Sarah Daniela: la ropa de bebés hecha a mano
Melina Féliz es la odontóloga que confecciona ropa para los más pequeños con terminación de alta calidad
Melina Féliz de Fuertes es odontóloga de profesión pero descubrió su pasión entre ojales, hilos y agujas.
Es la creadora de la ropa infantil Sarah Daniela, todo hecho a mano. Su inspiración fue su abuela materna, que con una máquina de coser manual, crio a todos sus hijos luego de enviudar.
“Yo veía ese amor de ella por la costura, haciendo los detalles a mano, no solamente porque tenía que buscar el sustento, sino con ese esmero. Yo soy la única nieta que se interesó por la costura y ella me regaló mi primera máquina de coser con las que hice las primeras batas del consultorio de mi esposo”, comenta Melina a elCaribe en una conversación entre dos tazas de café.
Sarah Daniela y Juan Luis son los hijos de esta pareja de esposos, que la completa el ginecólogo Juan Fuertes Piantini.
“Este proyecto inició después de nació mi hija Sarah Daniela. Cuando era pequeña casi no había en el mercado accesorios del pelo y ella tenía mucho cabello y yo quería tenerla siempre linda,
entonces empecé a hacer lazos de cintas. Yo me iba por todas las tiendas porque lo quería ver todo y convertí la sala de mi casa en un ‘almacén de cintas’ y todas las noches empezaba a hacer lazos”. Pero el proyecto fue evolucionando.
“Después de los lazos empecé a hacer llaveros con cintas y se vendían muchísimo en las oficinas de mis amigas y luego los posicioné en tiendas pequeñas y en Casa Ivelisse. Luego me dije que quería hacer algo que no exista en el mercado, y empecé a hacer los zapatitos para bebés”. Esos calzados para bebés, hechos a mano, fueron para Melina el primer gran reto dentro de la travesía. Comenta que los hacía de madrugada mientras su esposo iba a realizar partos a sus pacientes. “Eso sí es un trabajo grande. Si ven los que yo hice al principio y estos es una diferencia abismal”, reflexiona mientras muestra la producción nueva que tiene en su tienda ubicada en el Evaristo Morales. “Yo te digo la verdad, yo no podía salirle al público con los primeros zapatitos que hice. A veces nos apresuramos y hay que perfeccionar lo que tenemos en la mente, preparándose y practicando, pero con pasión”, sostiene.
“Una amiga me impulsó entonces a salir al público y me empezó a llevar a ferias artesanales y allí fue que la gente empezó a conocer mi producto. Después de los zapatos mi familia me decía que hiciera los vestidos y me gustó el reto”.
Melina entonces inició clases de costuras particulares para ir perfeccionándose y hacía vestidos para niños por encargo paralelo a su trabajo en Salud Pública donde duró 16 años.
“Sarah Daniela como marca empezó en el 2014, yo estaba al punto de tirar la toalla, me preguntaba si valía la pena y en octubre de ese año fui a una tienda y una amiga le enseñó mis vestidos a la dueña y le encantó. La dueña inmediatamente se dirigió a los encargados de compra y les dijo: ‘mira a ver cuánto le van a pedir de eso’. Y me hicieron un pedido tan grande que sobre la marcha tuve que empezar con el papeleo para asuntos legales con fines de impuestos. A partir de ahí todo cambió Pero cuando el señor pone algo en uno Él no te deja”, afirma.
En ese primer gran pedido, señala, ocupó toda la sala de casa. “Toda la familia, gente de mi iglesia se involucró en ese primer pedido, la gente amanecía en mi casa cortando hilitos, pegando lazos, cociendo botones, porque esa primera producción llegó en un momento que no estábamos del todo preparados”.
“Iniciamos ese año llena de ilusiones, con temores, pero confiada en el respaldo que el señor me iba a dar porque cada vez que quería tirar la toalla me decía vamos, sigue y tengo un versículo favorito Isaías 41:10 el que el señor me ha dado: ‘no temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerza, siempre te ayudaré, te sustentare con la diestra de mi justicia’. Y me ha mandado mi esposo, mi familia, el equipo que tengo, a veces yo tengo hasta temor de entrar más gente al equipo porque tengo el mejor equipo del mundo”.
Para el 2015 ya estaba instala en su local, con su mercancía puesta en tiendas especializadas de bebés en Santo Domingo, Santiago y San Francisco de Macorís. En el atelier de Melina, laboran directamente siete personas de manera fija y otros que entran en época de producción como ahora. Se nutre de suplidores locales para hacer los vestidos, ropas de bautizos, almohadones de lactancia, pañitos y otros artículos textiles para los más pequeños en algodón, lino y piqué de la mejor calidad.
“Esta ropa lleva mucho trabajo de mano, y es difícil conseguir un personal que se dedique de verdad. Porque mi teoría es que yo quiero una mercancía que si el niño tiene que ponérselo al revés lo haga, ja,ja,ja. Es decir que queden tan bien terminados por dentro que pueda mostrarse. Porque si no se puede hacer bien mejor que no se haga, que el mismo producto hable de ti”, subraya.
Dentro de las recomendaciones que le hace a los emprendedores es “trabajar con pasión y ser auténticos, y no puedes creer que ya lo alcanzaste, tú tienes que seguir innovando, creando”.
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