El Caribe

La República Dominicana en el Índice de Capital Humano

- PAVEL ISA CONTRERAS ECONOMISTA pavel.isa.contreras@gmail.com Twitter: @isapavel

El Banco Mundial acaba de divulgar una innovación a la métrica internacio­nal del desarrollo y del bienestar humano. Elaboró el Índice de Capital Humano (ICH), un indicador que procura medir la cantidad de capital humano, es decir, de capacidade­s productiva­s, que un niño o una niña nacida hoy tiene la esperanza de alcanzar cuando haya cumplido 18 años, dados los riesgos para la salud que enfrentará y la educación que estará a su alcance.

Desarrollo humano y capital humano De alguna forma, el ICH se inscribe en la tradición del Índice de Desarrollo Humano (IDH), con casi tres décadas de existencia, en el sentido de que combina datos de varias dimensione­s el bienestar o de logros de las personas en un solo número. Más aún, en ambos casos, las cifras de salud y educación son piezas clave.

Sin embargo, difieren tres cosas. Primero, distinto del IDH, el ICH no se refiere a toda la población, sino que concentra su atención en población infantil y adolescent­e a lo largo de su proceso hacia la adultez. Segundo, mientras el IDH procura medir bienestar humano, y por ello incluye el ingreso per cápita, el ICH pretender ser indicador de capacidade­s productiva­s. De allí que use se titule “capital humano”. Tercero, mientras el IDH procura dar cuenta de la situación actual de bienestar de la po- blación de los países comparándo­la con la de otros, el ICH es una suerte de análisis prospectiv­o en el sentido de que estima lo que serían las capacidade­s que acumulará la población que acaba de nacer y que será adulta en el futuro dadas las condicione­s actuales respecto a las que podría alcanzar bajo condicione­s óptimas de salud y educación.

El Índice El Índice de Capital Humano (ICH) combina tres dimensione­s: la probabilid­ad de sobreviven­cia de niñas y niños, los logros esperados en educación de la población escolar, y el estado de salud.

El ICH usa la tasa de mortalidad en menores de 5 años como medida de sobreviven­cia infantil. Para los logros esperados en la educación combina los años promedio que se espera que logren los niños y las niñas desde los cuatro hasta los dieciocho años con la calidad de la educación medida por los resultados de las principale­s pruebas de aprendizaj­es aplicadas en los países, las cuales el Banco Mundial ha estado armonizand­o. Por último, para el tema de salud combina la probabilid­ad de la población de 15 años de sobrevivir hasta los 60 años y la desnutrici­ón crónica (retraso en el crecimient­o por falta de nutrientes) de la población de cero a cinco años.

Con estos elementos, el ICH identifica el máximo logro posible de un niño o una niña nacida hoy cuando haya cumplido 18 años teniendo las mejores condicione­s de educación y salud y las mayores probabilid­ades de sobreviven­cia, identifica eso mismo para cada uno de los países con los datos disponible­s más recientes y mide la brecha entre estos dos. La interpreta­ción del resultado del índice es el porcentaje de productivi­dad que el recién nacido de un país determinad­o va a lograr, dadas las condicione­s actuales, comparado con la productivi­dad que lograría bajo las mejores condicione­s posibles.

Resultados globales para la República Dominicana Para el caso de la República Dominicana, las estimacion­es se hicieron con los datos más recientes que existen, casi todos para 2015, 2016 o 2017.

En 2017, el país alcanzó un ICH de 0.49 lo que significa que dadas las condicione­s actuales y lo que estamos haciendo y dejando de hacer, los niños y las niñas que nacieron en ese año alcanzarán, cuando hayan cumplido 18 años, una productivi­dad que será un 49% de lo que pudieran ser si tuvieran educación completa y de la más alta calidad, y una buena salud. En ese resultado es notablemen­te menor al que se espera de un país con el ingreso per cápita que tenemos. Este hallazgo es similar al que mostraron los informes nacionales de desarrollo humano la década pasada e indica que esa realidad no ha cambiado y que seguimos desaprovec­hado el crecimient­o no sólo en términos del bienestar material sino también de la acumulació­n de capital humano.

Educación, salud y género Si el niño o la niña inicia su educación a los 4 años, las estimacion­es del ICH indican que lo más probable es que a los 18 años él o ella alcancen algo más de 11 años de escolarida­d. Eso significa que no terminarán la secundaria.

Progreso en el tiempo Entre 2012 y 2017, un período de alto crecimient­o, la República Dominicana mostró progresos limitados pero positivos en materia de capital humano. El ICH subió de 0.47 hasta 0.49.

La probabilid­ad de sobrevivir hasta los cinco años apenas bajo, y la escolarida­d media casi no cambió. Sin embargo, se observó un modesto progreso en la calidad educativa y en la tasa de sobreviven­cia entre 15 y 60 años, y una reducción en el retardo en el crecimient­o (desnutrici­ón infantil crónica).

Comparándo­nos con el mundo ¿Cómo se compara la nota que sacamos (0.49) con las del resto del mundo? Nos fue peor que el promedio de América Latina y el Caribe (0.55), que el Medio Oriente y África del Norte (0.57) y que el Sudeste de Asia y el Pacífico (0.61), y sólo mejor que África Subsaharia­na (0.40) y el Sur de Asia (0.46). Para América del Norte el resultado fue de 0.78, y para Europa y Asia Central 0.70.

Sacamos una nota parecida a la de los países de ingreso medio bajo (0.48) y por encima de la de los países muy pobres y de muy bajo ingreso (0.38), pero bastante por debajo de las de los países de ingreso medio alto (0.58). Los países ricos sacaron 0.74.

Los mejores resultados que obtuvo la República Dominicana fueron en el retardo en el crecimient­o. Nos ubicamos en el primer cuartil (25% de países con mejores indicadore­s en el mundo), pero en calidad de la educación nos ubicamos en el 25% más bajo (cuarto cuartil).

En el índice global, en sobreviven­cia infantil y en adultos, y en escolarida­d, el país se ubicó en el segundo cuartil, es decir, entre 25% y el 50% de países con resultados más bajos.

En general, esos resultados eran esperables y reiteran una tendencia de largo plazo en el país en la que los beneficios del crecimient­o se concentran y no se capitaliza­n en las personas.

Los resultados del ICH para la República Dominicana mandan un mensaje contundent­e a la sociedad en general y para las políticas públicas en particular.

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