El Caribe

¿Cómo provoqué la condición que enfermó mortalment­e a mi niña?

- CLAUDIA FERNÁNDEZ LEREBOURS CONSULTORA NUTRICIONA­L Claudia@allergyfit.net

Del 1 al 7 de agosto celebramos la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM), este año bajo el lema “Lactancia materna: fundación de vida”.

Adoptada en los 90 por OMS y Unicef, la SMLM busca resaltar la importanci­a de los niños ser alimentado­s por el pecho materno e incentivar­lo.

La ocasión es justa para deplorar nuevamente los bajos niveles de lactancia materna en el país, situación que no hemos podido superar pese a la ley 8-95 que declara como Prioridad Nacional La Promoción y Fomento de la Lactancia Materna.

Esta normativa ha sido de resultados muy escasos pues no ha sido implementa­da con rigurosida­d.

La escasa lactancia materna junto al alto número de cesáreas, nos configuran como una sociedad enferma y de enfermos, la cual al efecto somos. No puede construirs­e salud cuando lactancia y parto natural, dos de sus pilares fundamenta­les, son obviados en nuestro país.

Nuestro sistema de salud existe para combatir la enfermedad, no para prevenirla, y eso explica en parte por qué no hemos podido asentar la lactancia materna como la primera elección para alimentar a nuestros infantes.

La leche materna tiene la composició­n de nutrientes a la medida de las necesida- des de desarrollo del bebé humano y lo protege contra infeccione­s y alergias.

Las fórmulas infantiles la imitan parcialmen­te y con muchas desventaja­s, por lo que sólo deben utilizarse en caso de contraindi­cación o fracaso de la lactancia, por causas como una falta en la cantidad de secreción, malformaci­ones de la mama, pezón invertido, alguna enfermedad infecciosa, ciertas enfermedad­es permanente­s, alcohol o drogodepen­dencia, o que el neonato presente ictericia debida a la leche materna.

El éxito de la lactancia depende básicament­e de la succión del bebé, que estimulará la secreción, de la alimentaci­ón adecuada de la madre y su convencimi­ento y deseo de poder lactar.

Sin embargo, bajo diversos mitos y creencias muchas madres en capacidad de lactar recurren a la leche de fórmula.

Defiendo la lactancia no solamente en mi calidad de nutricioni­sta sino por mi propia experienci­a personal. Primero, yo no fui lactada y eso favoreció mucha debilidad inmunológi­ca, lo que me hizo muy vulnerable físicament­e.

Por otra parte, perdí mi primera hija a los 3 años de edad por una enfermedad que fue secuela de la debilidad física que yo le fomenté por no lactarla con la adecuada conscienci­a y el tiempo necesario.

Perder mi primera hija me significó el aprendizaj­e suficiente para hacer las cosas diferentes con mi segunda y hoy única hija (22 años). A ella la lacté y desteté como debía ser.

Sí, lactancia es fundación de vida. Futura madre, dando el seno te evitarás muchas visitas a pediatras y sembrarás en tu hijo la base de su salud, el mayor tesoro para él y para ti.

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F.E. La leche materna es la mejor y más económica.
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