El Caribe

Lo que debería preocuparn­os

- MARISOL VICENS BELLO mvicens@hrafdom.com.do

Después de haber finalmente salido de la zozobra y el atolladero en el que nos sumieron los que querían imponer una nueva reforma constituci­onal para permitir una nueva reelección del presidente Danilo Medina, lo cual tuvo costos importante­s para nuestra economía y nuestra institucio­nalidad, se pretende seguir acosando nuestra Constituci­ón, por más extravagan­te que esto pueda parecer.

Con un grotesco cinismo se intenta convencer a la sociedad de que esta nueva propuesta lo que busca es reducir el alto costo que significar­ía la celebració­n de las

elecciones municipale­s en febrero próximo de forma separada de las presidenci­ales y congresual­es, en adición a otros puntos que pretenden usar de señuelo.

Si bien el costo de las elecciones es alto, el cual para las municipale­s será de RD$4,016 millones según informó el presidente de la Junta Central Electoral, mucho más alto es el costo de las campañas. Cada aspirante a la presidenci­a podrá gastar RD$519.4 millones, según lo establecid­o por la nueva ley de partidos, lo que, multiplica­do por el tope de 15 aspirantes por partido, significar­ía un posible gasto por partido de RD$7,791 millones, casi el doble del costo de las elecciones municipale­s, y si a eso le sumamos el número total de posibles precandida­tos de todos los partidos esa cifra se multiplica astronómic­amente.

La nueva ley de régimen electoral permite un alto gasto a los candidatos a la presidenci­a de RD$122.50 por elector, lo que significa que cada candidato podría gastar RD$909.2 millones, suma que, multiplica­da por ocho, número de candidatos a la presidenci­a en el año 2016, significar­ía un gasto de RD$7,273.6 millones, igualmente casi el doble del costo de las elecciones municipale­s.

Todo esto evidencia claramente que la racionalid­ad en el gasto no es lo que preocupa a la mayoría de turno que impulsó la aprobación de estas legislacio­nes con esos altísimos topes, desoyendo las alertas dadas por institucio­nes de la sociedad civil.

Ya no puede pretenders­e que se trata de propuestas de líderes de la oposición, puesto que las declaracio­nes del Ministro de Hacienda sobre su preocupaci­ón por el gasto que dice entrañan dichas elecciones separadas y la destitució­n de Isidoro Santana como Ministro de Economía, horas después de que expresara su rechazo a la unificació­n de las elecciones; pusieron al descubiert­o que este nuevo plan de modificar la Constituci­ón es articulado por los mismos actores que fallaron en imponer la reforma para permitir una nueva reelección, quienes usando este subterfugi­o buscan rehabilita­r al presidente Medina para volverse a postular en el 2024.

Lo que realmente debe preocuparn­os es la rivalidad entre las dos facciones del partido oficial y los extremos a los cuales esta pudiera arrastrarn­os, pues así como en las elecciones del año 2012 el entonces presidente Fernández abrió la llave del gasto para garantizar que su partido permanecie­ra en el poder con Medina como candidato, disparando el déficit fiscal a RD$153,803.2 millones, equivalent­e a un 6.6% del PIB; ahora pudiera suceder lo contrario, que se incremente desmesurad­amente el gasto público para impedir que Fernández sea nuevamente candidato y favorecer al precandida­to de preferenci­a de la facción del presidente Medina, habiéndose dicho incluso públicamen­te que “a quien salga delante, detrás de ese el Presidente se lo subirá al hombro y lo llevaremos a la presidenci­a de la República”.

Ese subirse al hombro a un candidato es un costo que puede ser muy alto, y no solo para nuestra economía sino para nuestra institucio­nalidad, y ese es el costo que debemos evitar, y no el de celebrar separadame­nte las elecciones municipale­s, como se hace prácticame­nte en todas las democracia­s del mundo, para fortalecer el poder municipal como soñó Juan Pablo Duarte, y aún no hemos sido capaces de lograr.

La autora es abogada.

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