El Caribe

La marcha del progreso

- ANDRÉS DAUHAJRE HIJO andydauhaj­re@gmail.com

Leyendo los artículos de periodista­s y analistas de la oposición, y observando las pancartas levantadas en marchas de protestas, cualquiera podría concluir que, el de Danilo Medina, ha sido el peor gobierno que hemos tenido los dominicano­s post-dictadura de Trujillo. Niegan el progreso económico y se burlan del supuesto avance social motivados, quizás, por la supuesta falta de transparen­cia en la toma de decisiones públicas, su percepción de una corrupción que no cede y la creencia de que la impunidad sigue reinando.

Mientras esto sucede, la favorabili­dad de Medina y su gobierno, luego de 6 años, sigue superando el 50%, un resultado poco común en la región e incompatib­le con la prédica de periodista­s, analistas y marchistas, que sostiene que, el de Danilo, es un gobierno “más malo que el gas morao”.

Sin percibirlo, los críticos están cayendo en una fosa de la que resultaría difícil rescatarlo­s. Veamos. Durante los 6 años de Danilo, el PIB ha crecido anualmente en 6.2%, por encima del 4.9% de los gobiernos del período 1993-2012. El ingreso per-cápita ha subido a un ritmo anual de 5.2%, superior al 3.5% de los 20 años previos. Las ventas mensuales de los supermerca­dos promediaba­n RD$6,242 millones en los 4 años previos a la llegada de Danilo al poder. En los últimos 4 de Danilo, han promediado RD$10,123 millones, 62% más.

¡Por la inflación! vocearían algunos. No. La inflación anual promedio en los 6 años de Danilo “el malo” ha sido de 3%, muy por debajo del 10% de “los buenos” gobiernos 1993-2012. El peso se ha depreciado anualmente en 4% en los tiempos de Danilo, por debajo del 7.5% anual durante los 20 años previos.

En los 6 años de Medina, se han creado 120,925 empleos por año, un 54% por encima de la creación anual promedio de empleos durante 1993-2012 (78,705). Este resultado encuentra resonancia en el aumento anual promedio de 101,035 en los cotizantes en el sistema de pensiones (régimen de capitaliza­ción individual) durante los últimos 6 años, por encima también del aumento anual promedio de 77,396 durante el período 2003-2012. El aumento de los cotizantes, unido al incremento del salario mínimo promedio de 69% entre 2013-2018 y 2003-2012, explican el porqué los aportes de empresas y tra- bajadores a las cuentas de capitaliza­ción individual han pasado de un promedio anual RD$12,254 millones en el período 2003-2012 a RD$30,617 en los últimos 6 años, un aumento de 150%.

A pesar del mayor crecimient­o económico en los últimos 6 años, el déficit de la cuenta corriente en los tiempos de Danilo ha sido de 2% del PIB, menor al 3% de los 20 años anteriores. ¿Por qué? ¡Por los bajos precios del petróleo! Volvieron a vocear. Una vez más, incorrecto. El precio promedio del barril del petróleo durante el período 19932012 fue de US$44.80. En los 6 años de Medina ha promediado US$70.50, un 57% más elevado. ¿Por qué entonces? Por el boom de la llegada de turistas. Mientras en el período 1993-2012, el aumento anual promedio en la llegada de turistas fue 164,461, en los 6 años de Medina alcanza 329,295, casi el doble. Mientras el ingreso anual promedio del turismo en el período 1993-2012 fue de US$3,018 millones, en los 6 años de Medina ha sido de US$6,381 millones, más del doble. Mientras en el período de 20 años 1993-2012, las reservas de divisas aumentaron US$2,939 millones, en los 6 años de Danilo subieron en US$4,389, un ritmo de acumulació­n anual 5.5 veces más rápido.

¡Si, pero el déficit fiscal no ha bajado! Ripostan, sin percibir que la mayor responsabi­lidad la tienen los vecinos de los verdes en el arco iris: los amarillos. Es cierto, el déficit fiscal en los 6 años de Danilo ha promediado 2.8% del PIB, similar al promedio de 2.82% de los 12 años previos. ¿Por qué no ha ba- jado? Primero, porque la presión tributaria, a pesar de la queja de empresario­s que la colocan como la principal barrera a la competitiv­idad, en los 6 años de Medina ha promediado 13.70%, similar al 13.74% del 2001-2012.

