La siembra de ajo en el 2019 supera en 150% la del 2018
En Constanza hay 8,163 tareas sembradas del bulbo y en San José de Ocoa hay otras 200; el pasado año 2018 apenas se cultivaron unas 2,700 tareas
Si se aplica la fórmula de oferta y demanda en República Dominicana, entonces el precio del ajo deberá ir bajando considerablemente a partir de mayo, tomando en cuenta que desde ese mes entrará al mercado una cantidad mucho mayor de ese bulbo que la existencia que hubo para 2018.
El ministro de Agricultura, Osmar Benítez, garantizó aquí en Constanza que en 2019 República Dominicana tendrá la cosecha más grande de ajo de los últimos diez años y ese dato lo sustenta en cifras revalidadas por los propios productores. El pasado año en Constanza apenas se dedicaron 2,700 tareas al cultivo de ajo y para este 2019 hay activas para eso 8,163 tareas, más otras 200 sembradas en San José de Ocoa. Actualmente, una libra de ajo se cotiza entre los 180 y 200 pesos, una cantidad de dinero que si se fuera a dedicar para comprar, por ejemplo, arroz con huevo, alcanza para que puedan comer varios miembros de una familia.
En un recorrido por distintos predios agrícolas, como parte de un día de campo en el que estuvieron presentes representantes de las diversas organizaciones de cultivadores de este municipio, perteneciente a la provincia La Vega, el funcionario resaltó que hace tiempo se le pidió al Gobierno y como tal al ministerio, apoyar a Constanza para que la siembra de ajo volviera a colocarse en un nivel de primera línea. “Y así lo hemos hecho”, asegura Benítez. De hecho, la presencia del funcionario tuvo como propósito dar el primer picazo para dejar iniciados los trabajos de construcción de dos cuartos fríos en Constanza, que servirán para colocar los excedentes de las cosechas. Uno de esos cuartos fríos estará en Mimero de Palero.
“Ha llegado el apoyo de otras instituciones, como el Banco Agrícola. El Gobierno intervino, facilitó semilla a los productores y hoy tenemos el valle entero sembrado”, indicó, mientras se mira las botas enlodadas por la lluvia que ha caído en esta zona. “Hacía dos meses que no llovía, le dice a elCaribe el joven Antonely Gutiérrez, productor de ajo y fabricante de condimento semilíquido”, en un momento en el que Benítez hizo una ligera pausa en la exposición.
“La semilla tienen que pagarla, para que podamos tener un fondo y sigamos sembrando más y más”, aclaró Osmar Benítez a quienes les escucharon con atención. El valle de Constanza es uno de los más fértiles del país, donde se produce la mayor parte de los vegetales que consumen los dominicanos y los turistas que se alojan en los distintos polos turísticos.
“Al valle de Constanza se le ha reconocido como una de las maravillas de país, gracias al esfuerzo y la dedicación de la gente de Constanza”, explicó el ministro de Agricultura. Lo hizo minutos antes de que se viera llegar a una señora que -con un folder debajo del brazo- acudió realizarle algún tipo de pedido. Parte del día de Campo lo tomó Benítez para escuchar propuestas, solicitudes para arreglar tal o cual camino, pedido para que el gobierno “acomode” algunas deudas que tienen los cosecheros o para que nombre a algún agrónomo, así como otros puntos, que la gente entiende que el funcionario puede resolver o servir de canal para que se resuelva.
El ministro de Agricultura resaltó que está en el puesto para resolver los problemas de los productores. Desde su punto de vista, el ajo es el producto que estabiliza de los otros productos del agro. Y respondiendo a planteamientos de algunos dirigentes, que propugnan porque se establezca un plan de desarrollo para la producción en Constanza, Benítez propuso que para el día 11 de abril se firme un documento, que contenga ese plan. El ajo que se tiene previsto cosechar desde ya tiene mercado asegurado, informó Benítez a los periodistas que asistieron al día de campo. Indicó que se debe vender a un precio en el que el productor gane dinero, sin afectar al consumidor. “En almacén hay 20 mil quintales de ajo, pero eso se acabará pronto”, aseguró. Lo hizo para despejar las dudas que pudieran tener los productores sobre si el ajo que cultiven tendrá o no salida.