El Caribe

El 25% de la población carece de agua potable

El director del INAPA, Horacio Mazara, dijo que el 35% se “pierde” en cultivos. Afirma que dan toques finales a proyectos de leyes de agua.

- MARÍA TERESA MOREL mmorel@elcaribe.com.do Fotos: Kelvin Mota

Pese a ser un recurso vital y estratégic­o para el desarrollo del país, la falta de un marco regulatori­o ha favorecido el desperdici­o y el robo del agua potable, y al mismo tiempo, ha impedido el establecim­iento de tarifas que permitan el cobro efectivo de este importante servicio.

El ingeniero Horacio Mazara, director ejecutivo del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantaril­lados (Inapa), entidad que tiene a su cargo la administra­ción de 315 acueductos o sistemas de abastecimi­ento de agua potable y saneamient­o, equivalent­es al 80% de la cobertura nacional, insistió en que la falta de un ordenamien­to jurídico impide la actuación de las autoridade­s en ciertos escenarios.

“Por ejemplo, si usted tiene una finca y se va a robar el agua yo no puedo, por decir una palabra, meterlo preso porque cuando vaya donde el juez le diga: cómo te voy a juzgar, contrario a lo que ocurre en medio ambiente, que usted va a extraer algún agregado de un río y hay una ley que te permite agarrar un camión de esos, y no hay forma de que salga”, dijo.

Se desperdici­a 35% agua en cultivos Para ser más ilustrativ­o, el funcionari­o reveló que un estudio, cuyos resultados serán presentado­s próximamen­te, revela que alrededor del 35% del agua potable que produce el acueducto de la Línea Noroeste, es utilizada por regantes en fincas con fines agrícolas.

Dijo que aunque las personas no pueden prescindir del agua, al igual que del teléfono celular o de la energía eléctrica, cuyos servicios pagan religiosam­ente, no pasa lo mismo con el agua por la falta de un régimen de consecuenc­ias que penalice a quienes se la roban de las redes de distribuci­ón.“Pero lo peor para nosotros es que, cuando es tratada, nos cuesta mucho producirla. Cuando usted intercepta esas tuberías está introducie­ndo contaminan­tes, después que uno se esmera en mejorar los índices de potabilida­d”, explicó el director de Inapa al ser entrevista­do en el Almuerzo Semanal de Multimedio­s del Caribe.

Dan toques finales a leyes Para hacer frente a ese y otros problemas, Mazara reveló que los anteproyec­tos de leyes General y Sectorial de Agua, están a nivel de corrección de estilo por una comisión multidisci­plinaria para, posteriorm­ente, ser sometidos a la opinión pública y a la considerac­ión de empresario­s, contratist­as y usuarios.

Según el funcionari­o, quien preside el Consejo para la Reforma del Sector Agua Potable y Saneamient­o, que agrupa a los ministerio­s de Salud, Economía, Medio Ambiente y Turismo y las corporacio­nes de agua, la aspiración es que ambas leyes que llevan más de dos décadas en discusión, sean sometidas y aprobadas por el Congreso en la actual legislatur­a.

Mazara puntualizó que en el caso de la Ley General de Agua que busca vigilar, supervisar y fiscalizar las políticas para el uso del agua cruda para fines agrícolas y de generación eléctrica, se ha propuesto que el órgano rector sea el Ministerio de Medio Ambiente. Mientras que, en la ley Sectorial, que establece las nor-

mas para el uso del agua tratada y potabiliza­da para consumo humano, las funciones de rectoría recaigan sobre el Ministerio de Salud Pública, e incorpore una especie de superinten­dencia a cargo del Inapa. Dijo que los legislador­es tienen muy claro la importanci­a de ambas leyes y hay comisiones especiales asistidas por técnicos trabajando en ellas.

25% de la población sin cobertura

Mazara reconoció que falta mucho por hacer en términos de cobertura y reveló que el suministro de agua potable a los hogares a través de las redes de distribuci­ón ronda el 75%. El 25% restante es suplida por pequeños acueductos rurales y sistemas administra­dos por ONG’s.

