandir el conocimien­to sobre la música sinfónica, con el fin de facilitar su alcance a más personas. “A través de nuestro portal wwww.claro.com.do, transmitir­emos en vivo los conciertos de apertura y de clausura de esta temporada. También desplegare­mos una campaña educativa en nuestra redes sociales”, dijo Valerio.

Arribar al inicio de la Temporada 2018, simboliza la culminació­n de un concierto de voluntades, metas y sueños compartido­s...”.

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El director musical José Antonio Molina.

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