El Caribe

La conducta de nuestros héroes

- PEDRO DOMÍNGUEZ pdominguez@dominguezb­rito.com

Los santos y los demonios, ficticios o reales, han existido en todas las sociedades, no importa la época, lo que cambian son sus nombres o figuras. Los dominicano­s, naturalmen­te, contamos con ambos, quienes, en ocasiones, hoy son aplaudidos y mañana aborrecido­s o viceversa.

No pocos escapan a la tentación de resaltar o hundir personas dependiend­o de las ventajas a obtener, obviando el peso de

la verdad, todo con la finalidad de proteger o defender intereses. En ocasiones es la memoria la que falla, o se actúa por moda o ignorancia, lo cual es igual de peligroso.

En política esto es el pan de cada día. El poder determina con sutileza o crudeza quiénes estarán en el infierno y en el cielo, incluso se subroga el derecho de elegir quiénes permanecer­án en el purgatorio. Pero como el poder cambia de acuerdo a las circunstan­cias, Satanás mañana puede ser ejemplo de virtud y Dios de bellaquerí­a. Bueno, aquí hemos tenido dictadores convertido­s en un santiamén en padres de la democracia.

Los Estados Unidos de América conocen bien lo útil que es contar con “chicos buenos” y “chicos malos”, con “regímenes opresivos” y “gobiernos del mundo libre”, con “el loco de Corea” y “el patriota de Trump”. Y se van más allá, pues además de tener símbolos ideológico­s y de carne y hueso, también los producen por montón en el cine y en los dibujos animados, pues la fantasía y la ciencia ficción no tienen límites, y menos cuando de manipulaci­ón se trata, por ejemplo, “Superman vs. El Acertijo”.

Los dominicano­s, siguiendo en el ámbito político, tenemos personajes en la cima y en el fango. Algunos son coyuntural­es, otros eternos. Entre los prime

No pocos escapan a la tentación de resaltar o hundir personas dependiend­o de las ventajas a obtener, obviando el peso de la verdad”.

ros están: Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Espaillat, Manolo, Caamaño... y recienteme­nte algunos más, incluyendo a Bosch. Los villanos, son, entre otros, Santana, Lilís, Trujillo... y algunos más que no quiero recordar o prefiero omitirlos para no herir susceptibi­lidades.

Y en la actualidad: ¿Con quiénes nos sentimos identifica­dos? La realidad es que nuestros héroes están mayoritari­amente en el deporte y en la música, en especial en el béisbol, el merengue, la bachata y el género urbano. Ellos son nuestros mejores representa­ntes, los que nos unen como pueblo, quienes nos hacen sentir sanas emociones. Sin nuestros deportista­s y músicos, algo vital nos faltaría o estaría muy débil, me refiero a la identidad y orgullo patrios.

Gracias a su presencia mantenemos vigencia en el mundo, somos potencia en algo constructi­vo y nos sentimos más y mejores dominicano­s. Así las cosas, ellos tienen también la responsabi­lidad de comportars­e correctame­nte, de no empañar nuestra bandera, porque la gente sigue sus pasos y no dudan en imitarlos.

El autor es abogado.

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