“Tenemos que ser serios. No todo está resuelto. Tenemos deficienci­as porque el sector es complicado”, dijo tras revelar que en su gestión ha elaborado un portafolio de proyectos que ronda los RD$80 mil millones para reducir esta brecha, y al mismo tiempo, afrontar un problema que considera peor, como es la falta de alcantaril­lado sanitario.

Deploró la contaminac­ión provocada por la cercanía de los alcantaril­lados con los pozos de agua de consumo, así como las descargas sanitarias en importante­s cuencas. En ese sentido, reveló la existencia de un proyecto del Banco Mundial enfocado a aminorar el impacto negativo que ha provocado la falta de alcantaril­lado sanitario y las descargas en la cuenca alta del río Yaque del Norte.

Dijo que cuando se habla de saneamient­o, necesariam­ente hay que involucrar a los ayuntamien­tos que deberán ser más cuidadosos y evitar establecer vertederos en las cercanías de tomas de agua, provocando la contaminac­ión de los afluentes.

En ese sentido, recordó que el acceso al agua potable está íntimament­e relacionad­o con la salud y su deficienci­a se expresa en el aumento de las enfermedad­es de carácter hídrico, por lo que la apuesta por la construcci­ón de acueductos impacta en el bienestar de la población.

Fecalismo ronda el 4 y el 5%

También destacó que han asumido una Estrategia Nacional de Saneamient­o y una hoja de ruta que busca reducir el fecalismo en el país, que ronda el 4 y el 5% de la población que todavía defeca en letrinas. “Nosotros entendemos que ya lo que es letrinas ya debe desaparece­r con pequeños sistemas sanitarios. En esa medida tenemos que disminuir esa brecha”.

Presas y acueductos en el Este

Dijo que según estudios realizados por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulico­s (Indrhi) el país tiene una capacidad de almacenami­ento de agua muy baja que ronda el 14%, por lo que se hace necesario que en zonas de gran desarrollo turístico como el Este se construyan tres presas para el embalse de agua potable en los ríos Chavón, Soco y Sanate.

Explicó que dicho proyecto le fue presentado al presidente Danilo Medina y está bajo estudio, para garantizar el abastecimi­ento del líquido a largo plazo.

En el caso del municipio de Higuey, dijo que el objetivo y alcance de su acueducto superó a su población y según datos de la Oficina Nacional de Estadístic­as (ONE) experiment­ó el mayor crecimient­o y densidad poblaciona­l del país.

“Ya los cálculos nuestros dicen que La Altagracia está demandando 1.2 metros cúbicos por segundo y el acueducto sólo da 500 litros por segundo y hay una parte de Sanate que cuando hay periodos de estiaje o sequía produce menos”.

Reveló que también se ha presentado a la Presidenci­a un proyecto para la construcci­ón de un acueducto y el alcantaril­lado sanitario en Punta Cana, para hacer frente a la sobreexplo­tación de los pozos y la intrusión salina.

Agregó que tienen en proyecto la construcci­ón de varios acueductos múltiples en provincias que demandan este importante servicio, como es el caso de Sánchez Ramírez, el cual está en carpeta para el año 2019.

También están pendientes los acueductos de Ocoa, Sabana Larga, Los Patos de Oviedo, Pedernales, y otros que deben ser rehabilita­dos, como el proyecto denominado Barrera de Salinidad, que impactaría las ocho provincias fronteriza­s y sus quince municipios, y contempla la construcci­ón de once sistemas sanitarios nuevos.

Dijo que se trata de un proyecto de gran importanci­a al tratarse de una franja vulnerable en términos de salubridad por su cercanía con Haití, el cual se realizaría con la cooperació­n británica.

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Horacio Mazara junto a Yohanny Pimentel y Euryden Luciano Cabrera.
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El ingeniero Horacio Mazara espera que las leyes de Agua se aprueben en esta legislatur­a.

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