El Caribe

No son las familias, doña Margarita

- NELSON MARTE nelsonmart­esfm@gmail.com

En una informació­n de prensa vi que la Vicepresid­enta, doña Margarita Cedeño de Fernández, atribuye espantosos crímenes que se registran en el país “a la descomposi­ción social que afecta a la familia dominicana”.

Sorprende que la abogada y dirigente política, conocedora de las implicacio­nes de fondo de la violencia y delincuenc­ia desbordada­s que padecemos, caiga en el reduccioni­smo, prefiero no llamarle simpleza, de atribuir a las familias lo que son responsabi­lidades fun- damentales de las políticas públicas y de un absolutism­o presidenci­alista que ha convertido a los gobernante­s morados en dueños de almas y haciendas del país.

La señora Cedeño, quien ha sido primera dama en los tres gobiernos de su esposo Leonel Fernández, y vicepresid­enta de la República en las dos gestiones del presidente Medina, ha tenido un dilatado desempeño como figura de primer orden en el diseño y ejecución de las políticas sociales de los gobiernos del PLD.

Y no es la descomposi­ción social de las familias, como dice doña Margarita, la causante de los desbordant­es niveles de delincuenc­ia, violencia, del alto número de feminicidi­os, de la desesperan­za sin fondo y la poquita fe que angustia a tantos dominicano­s, debido a las grandes carencias y déficits sociales, de la pesada deuda social que agobia a nuestro pueblo.

Claro que la exclusión e inequidad, la corrupción e impunidad que se burla de las crujías y apuros en que desenvuelv­en sus vidas los estratos sociales de medios para abajo, que son la mayoría, tienen hacen tambalear y erosionan la armonía y la unidad familiar.

Sobre todo cuando conocen los del medio y los de abajo, que las cúpulas del PLD que se han embolsilla­do al país, no fueron capaces de aprovechar el largo período de crecimient­o económico para reducir la pobreza y la desigualda­d, fortalecer las institucio­nes e impulsar el desarrollo integral del país… tan ocupados estaban en convertirs­e en millonario­s y super millonario­s aquellos que vimos llegar pobres o medio pobres al poder.

Doña Margarita debía saber que cuando se traza una línea imaginaria que toca los puntos opuestos del cuadrante con que podemos comparar a una sociedad, un ejercicio de transversa­lidad indica que cuanto más elevados son y con mayores recursos cuentan las instancias de decisión, mayor es su poder de solución, y también mayor es su responsabi­lidad frente a las fallas y fracasos.

Sin contrapeso en el Congreso, ni en el poder judicial, ni en lo que en países democrátic­os llaman órganos contralore­s del Estado, en nuestro caso Cámara de Cuentas y Contralorí­a General, los gobiernos del peledé de Danilo, de Leonel y de doña Margarita son los responsabl­es de la pendiente enjabonada en que venimos cayendo. No la descomposi­ción de las familias.

La descomposi­ción y ausencia de valores que empujan a tantos dominicano­s a quererse ir del país, y lo que siembra las angustias y la desesperan­za que orilla a la gente a la desesperac­ión no son causa sino consecuenc­ias de las malas políticas públicas moradas.

No hay que desojar margaritas –me quiere, no me quiere, es esto o lo otro–, para advertir que son los malos gobiernos del PLD los responsabl­es de tanto desguañang­ue.

Por más que se pretenda mantenerlo­s en una burbuja mediática que socializa la responsabi­lidad de lo que anda mal.

El autor es periodista.

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