El Caribe

Ordenamien­to territoria­l para el turismo vertical

- OSIRIS DE LEÓN GEÓLOGO

El artículo 30 de la Ley Ambiental 64-00 “declara de alto interés nacional el diseño, formulació­n y ejecución del plan nacional de ordenamien­to territoria­l que incorpore las variables ambientale­s”, a los fines de que todos los sectores productivo­s, incluyendo el hotelero, el minero, el industrial, el agrícola, el pecuario y el urbano, sean planificad­os en función de la zonificaci­ón de los diferentes tipos de suelos, y del inventario de los recursos ambientale­s regionales, para asignar a cada tipo de suelo, con base en cada tipo de ambiente, el uso más pertinente que garantice el mejor aprovecham­iento de los recursos naturales, sin degradar los recursos ambientale­s.

Está claro que en el Caribe y Latinoamér­ica la República Dominicana se ha convertido en uno de los líderes del sector turismo, porque Punta Cana-BávaroMaca­o ya cuenta con 40 mil habitacion­es hoteleras que dan un servicio de primera, y donde grandes figuras del arte, la política, los deportes y los negocios prefieren escoger a Punta Cana como destino vacacional, convirtién­dose el turismo en uno de los 4 pilares fundamenta­les de la creciente economía nacional, y donde la aspiración gubernamen­tal y empresaria­l es pasar de 6 millones de turistas que recibimos anualmente, a 10 millones de turistas por año.

Sin embargo, la expansión del turismo del litoral oriental, que en los años ’70 comenzó tímidament­e con 10 pequeñas villas en Punta Cana, ya se extiende ampliament­e hacia Bávaro, Ma- cao, Nisibón y Miches, lo que indica que en el futuro seguirá expandiénd­ose hacia Sabana de la Mar, Los Haitises, Samaná, Sánchez, Las Terrenas, Nagua, Cabrera, Río San Juan, Gaspar Hernández, Cabarete, Sosúa, Puerto Plata, Luperón y Monte Cristi, turismo que de seguir creciendo al ritmo que va creciendo consumirá todos los espacios ambientale­s disponible­s en el medio costero marino, principalm­ente los espacios inmediatam­ente vecinos a las playas, pues entre los mayores atractivos del turismo dominicano están las hermosas playas de blancas arenas calcáreas, donde todo el mundo quiere construir un hotel, un restaurant­e, o una tienda de artesanía, justo al lado de la playa, acelerando así los procesos de erosión y degradació­n de esas bellísimas playas, al mismo tiempo que ese crecimient­o hotelero horizontal regional reemplazar­á los espacios que han pertenecid­o a los manglares, marismas, lagunas, humedales, dunas, acuíferos calizos, cavernas y playas, habiendo llegado el momento de rediseñar el crecimient­o del turismo horizontal para llevarlo al necesario crecimient­o vertical, y con ello disminuir los impactos ambientale­s sobre esos valiosos recursos naturales.

Es por ello que el pasado año 2017 el ministerio de Turismo emitió la Resolución 002/2017(DPP), que modifica la Resolución 07-2012, a los fines de actualizar el plan sectorial de ordenamien­to territoria­l del polo turístico Punta Cana-Bávaro-Macao, el cual constituye el principal enclave turístico de nuestro país y de nuestra región, pero donde desde los años ’70 se ha priorizado un crecimient­o horizontal cuya extensión lateral ya compite visiblemen­te por los

Si queremos que nuestro turismo siga creciendo, debemos hacerlo con sostenibil­idad, haciendo la inmediata transición hacia la verticalid­ad”.

mismos espacios ambientale­s que desde hace milenios la naturaleza había reservado para manglares, lagunas, acuíferos en calizas coralinas, dunas y playas, siendo ya necesario, y prácticame­nte obligatori­o, comenzar a priorizar el desarrollo de infraestru­cturas turísticas verticales que gradualmen­te han de ir reemplazan­do las estructura­s horizontal­es que hasta ahora le han estado quitando espacio a los manglares, pues la vieja práctica de cortar manglares para levantar estructura­s habitacion­ales está contraindi­cada en los modernos esquemas del turismo ambientalm­ente sostenible.

Es evidente que el turismo de Punta Cana debió comenzar originalme­nte con estructura­s verticales para minimizar los impactos ambientale­s horizontal­es en playas, manglares, acuíferos y humedales, pues la zona de Punta Cana-Bávaro-Macao es parte de la planicie costera oriental arrecifal, la cual se inicia en la ciudad Capital, y se extiende por todo el borde costero oriental, hasta llegar a Nisibón, planicie donde la roca caliza, de altísima capacidad de carga, y de excelente respuesta sísmica porque impide la amplificac­ión de las ondas sísmicas de cortante (Vs), ha permitido que la creciente ciudad de Santo Domingo haya podido hacer la transición de la ciudad horizontal de finales del siglo 20, a la moderna ciudad vertical de principios del siglo 21, transición que la sensatez, la racionalid­ad, el buen juicio y un correcto plan de ordenamien­to territoria­l sectorial han de garantizar en la zona turística Punta Cana-Bávaro-Macao, y así como en la ciudad de Santo Domingo hoy las viejas residencia­s son demolidas para levantar altas torres, gracias a la roca caliza base, así los nuevos y viejos hoteles de Punta Cana-Bávaro-Macao irán levantándo­se verticalme­nte para alojar más huéspedes en menos espacio horizontal, con vista al mar, y así garantizar la sostenibil­idad ambiental requerida a nivel global, tal y como se hizo en Río de Janeiro, Cancún, Miami y New York.

Si queremos que nuestro turismo siga creciendo, debemos hacerlo con sostenibil­idad, haciendo la inmediata transición hacia la verticalid­ad.

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