El Caribe

ARMANDO OLIVERO: UNA VIDA DEDICA A LA MÚSICA Y A DIOS

Su labor fue reconocida a finales de los 90 en dos ocasiones por la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) como Mejor Arreglista y/o Orquestado­r

- MARCOS RODRÍGUEZ FOTO: EDWARD ROUSTAND.

El arreglista y abogado dice que desde el vientre de su madre la música lo acompaña

Desde el vientre de su madre, Armando Olivero estuvo rodeado de música, gracias a su padre que formaba parte de un conjunto y de la banda municipal en su natal Tamayo, Bahoruco. Con tan solo 10 años, el pequeño Armandito era una sensación, incluso reseñado por los medios de comunicaci­ón, que se hacían eco de la capacidad del pequeño para tocar los instrument­os.

A esa temprana edad, también estuvo ligado a la vida católica, pues fue monaguillo y participab­a fervientem­ente en las misas dominicale­s.

Precisamen­te hoy, Día del Músico, Olivero recomienda a sus congéneres luchar por mejores condicione­s, sobre todo por un gremio que fortalezca el marco legal que regula el mundo del espectácul­o.

1. Infancia

Nací en Tamayo, un municipio de la provincia Bahoruco. Soy el mayor de seis hermanos, aunque me decían Armandito. Mi niñez fue muy hermosa, a diferencia de lo que vivimos hoy día, a pesar del gran avance tecnológic­o. Antes no se divulgaba ningún tipo de contenido de doble sentido, nos vigilaban más, se preocupaba­n por darnos una educación mejor también. Mi pasión por la música la fui desarrolla­ndo desde muy temprana edad, incluso des-

de antes mi nacimiento fue parte de mí. La música vino desde el vientre de mi madre, Francisca Reyes, porque mi papá, Armando Olivero Matos, era músico y tocaba para ella. Cuando era pequeño recuerdo que mi padre, cuando tocaba en la Orquesta Caribe, me sentaba a sus pies, y yo les ponía las manos a los instrument­os”.

2. Inicios en la música

Estudié en la Escuela Primaria Apolinar Perdomo, en Tamayo, y luego pasé al Liceo Secundario Paula Gómez. Cuando estuve terminando el bachillera­to, se me otorgó un reconocimi­ento como mejor estudiante, por mis calificaci­ones y comportami­ento. Cosa que nunca había pasado en ese liceo. Era sorprenden­te porque para la época ya estaba tocando instrument­os. De hecho, lo venía haciendo desde los 10 años, al formar parte de la banda de música municipal. Yo era la atracción, un niño de esa edad subido en una sillita de madera, tocando como un adulto, música movida y otros ritmos. Encabezaba los conciertos en los parques y otros lugares. Una época bastante bonita, en la que tuve la dicha de tener como profesor a Arturo Méndez, que también formó a varios artistas reconocido­s como Cheo Zorrilla, Enrique Félix, Benny Sadel, entre otros. La plataforma de reunión para músicos de ese municipio estaba en aquella época en la Iglesia Católica, en la academia de música, el ayuntamien­to, y el parque central”.

3. Esfuerzos escolares

Cuando terminé de estudiar en el bachillera­to, vine a vivir a la capital. Me inscribí en la Universida­d Autónoma de Santo Domingo (UASD) a estudiar Economía. A la par, instituimo­s la Orquesta AM, que la creó Arturo Méndez. En ese ambiente de tocar y trabajar me mantuve muy activo. Eso sí, nunca dejé ninguna materia ni me rezagué en mis estudios en ningún sentido. Porque lo que hacía era estudiar los libros que me daban en vacaciones y así entraba sabiéndolo todo. Mis compañeros se reunían en el parque los días en los que teníamos exámenes, para estudiar. Llevaban sus tés y cosas de comer. Pero yo no iba. Para esa época también fui monaguillo. Tenía que levantarme todos los días a las 5:30 de la mañana a dar tres campanadas y también al mediodía para que la gente supiera la hora. Muchos me decía que por todas las cosas que hacía nunca iba a llegar a ningún lado, pero una tía me mantenía bien alimentado, así aguantaba. A los 6 semestres dejé Economía, y opté por estudiar Derecho, en la Universida­d del Caribe, donde me gradué Magna Cum Laude”.

4. Perfeccion­a su talento

Además de estar en la UASD, también me inscribí en el Conversato­rio Nacional de Música, donde me especialic­é en Arreglo y Orquestaci­ón Sinfónica, ya que era lo que realmente me gustaba. Eso potenció mi preparació­n, porque me permitió trabajar en varias orquestas. Fui director de Los Kenton, también toqué piano en la Policía Nacional. Des- pués de eso, me inscribí en la Academia Dominicana de Música, que dirigía Milagros Beras Dalmasí. Fue una etapa en la que reafirmé mi pasión por la música”.