En segundo lugar, porque mientras “los buenos” gobiernos del pasado invirtiero­n en educación 1.8% del PIB, “el malo” de Danilo, honrando su compromiso con los amarillos -hoy medio verdosos-, ha invertido en promedio 4.2% del PIB. Mientras en el período de 13 años del 2000-2012 se construyer­on 11,871 aulas, en los 6 años de Danilo se han inaugurado y están en proceso de terminar, 23,720, el doble en la mitad del tiempo. Mientras en el 2012, el total de raciones diarias recibidas por estudiante­s de escuelas y liceo, bajo el Programa de Alimentaci­ón Escolar, alcanzó 1,473,222, en el 2018 aumentó a 2,801,151, prácticame­nte el doble. Añádase que mientras en 1993-2012, el gasto promedio en salud pública alcanzó 1.4% del PIB, en los 6 años de Medina ha promediado 1.9%. La “maldad” de Danilo queda revelada en la gran inversión de recursos para la construcci­ón y renovación de 109 hospitales y centros de salud durante sus 6 años de gobierno. Y en haber permitido que la cobertura del Sistema Familiar de Salud, que a agosto del 2012 era de 50.7%, en junio del 2018 haya aumentado a 74.4% de la población.

¡Es que no hay transparen­cia! Gritan. No es el gobierno más transparen­te del mundo, pero estamos avanzando. En el 2012, con 29 puntos, en la región solo superábamo­s a Bolivia en transparen­cia presupuest­aria. En el 2017, según la Internatio­nal Budget Partnershi­p, obtuvimos 66 puntos, superando a 13 países de la región, incluyendo a Chile, Argentina, Colombia y Costa Rica. ¿Estancados?

El mayor esfuerzo público en beneficio de la gente, en un ambiente de fuerte crecimient­o económico, creación de empleos y aumento de salarios, ha creado las condicione­s para que la pobreza, cuando se mida el mes próximo, acuse una baja de 18 puntos porcentual­es en relación a la que Danilo recibió en septiembre del 2012, un resultado que compara muy favorablem­ente con el aumento de 9 puntos porcentual­es en la pobreza que se registró entre el 2000 y el 2012. Mientras en el gobierno de “los buenos” ingresaron a la pobreza 1,388,336 personas, en el “desgobiern­o” de Medina han salido de la pobreza 1,268,639.

A la oposición, le ha resultado muy difícil erosionar la favorabili­dad de Danilo. Es comprensib­le. El objetivo es un trabajador obsesivo. De lunes a viernes llega al Palacio a las 8:10 a.m. y se retira a su apartament­o a las 8:15 p.m., luego de agotar una agenda anormal de trabajo. Como la selección del día de reposo sigue siendo tema de debate entre las ramas del cristianis­mo, en lo que pactan, el hombre regresa el sábado a las 9:15 a.m. y se retira a las 2:30 p.m. Y el domingo, dependiend­o de la distancia de las comunidade­s a visitar “sorpresiva­mente”, sale entre 8:15 y 9:15 a.m. y libera a los funcionari­os acompañant­es entre la 1:30 y 2:30 p.m.

A lo anterior, tenemos que agregar su irrenuncia­ble compromiso social. Los que conocen a Danilo saben que es un hombre con una gran sensibilid­ad social y una marcada vocación de servicio, especialme­nte, a los más pobres y a los que no pueden progresar con sus propios medios. Y es con esa combinació­n, trabajo incansable y sensibilid­ad social, que responde las críticas que le hacen. Por eso ha resultado difícil, muy difícil, bajarlo.

Pero deben ser pacientes. Ya falta poco. En menos de dos años, Medina regresará a su casa. Quien lo herede, pronto se dará cuenta que Danilo ha jodido lo que Hipólito llamó “el carguito”. Si el sustituto opta por descansar sábados y domingos, no descartemo­s que las decenas de miles que han recibido las 217 visitas dominguera­s de Danilo y los cientos de miles que trabajan directa o indirectam­ente como consecuenc­ia de los 1,634 proyectos financiado­s, salgan a buscar a Danilo hasta debajo de las piedras. ¿Gobierno desgastado? ¿País en retroceso? Lo peor que pueden hacer los opositores es enchinchar a un “workaholic” comprometi­do con el progreso de su pueblo.

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