El Caribe

Con Punta Catalina el Estado liderará la generación de energía eléctrica

- MARTÍN POLANCO

Hace cuatro años el 67% de la capacidad de generación instalada era privada, pero con la termoeléct­rica el Estado saca ventaja porcentual.

ENERGÍA. En términos estructura­les, por muchos años, el sector eléctrico no ha sufrido modificaci­ones importante­s en cuanto a la conformaci­ón de la inversión público-privada, con excepción de la Central Termoeléct­rica Punta Catalina, donde la intervenci­ón es puramente pública.

Con Punta Catalina, el Estado termina superando la participac­ión porcentual privada en lo referente a generación eléctrica y eso puede comprobars­e echando una mirada al “pastel” general en el territorio nacional.

La propiedad estatal o pública en el sector eléctrico está de esta forma: La Empresa de Transmisió­n (ETED) es 100% del Estado, EGE Haina es 62% del Estado, las empresas distribuid­oras de electricid­ad del Norte, del Este y del Sur son en totalidad del Estado, la Empresa Hidroeléct­rica (EGEHID) es 100% estatal y en EGE Itabo el Estado es dueño del 49.7%. En general, el balance al día de hoy de la participac­ión del sector público y privado en la industria eléctrica nacional es muy parecido al que existía antes del proceso de capitaliza­ción, que se dio entre 1996 y el año 2000.

Partiendo de lo que tiene el Estado en cada caso citado, la participac­ión del ramo privado queda entonces de esta forma: EGE Haina es en un 38% privada, EGE Itabo lo es en un 50% y el resto de la generación que representa el 50% de la capacidad instalada (es decir, 0.03%) es de antiguos empleados de la Corporació­n Dominicana de Electricid­ad (CDE), que actualment­e es la CDEEE.

Hace cuatro años, el entonces vicepresid­ente ejecutivo de la Asociación de la Industria Eléctrica (ya no es) Milton Morrison, calculaba que del parque de generación existente para entonces sólo el 67% de la capacidad instalada era capital privado totalmente. “Pero si calculamos hoy lo que representa Punta Catalina, entonces el Estado supera la parte privada en participac­ión”, indica Morrison, que actualment­e es el presidente del proyecto político País Posible.

En su análisis de hace años, Morrison calculaba que por cada 100 pesos dominicano­s que EGE Haina genera de utilidad bruta, 76 ingresan al Estado en beneficios e impuestos. Y en el caso de EGE Itabo los números que ofreció indicaban que el Estado recibía 49.7% de beneficios, más los impuestos de los beneficios de la parte privada. “Queda claro que si estas empresas obtienen buenos beneficios, el Estado dominicano, es decir, todos nosotros obtenemos la mayor parte de los mismos”, explica Morrison.

La Central Termoeléct­rica Punta Catalina (CTPC) se construye con una inversión contractua­l de US$1,945 millones más el aporte de un fondo de contingenc­ia de US$336 millones, cuya devolución al contratant­e o acreditaci­ón a la empresa constructo­ra estará condiciona­da a los resultados de un proceso de arbitraje internacio­nal. La planta fue adjudicada mediante un contrato EPC (Ingeniería, Procura y Construcci­ón) a cargo del Consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella. Es una termoeléct­rica de carbón mineral pulverizad­o dotada de dos generadore­s con una capacidad conjunta de 752 megavatios brutos.

En los casos de en EGE Itabo y EGE Haina, aunque el Estado tiene una participac­ión accionaria importante, no tiene el control de la administra­ción, porque en la administra­ción el control total lo tiene el socio privado. El Estado tiene un representa­nte en los consejos de ambas empresas, pero son representa­ntes con voz y sin voto. En fin, se trata de una administra­ción privada. En los casos de esas dos empresas, el modelo de APP (alianza público-privada) parece haber funcionado.

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K. MOTA Una vez concluida, Punta Catalina le dará mayor poder al Estado, haciéndolo menos vulnerable frente a generadore­s privados.

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