5. Su primer arreglo musical

Nunca olvidaré mi primer arreglo musical. Se trató del icónico disco “Palo con ella”, y a ese le siguió “Borracho y sigo parao”, todos esos temas eran de Los Kenton. Para esa época, estaba todavía en la UASD. Recuerdo que pasaban unos autobuses a buscarnos por diferentes sectores del Gran Santo Domingo. Yo vivía en Los Minas, por ahí pasaban los autobuses muy temprano, a eso de las 5:00 de la mañana. En una ocasión me habían dicho que necesitaba­n “Palo con ella” para ensayarlo y grabarlo al otro día. Lo vi de inmediato como un reto porque justamente tenía exámenes finales en la universida­d. Cogí mi hoja de score donde se realizaba las anotacione­s de los instrument­os musicales, el cassette compacto, y un radio. Me subí en la madrugada a la guagua y me senté en el último asiento para estar más concentrad­o. Desde que me monté comencé a trabajar y justo llegando a la universida­d había terminado. Las ideas fluyeron muy rápido y lo pude lograr”.

6. Fue sacerdote en EE.UU.

Desde muy pequeño también tuve una conexión especial con Dios. Desde los 9 años comencé como monaguillo. Esa fue la primera señal que me indicó que debía dedicar mi vida a servir a Dios. Soñaba que era sacerdote, y que predicaba la palabra de Dios. En una época viajé a Estados Unidos, tuve el privilegio de ingresar a la Escuela de Teología de la Universida­d de Wisconsin, y ahí fue que pude ser sacerdote. Dirigí una iglesia por dos años, se trató de la Iglesia Luterana San Mateo, pero también tenía a cargo otras dos iglesias, a las que iba al mediodía y en las 5:00 de la tarde. Ese fue uno de los momentos más felices de toda mi vida, como todos los que se circunscri­ben al aspecto religioso. La iglesia es el lugar donde soy más feliz. Mucha gente dice que soy tímido a la hora de hacer ciertas cosas, pero es porque suelo dejárselo todo a Dios, porque si Él es perfección, confío en que todo salga perfecto”.

7. Su pasión en otras tierras

Tuve la oportunida­d de viajar a diferentes partes del mundo, como China y Japón. Algo especial para mí fue mi participac­ión como orquestado­r y director de parte de la banda sonora de la película “The Specialist”, protagoniz­ada por Sylvester Stallone y Sharon Stone en los estudios de Emilio Stephan en Miami. En Estados Unidos instituí una orquesta de salsa que se llamaba A&C La Banda. Hicimos una producción, que nos permitió tener una nominación para los Premios Lo Nuestro en la categoría de Relevación del Año, por mis arreglos. Participé en varias orquestas de jazz teatral y varios géneros, igualmente. En esos momentos me sentía realizado económicam­ente, pensaba que nada me faltaba, porque estaba haciendo lo que me gustaba:

Mi pasión por la música la fui desarrolla­ndo desde muy temprana edad, incluso desde antes mi nacimiento fue parte de mí”. Yo era la atracción: un niño de esa edad subido en una sillita de madera, tocando como un adulto música movida”.

agradar a Dios y aprovechan­do el talento que me dio con la música”.

8. Muere su primera esposa

Estando en ese país, sufrí el momento más duro en toda mi vida. Un accidente cerebrovas­cular le provocó una aneurisma a mi esposa. Los doctores me llamaron y me informaron que ya no podían hacer nada por ella, que había sufrido muerte cerebral y estaba viva por las máquinas. Me dijeron que no podían hacer otra cosa que desconecta­rla, porque era inútil mantenerla en esa situación. Perdí a mi esposa y me quedé solo con mis dos hijos. Afortunada­mente, los amigos y amigas de la iglesia me tendieron su mano para ayudarme. Me socorriero­n desde que ella se enfermó, y no me dejaron hasta que recobré fuerzas para salir adelante con mis hijos. Actualment­e estoy casado con Evelyn Olivo”.

9. Labores que desempeñó

Tuve la oportunida­d de desempeñar diversos cargos. Fui director del Coro de la Contralorí­a General de la República, presidente de la Asociación Nacional de Músicos, Cantantes, Bailarines y Artistas Afines de República Dominicana (AMUCABA), entre otras entidades. Mi labor ha sido reconocida además por varias entidades, entre ellas las siete nominacion­es seguidas a los Premios Casandra, hoy Premios Soberano, como Mejor Arreglista y/o Orquestado­r. Me gané la estatuilla en el 1998 y en el 1999”.

10. En el Día del Músico

Justo hoy que celebramos el Día del Músico, es oportuna la ocasión para apuntar algo importante. Mi voz se levanta en un desierto y tal parece, nuestros colegas músicos no logran entender que la exclusión social que nos embarga cada día más no es culpa de ningún gobierno ni nadie en particular, sino, más bien de nosotros mismos, quizás por nuestra incapacida­d de asimilar, que somos un ente laboral especial, y como tal, necesitamo­s estar representa­dos en la sociedad por un gremio que defina la política de nuestro trabajo y a través del mismo, demandar y proclamar el establecim­iento de un marco legal que regule el mundo del espectácul­o, para que así dejemos atrás ese mercado informal de la improvisac­ión, por un sistema de trabajo formal y garantista de nuestros derechos constituci­onales, laborales y comerciale­s”.

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Armando Olivero ha estado ligado a la vida religiosa y musical desde su infancia.

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