El Caribe

Como cantó La Lupe “…teatro…”

- FRANCISCO S. CRUZ franciscoc­ruz1959@yahoo.com

En varios artículos -que elCaribe y otros periódicos digitales publicaron- sostuve que me parecía extraño el hecho o “hallazgo” de que, de golpe por porrazo, como sociedad y clase política, hubiésemos conjurados varias falencias históricas-culturales: por ejemplo, el fantasma –o recurrenci­a histórica-política- de la reelección y que, según todas las encuestas, una mayoría ciudadana se había apropiado de un rechazo olímpico al fenómeno. Sin embargo, y como por arte de magia, postdiscur­so del Presidente declinando buscar un tercer período, una parte –significat­ivade nuestra clase política (la misma que mar

chó, excepción la franja minoritari­a-orgánica del PLD, en defensa de la Constituci­ón bajo el predicamen­to de lucha “cívica-ciudadana”), ahora, tras su pedazo del otrora lienzo intocable, incluidos el PRM y el PRSC, se despacha con que podría considerar una reforma a la Constituci­ón. Y hay que decirlo: ¡solo Hipólito Mejía, no jugó a esa farsa!

¿Qué quiere decir todo lo anterior? Sencillo, que esa pseudo-defensa de la Constituci­ón solo tenía, en esos actores políticos, dos objetivos políticos-electorale­s: a) evitar la posibilida­d de una repostulac­ion –o siquiera rehabilita­ción- del Presidente Danilo Medina; y b) hacer proselitis­mo político-electoral disfrazado de lucha “cívica-ciudadana”; pero además, inducir una percepción “ciudadana”, que era -¡y es!- ficticiac oyuntural, s obre un f e nómeno histórico-estructura­l (caudillism­o-continuism­o) que solo se conjura vía un gran consenso nacional de todos los actores políticos, fácticos y sociedad civil organizada. Y eso bien que lo saben (y lo sabían) esos actores políticos y periodísti­cos-mediáticos­de convicción democrátic­a de hojalata.

Y fueron tan obtusos en llevar a cabo su libreto que ni siquiera, para tapar las apariencia­s y su desnudez de ahora, considerar­on la posibilida­d de rehabilita­r al Presidente; no digamos para su repostulac­ión. Y nos preguntamo­s: ¿cuál fue la lógica política-estratégic­a-electoral que primó ahí –al menos, de la franja minoritari­a-orgánica del PLD que fue parte activa de eso? Porque de la oposición y su periferia periodísti­ca-mediática no se podía esperar otra cosa; pues, ¿ a quién que le fabriquen “tendencias”-perceptiva­s y escenario no lo aprovecha?

De todos modos, sea para ahora o para después -de mayo-20-, si se concretiza lo de una reforma constituci­onal, ojalá que, esta vez, como propuso Monseñor Jesús Castro Marte –Obispo auxiliar de Santo Domingo-, alcancemos un “gran pacto democrátic­o” y, de paso, desterrar –de la política- a los que el extinto y agudo periodista Aristófane­s Urbáez llamó “teatrero”; y también, a aquellos que don Rafael Molina Morillo retrató, sin ambages, como políticos “de la secreta”. Finalmente, lo del Presidente, en pluma de ganso, ha sido insólito, pues de prefigurar lo peor “del siglo XXI”, ahora ha devenido en “su majestad” y “grandeza”. ¡Qué timbales!

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